Desde su última visita todo se volvió tan complicado como agobiante; las cosas dieron unos giros inesperados convirtiendo su vida ya caótica aun más tormentosa. Responsabilidades por las cuales hacerse cargo, cosa que ni él mismo podía atenderse como se debe.
Un hermano...
Inverosímil; tal palabra le causaba una gracia aterradoramente imposible de creer. La vida maquinaba unas irrealidades absurdas, la suerte nunca estuvo de su lado y tampoco lo estaba ahora con una nueva carga familiar.
Familia...
Nunca la tuvo y era precisamente eso lo que lo asustaba, tener a alguien que llevaba su misma sangre corriendo por sus venas, era algo tan maravilloso como horrendo. Porque él llevaba una vida del asco de la cual quería salir,
¿Cómo decirle?
Y eso era otra cosa... Su hermano no podía hablar, estaba inmóvil bajo unas sabanas blancas tal cual "La Bella Durmiente".
La vida es endemoniadamente caprichosa...
- Zafiro tienes otro cliente, date prisa y prepara todo es tu cliente V.I.P de siempre.
- Otra vez él - se dijo con cansancio.
Desde su primera sección con aquel sujeto tenia la manía de visitar el café diariamente, primero era visitas frecuentes una o dos veces el primer mes, luego pasaron a ser cada semana, hasta que todos los malditos días se presentaba en su calabozo con esa sonrisa arrogante que al pasar del tiempo se fue dibujando conforme sus encuentros.
El sonido rechinante del metal al abrirse y cerrarse resonó por el lugar seguido de unos pasos pesados avanzar al centro de la sala, sentándose en la única silla, cruzándose de brazos y piernas con la vista fija en su nuca causándole incomodidad. Respiro profundo pidiendo paciencia mental para lo que se avecinaba. Tomo el mango de su fusta perdiendo su mirada en el agarre.
- Te estás encaprichando.
- No lo hago - severo como de costumbre respondió a una pregunta que no fue expuesta en ningún momento.
- Entonces debo asumir que eres un autentico masoquista.
- ¿Te molesta mi presencia? - dijo áspero frunciendo el seño con la mirada fija en aquella diminuta figura que no se había girando en ningún momento, permaneciendo frente a la mesa de instrumentos que él ya había tenido el desagrado y el placer de probarlos todos.
- No - se apresuro a contestar, esta claro que no se sentía contento que estuviera de nuevo en su celda pero, muy lejos de molestarle era más bien incomodidad. Todo los días se presentaba y cada vez que lo hacia su trabajo se complicaba al pasar de los días, compartiendo con aquel hombre fornido, de buen porte, excelente musculatura, un cuerpo de infarto sin dudas. No solo era eso, a pesar de tener un carácter frio y escrupuloso, con el tiempo fue mostrando ese lado gentil y caballeroso asía su persona - me incomodas, estas viniendo más de lo normal y debo recordarte una de las reglas: "yo no soy propiedad de nadie y soy dueño de mí mismo" es decir: "no te apegues".
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ADVERSIDAD
FanficDeidara un estudiante de artes muy dedicado y apasionado que trabaja en una floristería resulto ser víctima de un atentado. Quedando en estado vegetal su espirito vaga por los lugares que alguna vez frecuento. Como un alma en pena se siente frustrad...