02.- Fantasías

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Dumbledore estaba escuchando el relato de los hechos de boca de Severus Snape mientras Harry descansaba en su habitación. Albus estaba demasiado tranquilo en opinión de Severus. El mismo estaba al borde de un colapso nervioso. Sí, había salvado al muchacho, si, lo había traído a salvo, sí, no tenía daños aparentes, si, era imposible que alguien además de él o el perro de su padrino hubiera podido atravesar las barreras además del Lord, y no veía como su padrino hubiera podido superar el hecho de ver al joven como su hijo para hacer lo que tenía que hacerse.

—¿Y dices que esa poción la desarrollaste tú, Severus? ¿Qué efectos tiene además de aumentar la fertilidad? —Fue la primera pregunta que lanzó Albus al pocionista.

—La poción hace solamente eso, el Lord quería que funcionara en muggles y la desarrolle pensando en muggles, pero la mayoría de los ingredientes no son soportados por ellos. Las adecuaciones al funcionamiento de alguien "no mágico" requiere años de esfuerzo antes de tener una poción estable y otro tanto más de tiempo en pruebas. En ese entonces, supuse que al Lord no le importaría usar mujeres mestizas o "nacidas de muggles", ya que mostraba desprecio por ellas también—.

—Entonces todo el asunto de la "mezcla de sangre" era para tener una generación de magos criados bajo sus ideas y con poderes aumentados por el nuevo flujo de sangre, ¿Por qué los caballitos de mar en esta versión? —.

—No lo sé, los caballitos de mar deberían hacer posible, al menos en teoría, que un hombre tuviera los cambios necesarios en su organismo como para concebir, pero... Potter tomó por poco más de dos semanas una poción diaria. Técnicamente, él tenía ya el "equipo adecuado" cuando... no me hagas repetirlo Albus—La mirada consternada de Severus no pasó por alto a los ojos de Albus.

—Hiciste lo que se tenía que hacer, solo tres personas podían atravesar esa barrera, una era su padrino, otra el Lord y la última, tú. Sirius jamás hubiera podido hacerlo, si hubiera sido el Lord, el plan que sea que estuviera tramando, se habría ejecutado y el último eras tú. Salvaste a Harry de algo que no sabemos que era, y la incertidumbre es peor a veces. Ahora está a salvo con gente que lo protegerá... a él y a ese hijo que pudiera tener en su vientre. Aunque no sea hijo del Lord, lo es de Harry... y de ti. Un niño con la sangre de dos magos poderosos. No dudo que el Lord quisiera hacerse con él, aunque no sea de su sangre—.

—Si tengo un hijo, el Lord tendrá que pasar sobre mi cadáver para tocarle uno solo de sus cabellos—Severus se levantó de la silla donde estaba, irradiando magia oscura, feroz y peligrosa, envolviendolo en un aura que indicaba "peligro" a todas luces.

—¿Cuándo sabremos si Harry esta... en estado? —.

Severus suspiró.

—Un par de semanas, no puedo usar una poción normal para averiguarlo, debo adaptarla para un varón—.

—¿Qué piensas hacer mientras tanto? —.

¿Qué debía hacer? Esa pregunta estaba en la cabeza de Severus apenas pusieron un pie en Grimmauld Place, ¿Qué debía hacer con Harry? Tenía tiempo que no se odiaban, habían logrado superar sus "reservas" uno hacía el otro, pero no eran amigos. No habían tenido tiempo de convertirse en amigos luego de que Harry saliera de la escuela y este fuera puesto "a resguardo", o, mejor dicho, encerrado en la lúgubre casa.

En realidad, pensó Severus al final, todo dependía de si habían logrado concebir un hijo juntos.

—Creo que eso depende de lo que suceda cuando termine la poción—.

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Sirius había estado interrogando sin descanso a Harry, quien se negaba a darle detalles sobre la naturaleza precisa de la barrera que había impedido que se fuera de aquel extraño secuestro. Eso hizo que Harry se retrajera y buscara refugio cada vez más en su habitación, Dobby se encargaba de llevarle alimento.

Un Plan DesesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora