18.- Un nuevo hogar

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—Sev, ¿A dónde vamos? —Harry estaba con los ojos vendados mientras Severus lo guiaba por un camino empedrado por una colina.

—Es una sorpresa—.

Molly, Albus, Sirius y Remus junto con los niños de Merlín estaban cuidando esa tarde a los hijos de Harry y Severus. Hedwig aún estaba teniendo un régimen de pociones porque cuando el Lord la aventó se fracturó sus alas, y aunque fue sanada, no contaron con la maldición que el Lord había intentado lanzar y que dejó rastros en Hedwig. Luego de purgar su sistema de magia oscura, la lechuza fue sometida a un régimen de pociones estricto, pero Aer siempre estaba pendiente de ella.

Hedwig dejó de huir del ave y en cambio pareció dispuesta a darle una oportunidad al insiste pájaro de hielo. Aer no podía ser más feliz y constantemente le llevaba ratones a su lechucita. Fire jugaba mucho en las chimeneas de Hogwarts, feliz de que los elfos domésticos alimentaran los fuegos con su madera de cedro favorita mientras Zolo se deleitaba jugando entre las miles de sombras que había en el castillo y a veces iba a la oscuridad del lago a saludar al calamar gigante. Uisce se dedicaba a pasar el día haciendo nuevos trazos de riachuelos por todos los terrenos de Hogwarts y Talamh gustaba de pasar su tiempo conviviendo con las criaturas del bosque y ayudando a crecer las plantas en los invernaderos.

Sirius y Remus habían decidido empezar una relación despacio, fueron a cenar a Hogsmeade, bebieron una copa de Whiskey y... a la mañana siguiente, todo el castillo los felicito por su "buena química en la cama", pero les rogaron encarecidamente que pusieran hechizos de silencio la siguiente vez, no necesitaban saber que a Remus le gustaba la de "perrito" ni que a Sirius le gustaba aullar cuando llegaba al clímax.

Harry y Severus finalmente si hicieron una fiesta anunciando su matrimonio, en cuanto acabaron los juicios y destierros de los mortífagos, incluso invitaron a los Malfoy, quienes viendo a Severus tan feliz, omitieron cualquier crítica mordaz que quisieran hacer, Draco incluso felicitó a Harry. Fue el apretón de manos más tenso de la historia, pero ambos chicos estaban bien con eso. No iban a ser amigos del alma luego de su historia juntos, pero Harry respetaba que al final, no hubieran querido participar en la guerra. En los libros de Harry, no tomar una decisión también es una decisión y para él, el haberse alejado era una buena decisión.

Draco también se sorprendió de ver a su padre cargando a las bebés de Harry y Severus y quedó igual de enamorado que su padre de ellas, Narcissa estaba radiante, imaginando cuantos vestidos podría enviarles a las niñas y cuantos bailes y tertulias podría mostrarles cuando tuvieran la edad. Ella siempre quiso una niña.

Severus sabía que entre Molly, Minerva y Narcissa, y seguramente Andrómeda, sus hijas tendrían la mejor educación respecto a un mundo que le fue vedado a él por su condición de mestizo. Sus hijos, siendo los últimos herederos de los Potter, serían tratados como magos de añejo abolengo y era mejor que tuvieran cierta educación sobre ese mundo, tenían a Harry y a él para mostrarles un camino de tolerancia y valores, pero ninguno de ellos sabía de etiqueta social y esas cosas, esa era una de las razones de elegir a Lucius como padrino además de su amistad previa. Lucius siempre lo protegió, incluso mientras ambos eran mortífagos.

Albus, sabiendo que sus muchachos buscaban una casa, le dio a Severus un pergamino con las escrituras de una, como regalo de bodas. Cuando Severus leyó el contenido, supo que Albus les había dado el lugar ideal y fue por eso por lo que había pedido al perro y al lobo que cuidaran a los niños, Molly y Albus solo se invitaron solos a acompañar a Sirius y Remus. Ashtar últimamente tenía la costumbre de convertirse en gato y dormir en los cajones, y sus hermanas, que ya tenían unos 6 meses, intentaban convertirse en gatos por ellas mismas, pero aún no lo dominaban y luego tenían orejas y cola por algunas horas. Aun así, se veían adorables.

Un Plan DesesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora