Epílogo

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Kagome

—La princesa se asustó y el príncipe la abrazó mientras gritaba que la amaba—sonrío mirando la criatura que duerme ahora en una cuna.

¿Quién iba a pensar que ya mi niña tiene nueve meses de nacida? Nadie, pero lo mejor es que no recuerde el parto. Casi muero en el proceso.

Flash back

—Shippo—me río mientras él acaricia mi abultado vientre.

—¿Qué será?—pregunta con su pelo naranja alborotado.

—Una niña—él ríe dulcemente y me levanto dejando caer mi vaso de agua—amor busca algo para secar eso—él asiente y yo descalza camino, en un descuido resbalo y caigo al suelo—¡ah!—el dolor me hace llorar rápidamente—¡Shippo!—grito e inmediatamente lo tengo aquí—llama una ambulancia corazón—veo mi vestido verde como se torna rojo. Shippo con ojos llorosos me pasa el teléfono y marco sintiéndome mareada.

Cierro los ojos y escucho a Shippo llorar. El fuerte dolor me hace abrirlos y ver cómo me suben a una camilla mientras Inuyasha llora. Él toma mi mano y me murmura cosas que no comprendo. Que no le pase nada a la bebé. Mi vista se nubla y es como tener pinticas negras que no me dejan ver con claridad.

Al llegar al hospital me bajan y entramos a emergencia de inmediato. Tengo miedo y no quiero que Inuyasha me deje sola ahora.

Los dolores son horribles y me siento desfallecer en cualquier momento. Inuyasha entra y la doctora me grita que tendrán que hacerme cesárea.

Pero el dolor es muy fuerte y termino desmayándome en el parto. Solo quiero saber si mi bebé está bien.

Fin del flash back

Naomi es una niña preciosa. Le pusimos ese nombre en honor a mi madre. Su cabello azabache con tonalidades plateadas es hermoso. Sus ojos son iguales a los de su padre y es una consentida de lo peor.

Siento el cálido aliento de Inuyasha en mi cuello por lo cual sonrío. En dos días será nuestra boda. ¿Por qué esperamos tanto? Quiero que mi hija este presente. Además de que Inu tuvo que viajar por motivos de negocios y las fechas que acordábamos coincidían con su trabajo.

—Es una niña hermosa—susurra pasando una mano por mi cintura.

—Lo es—murmuro maravillada.

—Vamos a la cama—asiento y camino junto a él. Antes pasamos por la habitación de Shippo quien duerme plácidamente. Beso su cabeza y sigo mi camino.

Entro a la habitación y me desnudo para colocarme la piyama, pero las manos de Inuyasha en mi trasero me detienen.

—No sabes que tan erótica te vez—susurra en mi oído. Jadeo a la vez que muerdo mis labios.

Me doy vuelta y le sonrío despacio. Creo que luego de tener una hermosa familia, lo que más amo es la pasión que este hombre me ofrece.

Despacio lo beso, pero al parecer él quiere más por lo que me hace besarlo con más pasión. Mis piernas se enredan en su cintura. Muerdo sus labios y los succiono con fuerza.

Inuyasha me deja en la cama y sonríe. Se deshace de su ropa y yo lanzo lejos mi sujetador quedando en bragas frente a él. Él baja lentamente mis bragas que cierro los ojos. Mis piernas son abiertas por sus hábiles manos y solo miro el techo en espera de que entre en mi interior. Me sobresalto al sentir su cálido aliento por lo que bajo la mirada y abro los ojos. Inuyasha me da una sensual sonrisa antes de enterrar su cara en mi interior.

Por tu perdón InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora