Inuyasha
La miro desde la distancia, Kagome está ocupada trabajando mientras expone algunos temas sobre la estadística de cambio en la empresa. En realidad, solo me dedico a mirar sus apetecibles labios moverse mientras me imagino las cosas que podrían ellos hacer.
Sesshomaru no parece muy contento de estar aquí, pero tampoco puede decir nada, claro, aparte de opinar sobre lo que propone Kagome. Me reclino en mi silla.
Kagome me dijo que no nuevamente, ¿por qué?, razones que aún desconozco, pero que sé puedo llegar a saber. Sonrío recordando nuestro interesante encuentro. Eso fue hace dos días, desde entonces no hemos podido coincidir siquiera aquí para poder hablar. Ella termina y todos dan sus aportes, pero yo sigo apreciando las vistas. La reunión termina quedando solo ella y yo. Sonrío, por fin mi oportunidad. Ella está recogiendo unos documentos, levanta la cabeza y me mira. Ella es hermosa.
—Por fin un momento a solas—ella suspira y sonríe.
—Si me invitas a comer te doy otro poquito más—tomo un mechón que se sale de su trenza.
—¿Mucha hambre?—ella capta el doble sentido en mis palabras.
—Demasiada—niego acortando la distancia que nos separa. Beso sus labios y ella se deja.
—Hasta cuándo vamos a estar en esta situación—ella muerde sus labios.
—Hasta que encuentre el paradero de Naraku—la miro y me alejo—es la única manera en la que puedo ser feliz. Miki sabe dónde está, hasta que consiga esa información tendré que estar con él—paso las manos por mi cabello.
—Kagome—ella niega.
—Ya está decidido—maldigo bajo. Esta mujer es tan terca.
—Mejor vamos a comer, estás un poco pálida—ella asiente.
—Creo que voy a enfermar, anoche estaba un poco caliente—la atraigo a mí en un cálido abrazo.
—¿Te estas cuidando?—ella muerde sus labios mirando a otro sitio.
—Estoy muy ocupada últimamente—asiento.
—No por eso tienes que descuidarse Kagome, ¿desayunaste?—ella niega y suspiro—¿cenaste ayer?—niega y me tenso—vamos por esa comida rápido—la suelto y en verdad me duele hacerlo.
Salimos de la sala de reuniones y caminamos separados. Entramos al ascensor y al cerrar las puertas la atraigo y la beso. Kagome sabe deliciosa siempre. Cuando las puertas van abrir nuevamente la suelto. Dios, esto es una tortura.
Caminamos con los empleados mirando. Son muy chismosos. Kagome solo se mantiene fría a lo que ruedo los ojos, al parecer algunas cosas nunca cambian. Cruzamos la calle y llegamos a una pequeña cafetería.
Al sentarnos hacemos nuestros pedidos y esperamos. Su teléfono suena y desde aquí logro ver en el identificador el nombre de Miki. Mi cuerpo se tensa y ella toma la llamada.
—Hola amor—aprieto mis labios—a eso voy—silencio—con Inuyasha—ella frunce el ceño—solo me invitó a desayunar—muerde sus labios—sabes que te amo a ti—veo la incomodidad en su mirada—hablamos de negocios—ella restriega sus ojos—bien, adiós—suelta un suspiro y me mira.
—Odio a ese tipo—comento comiendo. Ya que mientras habla un joven trajo los pedidos.
—Odio a Kikyo—sus ojos ruedan—una pregunta—murmura haciendo una mueca cuando se quema con el chocolate.
—¿Cuál?—ella muerde sus labios.
—¿De verdad crees que el hijo que espera Kikyo es tuyo?—dejo de comer y la miro, ella no aparta la mirada.
—No lo sé, Kikyo me engañó una vez, así que creo que se haya atrevido hacerlo de nuevo. Además... No lo sé, cuando el niño nazca veremos si en realidad es mío. No se lo he dicho, pero pienso hacerle una prueba de ADN, no me quiero encariñar con alguien que me van arrebatar—ella solo me observa.
—¿Cuándo crees que tú y yo podamos ser felices?—pregunta apartando la mirada.
—No lo sé, espero que pronto Kagome—ella asiente y sonríe.
