*Liam narra la vida que ha llevado en este último tiempo*
Casi seis meses sin verla. Sin ver al amor de mi vida. La mujer que me hace feliz. Ese día en el que llegué al aeropuerto, me sentí frustrado. No pude alcanzarla. Siento como si la hubiera dejado ir. La perdí. A ella y a mi hijo. Cuando leí su carta, lloré demasiado. No podíacreer que fuera a ser padre. Tampoco podía creer que se fuera. Encima, sin decirme a dónde. Cuando ella se fue, hice todo lo que estuvo a mi alcance para volver a tenerla entre mis brazos, pero no lo logré. Pregunté mil veces a su madre en dónde estaba, y no me quiso responder. No me di por vencido. Averigüé por otras partes, pero nada. Fue inútil. No pude volver a recuperarla. Ahora pienso que la palabra "extrañar", es poco para lo que siento. Ella. Su nombre sigue dando vueltas en mi cabeza. No la puedo sacar de ahí. Estoy enamorado. Su partida fue lo peor que me ha pasado en la vida. En algún momento creí poder superarlo, pero no. Fue todo lo contrario. Producto de la fuerte depresión por la que pasé, quise ahogar todos mis problemas en el alcohol y las drogas. Y ni eso pudo hacer que la olvidara. Entré a rehabilitación. Pero nuevamente, todo fue inútil. He probado cuantas cosas existen para lograr olvidarme aunque sea por un segundo en algún maldito día de su nombre. Pero no podía. Desde que ella se fue, mi vida fue...Una mierda. Mierda, mierda, mierda. A veces he querido llegar hasta el punto de suicidarme, pero tampoco puedo. No puedo hacer nada, soy un cobarde, un fracasado. Sin ella, todo mi mundo se derrumbó. No había día en el que no llorara. Jamás pensé sufrir tanto por una persona. Pero no podía evitarlo. Yo la amaba. La amo. No sabía qué hacer. Aún no lo sé. No puedo vivir sin ella. Debo admitir que todo es muy distinto. Quise engañarme a mi mismo, intentando creer que ya no la amaba, que ya no la extrañaba, pero no pude. El tiempo pasa y pasa, pero aún la amo. Me siento frustrado. Como si no pudiera hacer nada...Pero no me quiero dar por vencido. Ella es el amor de mi vida, y no quiero dejarla ir. Menos cuando tendremos, o tenemos un bebé. Me gustaría al menos saber si es un niño o una niña. Cuál será su nombre. Si se parecerá a ella o a mí. Pero bueno, quizás ni la conozca. Quiero ver a (Tn). Quiero ver sus ojos brillando como caramelos. Su dulce sonrisa. Sus hermosas mejillas sonrojadas. Su precioso cabello. Quiero ver a mi princesa...Pero no puedo. ¿Por qué? Por mi estupidez. ¿Dónde estoy ahora? En un bar. Bebiendo alcohol. "Ahogando" lo que siento. Pero nada resulta. No puedo quitarla de mi cabeza. Es lo peor. La gente me mira como si fuera un borracho. Y no niego que lo soy, pero no pueden juzgarme si no me conocen. ¡No saben por todo lo que he pasado! ¡No saben lo que siento! Ellos, no lo han sentido...No tienen idea de lo que es saber que perdiste al amor de tu vida y a tu hijo.
-Deme otro.-Dije al sujeto de la barra.
-¿Está seguro, señor?.-Me miró como si fuera un estúpido.
-¡Claro que lo estoy! Deme otro.
-Bien...-Rodó los ojos y se volteó. ¿Qué creía? ¿Que soy un estúpido? ¿Que no sé lo que hago? Está equivocado. O quizás no...¡No lo sé!-Grité internamente-.No se nada...
-Aquí tiene.-Estiró su mano para entregarme el pequeño vaso con ese adictivo líquido.
-Ya no lo quiero. Adiós.-No podía darme por vencido. Debía volver a verla. Han sido seis meses terribles para mi. Tomé mi chaqueta/saco/chamarra y salí del lugar. Vagaba por las calles. Era relajante. La calle estaba completamente vacía. No habían personas que me miraran como si fuera un completo estúpido. Estaba cansado de vivir. No sabía qué hacer. Era lo peor que podía haber sentido en la vida. Seguía caminando por en medio de la calle. De vez en cuando algún auto pasaba y tenía que hacerme a un lado. Varias veces pensé en quedarme parado en frente para que alguno de esos vehículos me pasara por encima y terminar de una vez por todas con la mierda de vida que tengo. Miraba la calle desierta. Movía mi mirada hacia el estrellado cielo. Volvía a mirar la calle. Caminaba sin rumbo. Ni siquiera sabía en donde me encontraba. Lo único que sabía era que estaba en Londres, Inglaterra. Decidí parar un automóvil. Un taxi para mi suerte, sino, no sabría dónde podría haber terminado.
-¿Dónde lo llevo señor?.-Me miró por el espejo retrovisor.
-A mi departamento.-Ni siquiera le di la dirección. Ya ni yo sabía lo que decía.
-¿Y en qué calle está?
-Oh, claro...Em, en...-Miraba por la ventana a ver si lograba ubicarme-sólo...Déjeme unas calles más allá. Yo veré en dónde me bajo.
-Bueno...¿Se encuentra bien?
-¡¿Y a usted qué le importa?!.-Me enfurecí sin razón alguna.
-Perdón...
Comenzó a conducir, y luego de un rato, me ubiqué. Estaba cerca de mi departamento, así que le pagué al conductor y el se fue. Comencé a caminar unos minutos y finalmente encontré lo que andaba buscando, mi departamento. Esto había pasado varias veces, estaba acostumbrado a recorrer la ciudad buscando el lugar en donde vivo. Vivo totalmente solo. Pero y es que, finalmente, ¿con quién iría a vivir? Después de todo, sin ella, ya nada es lo mismo...