Un gato negro lo veía desde el alfeizar de la ventana, una ventana que no tenía nada diferente de otras, pero para Harry era un constante recordatorio del lugar en que estaba... en manos de su enemigo jurado. Había caído víctima de una trampa, una tan familiar que rayaba en lo ridículo. Había vuelto a caer en la trampa de que Sirius había sido secuestrado por el Lord.
Fue imprudentemente Gryffindor como cierto pocionista alguna vez le dijo, pero ahora estaba ahí, seguro de que ni los mortífagos del Lord sabían que estaba en la mansión y eso era otra cosa que le ponía los nervios de punta. El Lord solía ridiculizarlo frente a sus seguidores, con esa vena dramática de "yo soy más fuerte que el niño-que-vivió", y siempre dispuesto a que otros vieran su enorme poder mágico. Ni siquiera le había quitado la varita y pronto supo por qué.
Era imposible salir de ahí, la barrera que había sido puesta a su alrededor era tal, que cuanta más magia se lanzaba sobre ella, más fuerte se hacía, pero tampoco podía ser repelida con métodos muggles, simplemente atravesarla no era opción, lo intento y fue colocado con inusual delicadeza sobre la cama. Otra cosa que le daba aún más mala espina. Cuando fue capturado una ocasión en la mansión Malfoy, una visita a Hogsmeade donde lo secuestraron, aunque fue liberado un par de días después por la orden, había sido confinado a las mazmorras, eran húmedas, frías y terroríficas, lo que uno esperaría de un mago oscuro con todas las letras.
Pero esto era casi... acogedor, si no fuera por el hecho de que había sido secuestrado.
La habitación tenía un agradable papel tapiz de color beige con dibujos sencillos, amplios ventanales que daban a un jardín y que incluso podía salir a él y pasear hasta cierto punto donde la barrera se lo impedía. La cama era amplia, mullida y tenía las sabanas más suaves que alguien pudiera pedir e incluso había una chimenea (que estaba impedida al igual que cualquier otra vía de escape) que siempre tenía un agradable fuego y una biblioteca con libros de todo tipo. Tenía un guardarropa, demasiado Slytherin, pero toda la ropa era de su talla, y todos los días lo alimentaban con cualquier comida que pidiera en voz alta, el solo debía pedir y aparecería en una mesa que estaba ahí mismo junto a un cómodo sillón.
La otra cosa extraña era esa poción que lo perseguía hasta que la tomará, era de color rojo sangre, y olía como a flores. El vial estaba hechizado de manera que hasta que Harry no la tomará este lo seguía por toda la habitación de forma insistente y las primeras veces, Harry intento romperlo, quemarlo, de todo, pero el maldito vial estaba intacto y pensó que, si era veneno, bien valía la pena tomarlo y acabar con todo de una vez. Nada paso.
Quizás solo sintió algo más de hambre y hasta ahí, lo cual no era exactamente malo, estaba empezando a tener algo de musculo ya que además de leer, puesto que no había nada más que hacer ahí, también hacia ejercicio, cosa que nunca podía gracias al maniático que ahora lo tenía secuestrado.
Habían pasado ya dos semanas y contando desde su secuestro y no había visto al Lord ni una vez, por eso se extrañó de ver ahí a un gato negro que lo miraba fijamente, lo que le extraño más fue que el gato no era solo negro de pelaje, sino que sus ojos eran de un negro profundo. Si llegaba a anochecer pronto, el gato apenas se vería, se podría confundir con una sombra.
Harry tuvo un chispazo de claridad, su padrino era un animago sin registrar, un perro negro, y había la posibilidad de que ahí hubiera otro animago sin registrar, y él solo conocía un mago con esos ojos negros y esa mirada entre divertida y sádica...
—Profesor Snape, me alegra verlo—.
Un mago de ropaje oscuro, cabello negro y ojos del mismo tono que la más oscura noche hizo su aparición apenas el gato toco el suelo y desapareció, dejando en su lugar al mago.
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Un Plan Desesperado
FanfictionEl Lord tiene un plan extraño... por decir algo. Secuestro a Harry usando una vieja treta y lo ha tenido por semanas aislado de todos, incluso de sus mortífagos. Severus Snape lo rescató y descubrió su rol como espía, pero eso no ha sido lo peor de...