capítulo 48

33K 2K 80
                                    

Han pasado tres días sin que Tyler diera una mínima señal, tres días de tormento, sin poder dormir.

—Sam no comiste en todos estos días— me dijo Mike entrando por la puerta— come un poco ¿si?

No tengo fuerzas para hablar simplemente negué con la cabeza, no tenía hambre.

—Estas pálida, débil—dijo mirándome con lástima—por favor si no lo haces por ti hazlo por tus hermanos, por Tyler el no querría verte así, hazlo por mí... me mata verte así— dijo pasándome un plato con frutas cortadas en trocitos— Necesito que estés fuerte para lo que tengo que decirte...

El sale de la habitación no sin antes dejar un beso en mí mejilla.

—Solo Mike es capaz de traerte fruta creyendo que la comeras— y allí estaba Calvin, tan irreverente como de costumbre.

—¿De nuevo aquí Colt?— él junto con Mike no me dejaron en todo este tiempo, a diferencia de el rey.

—Duchate que te ves fatal Sammy, te llevaré a comer.

—Pudrete no me veo tan mal.

—Mientras nos pudramos juntos nena— rode los ojos.

—Llama a Luke, dile que lo vigile.

—No ira a ningún lado de igual forma— solo eso basto para que lo mirara mal y el soltara una carcajada.

Mire por última vez antes de salir a Tyler, se veía muy mal y eso me partía al medio.

No me dejes, No nos dejes, era lo que constantemente pensaba.

Camino hacia mí habitación yendo directamente al baño. Mí reflejo mismo me espanto, ella no era yo a pesar de ser tan iguales. Tenía los ojos hinchados, debajo de ellos grandes ojeras, el cabello hecho un desastre, y los ojos, aquellos ojos sin brillo alguno.
Me obligó a dejar de mirarme y sin muchas ganas me despojo de la ropa, metiendome a la ducha, rogando porque el agua se llevará todos mis pensamientos con ella.

Es tu culpa, por ti el se está muriendo, matas a todo aquel que te ame, tendrías que estar tu allí

Aquellas eran las cosas que me decía a mí misma, mí mente llego a un punto de colapso que espero poder controlar por mí misma. Me sentía sola aún sabiendo que no lo estaba.

(...)

Me había tomado mí tiempo para ducharme, al salir lo primero que hice fue tratar de arreglar el desastre en el que me había convertido, claro físicamente, y se podría decir que lo logré, ya no me veía tan mal.

Me vestí como de costumbre, y salí buscando a Calvin.
Y por algún motivo se me vino una frase que dijo Mike hoy temprano. ¿Para que tendría que ser fuerte? ¿Que me diría el?

Dejé de pensar aquello cuando vi que Calvin me esperaba.

—Ya avise a tus hermanos que saldríamos.

En estos días Calvin y mis hermanos se han llevado sorprendentemente bien.

(...)

Estábamos frente al mar comiendo pizza, ninguno hablaba, simplemente escuchábamos el sonido de las olas ya que no había tampoco personas por ningún lado. Mirábamos juntos el atardecer.

—Todo saldrá bien Sammy.

—Eso espero Calvin, no soportaría perder a mí hermano por mí culpa.

—Distraete un rato, por eso vinimos aquí, supuse que te gustaría estar lejos.

En aquel momento me lancé sobre el besándolo, beso que no tardó en ser correspondido. Yo me senté sobre el, quien enseguida llevo sus manos a mí trasero.

—¿Estás segura Sam?— dijo en medio del beso sabiendo que esto no era solo un inocente beso.

—Hazme olvidar todo Calvin, cómo solo tu sabes hacerlo.

En aquel momento a el se le oscurecieron los ojos, y tomo control de la situación. Sus manos subieron por mí espalda desabrochando mí sostén, yo terminé su trabajo quitando todas mis prendas de la parte superior. El quitó su camiseta dejándome deleitar con su fuerte físico.
Nos volteo dejándome debajo de el, comenzando a besar mis pechos de una manera tan ruda, y la vez tan excitante. Su atención se dirigió a mí parte baja quitando con rapidez el short que llevaba y bajando sus pantalones. Llevo su mano a sus labios dejando saliva para lubricar su miembro.

—No sabes lo que daría por qué siempre me mirarás de esa manera— me mordí el labio sonriendo.

El se colocó encima mío, y se deslizó en mí interior, haciéndome soltar gemidos de placer. Sus embestidas eras duras, tan salvajes como el y me volvía loca. Mis uñas arañaban su espalda y mis piernas envolvían su cintura.

Calvin era capaz de hacerme olvidar del mundo enteró, me hacía perder la cabeza y gritar su nombre. Era el pecado que no dudaría en cometer más veces...

Descubriendo Quien Es ElDonde viven las historias. Descúbrelo ahora