—Te amo—un jadeo sale de mis labios. Ella no es consciente de todas las emociones que esas palabras han despertado en mí.
—No sabes cuantas noches soñé con esas palabras saliendo de tus labios, en un momento como este, donde yo no soy un idiota—ella sonríe, pero luego su sonrisa desaparece, quiero preguntarle qué pasa, pero entonces mi cuerpo se tensa y se lo que viene.
—Amor—miro por encima de mi hombro y ese mal nacido camina hasta nosotros.
—Amor, pensé que íbamos a quedar para esta noche—él la besa y aprieto en mantel para no saltar y separarlo de ella.
—Hola... ¿Inuyasha verdad?—asiento serio.
—Si... Si mi mente no me falla eres Miki—él asiente.
—Lo se corazón, pero ya tenía ganas de verte—toma asiento al lado se Kagome—¿no te molesta que haya venido cierto?—ella solo le regala una sonrisa mientras niega.
—Por mi está bien—me mira y veo dolor en su mirada, mierda, ella sufre—¿y tú Inuyasha?—me encojo de hombros.
—Por mí no hay problemas—ella da sonrisas, pero sé que sufre, su mirada no miente y me siento impotente al no hacer nada.
Transcurre alrededor de una hora para que Miki se despida y tenerla para mí solo.
—Sufres—ella me mira sin entender, o quizás solo se hace—sufres cuando ese hombre se te acerca y no sabes cómo me siento al respeto. No puedo verte simplemente así Kagome, tuve que hacer de todo mi autocontrol para no volarle la cara a golpes—ella restriega sus ojos.
—Tengo que hacerlo, se lo debo a mi familia. Tengo que descubrir porque Naraku ambicionó tanto esas tierras como matar a mi familia. Aunque no puedo negar que cada vez que Miki está cerca lo único que quiero es desaparecerlo. Él fue un bastardo que coopero con todo, yo lo sé porque aquel día fui a mi casa. Él llamo diciendo que me tenía una sorpresa en casa. Que venga de inmediato, sonaba tan feliz que simplemente fui de inmediato. Pero entonces lo sentí, sentí algo que me decía que iba mal, que algo pasaba mal en casa. Cuando entre todo estaba en silencio... Cuando llegué a la cocina vi el cuerpo de mamá y Sota en el piso, sus ojos vacíos y supe... Supe que jamás los tendría devuelta, entonces me atacó un hombre, me defendí, pero él era gigantesco y solo sentía dolor—cierro los ojos.
—Vamos a encontrarlo Kagome—ella se levanta.
—Creo que es hora de irnos—dejo el dinero en la mesa y camino. Olvido mi saco y me devuelvo. Al salir Kagome está cruzando la calle. Y lo veo en cámara lenta. Como un auto viene hacía ella.
—¡Kagome!—corro y salto sobre su cuerpo cubriéndole con el mío. Un dolor en mi tobillo me hace morder mis labios. Al caer la protejo para solo yo impactar y sentir dolor.
—¡Oh Dios!—grita ella horrorizada.
—¿Estás bien?—veo el carro irse lejos. No tenía placa.
—¿Tu estas bien?—pregunta con los ojos muy abiertos.
—Lo estoy—susurro.
—Querían matarme Inuyasha—murmura mordiendo sus labios. La atraigo y la abrazo. Un nuevo peligro se acerca y temo que Kagome sea la víctima.
¡Feliz año nuevo!
¿Qué mejor forma que regalando un capítulo más para empezar el año?.Gracias, de verdad muchas gracias, ustedes se han convertido en parte importante de mi vida.
Este año he entablado nuevas amistades con muchas de las personas que siguen esta historia, siempre apoyándome y motivándome a seguirla.
Creo que lo dejo ahí porque luego escribo la nota de autora más larga que el capítulo.
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Por tu perdón Inuyasha
FanfictionKagome completó su venganza de manera inapropiada. Vengó la muerte de su familia a un inocente. Inuyasha tiene el corazón destrozado y Kagome solo busca ser perdonada por él, pero... ¿Se puede perdonar tantas mentiras y dolor? Inuyasha tendrá que de...