26. Estéril

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Kagome

—Solo iré a ver cómo sigue su pie—mi tono enojado es lo suficiente evidente como para que Miki deje de intentar molestarme.

—Entiéndeme amor, ese hombre aún siente cosas por ti—intenta persuadirme—¿cómo te sentirías tu si la situación fuera otra?—pregunta mirándome.

—Confiaría en ti, algo que tu no haces en este momento—lo dejo solo y subo a mi habitación.

Miki me tiene tan enojada, hace dos días que pasó aquel intento en mi contra. La policía no ha encontrado nada y yo estoy preocupada por Inuyasha. Claro, también estoy muy ansiosa por verlo, llevo dos días sin verlo, esto es una tortura para mí.

El doctor le ordenó mantenerse en reposo ya que el pie puede pasar a tener graves daños. Muerdo mis labios mirándome al espejo. Deseo verlo y deseo saber quién diablos me quiere desaparecer del mapa.

Miro hacia la puerta y Miki se encuentra en ella mirándome. Sus ojos misteriosos y bonitos me observan. Yo me giro y le miro completamente.

—Lo siento, no trataba de hacer como que no siento tu confianza verdadera—susurra caminado hasta estar frente a mí—solo no quiero que alguien te robe de mi lado—suspiro.

—Nadie lo hará—digo en un leve susurro—soy tuya—digo tratando de ocultar el dolor en mi tono de voz.

—Por eso te amo—me besa y cuando siento sus manos en mi trasero trato de soltarme, pero él me besa más fuerte y profundo. Quiero huir, no quiero que me bese.

—Mami—el grito de Shippo me salva. Me alejo de él y veo Shippo se acerca mirando con recelo a Miki.

—Amor—beso su mejilla mientras lo abrazo.

—Shito—saluda Miki y ruedo los ojos.

—Es Shippo—corrige mirándolo.

—Amor, creo que es hora de que me vaya—se acerca y me besa.

—Iré—le digo tranquilamente.

—Está bien—alborota el pelo de Shippo y este lo descuartiza con los ojos.

Shippo y yo lo vemos alejarse y salir de nuestras vidas por unas horas, horas las cuales agradezco porque Miki puede ser un verdadero dolor de cabeza.

—No me agrada—me sorprende la sinceridad de mi hijo en este momento.

—Qué tal si vamos a donde te prometí—le digo porque a mí tampoco me agrada Miki, tengo que soportarlo porque es obligatorio.

Shippo me ha pedido que vaya con él, únicamente a la casa de los Taisho a ver a Rin. Sonrío porque creo que le gusta esa niña.

En todo el camino me dice que ha hecho, y sé muy bien que pintar es su pasión. No me sorprendió el encontrar un dibujo de la hermanita de Inuyasha en casa. A Shippo le gusta bastante esa niña.

Cuando llegamos suspiro pesadamente. Veo a Kikyo salir y hablar con alguien muy sonriente y feliz. En silencio Shippo y yo nos acercamos ya que ella nos da la espalda y quiero saber un poco de eso que la tiene tan feliz.

Kikyo definitivamente no es mi persona favorita en este mundo. Las razones son bastantes conocidas, así que cualquier cosa que parezca extraña yo la descubriré.

—Todo marcha a la perfección—dice y suelta una risita extraña—¿el embarazo? No sé cuánto dure esta mentira, ya seguí los pasos para eso, pero es muy difícil ver mi cuerpo así—se queda en silencio—sabes que soy estéril—mis ojos se abren tanto que temo salgan de órbita—creo que ya debo entrar—me hago la que no escucho nada y doy un paso fuerte para que note mi presencia, su sonrisa se borra al visualizarme.

Por tu perdón InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora