A sus 17 años Ryou Bakura nunca creyó tener una vida normal y cotidiana después de tener tantas malas experiencias desde corta edad, su primer novia solo le había usado cual simple accesorio y su mejor amigo solo se había vuelto su "amigo" para que su padre tuviera una oportunidad de hablar con el suyo, acostumbrado a tales actos se cerró a si mismo volviéndose alguien reacio a hablar con alguien más de lo necesario, siempre creyó que sería una persona solitaria, pero ahora mismo vivía los mejores momentos de su adolescencia, cada día salía con el chico que le gustaba aunque este no lo supiera, ya habían ido al centro comercial, a la plaza, a la casa del otro y hasta el parque acuático el cual habían frecuentado varias veces a petición del tricolor, para Ryou Bakura fue un placer culpable siendo que así se deleitaba de la piel desnuda del chico tricolor cuestión que le quitaba el mal sabor de boca al reconocer que el chico que le había robado el corazón estaba enamorado de alguien más, Anzu Masaki, presidenta de su grupo y tesorera del consejo estudiantil, chica normal de 16 años, bonita, entusiasta y de buenas notas que tenía un peculiar carácter un poco entrometido para su gusto.
Ahora mismo veía la escena que pensó jamás ver, Yugi Mutou como de costumbre tenía ese don de poder asombrarle y ahora lo hacía, una vez más cabía decir, a pesar de su aspecto a veces podía ser más valiente que otros que le doblaban la estatura y ahora mismo lo demostraba al declarársele al fin a Anzu Masaki quien trabaja como ayudante de salva vidas en la piscina para niños del parque Acuático.
Su corazón se ha acelerado, siente los segundos volverse eternidad al ver la escena, si le dice que si será el fin, y entonces a su mente llega el deseo de que Anzu Masaki rechace al chico que cree ser él más lindo del mundo y aquello le pesa, le hace sentir mal.
Y como si sus plegarias fuesen escuchadas pasa lo que más deseo por un breve instante, le mira volver, en su semblante hay una sonrisa que pronto se desdibuja, quiere preguntar cómo se encuentra pero hasta la pregunta se le hace estúpida a sabiendas de que debe estar desecho, le pasa el brazo por encima de los hombros mientras caminan juntos hacia los vestidores.
–¿Quieres ir a mi casa? –es la propuesta de Ryou Bakura, la propuesta que acepta Yugi Mutou sin chistar a sabiendas que no quiere que su abuelo le vea en ese estado, comprende que es tonto llorar por ser rechazado, pero aun así no puede evitarlo, le gustaba esa chica y sus sentimientos no fueron correspondidos, no la culpa, no la odia aun así un par de lágrimas brotan mientras siente como el agarre de su amigo aumenta.
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Ya ha ido varias veces a su casa y ha estado en su habitación, ve como los póster cada vez más van aumentando en las paredes blancas, hasta ve un par de estrellas que él mismo le ha regalado a un costado de la cabecera junto a la lámpara, trae encima una camisa a rayas color blanca y negra, se la ha prestado él, el olor a lavanda sigue en ella, además le queda grande algo bueno para él siendo que sus pantalones no le entran, debe esperar a que salgan de la secadora si no fuese porque al regreso hubiese tropezado con una pequeña que el mismo chico ingles tuvo que calmar al ver su helado en la ropa del amatista, específicamente en su pantalón también él se hubiese puesto a llorar lo que tanto aquejaba a su corazón.
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Trae un poco de té junto un plato lleno de bocadillos, un par de galletas de mantequilla, se siente mal, si bien deseo su rechazo para tenerle el verle así le duele, pronto llega al segundo piso y encuentra el inconveniente de tener que abrir con la bandeja en manos, pero antes de decir algo la puerta es abierta y la imagen más adorable para su vista se encuentra frente a él, el chico que le gusta usando su ropa, en su mente pensamientos que reconoce como impuros se estacionan y comprende que sería agradable verle usar su ropa más seguido.
La camisa le llega por debajo del muslo, por suerte los bóxer del tricolor están intactos, logra notar que son grises entonces comprende que hasta él puede ser un tanto pervertido, puesto que sus ojos se han desviado a su zona baja cuando este se giró a darle entrada, le ve sentarse en la alfombra de su cuarto, apoya su espalda en la cama, no mira nada en específico, solo se queda en silencio sin decir nada.
El silencio se estaciona, no sabe que decirle para hacerlo sentir mejor, le ofrece un poco de té, él acepta la taza, bebé un par de tragos mientras la sujeta, piensa en decirle algo, pero realmente no sabe qué hacer en ese tipo de situaciones.
Se sienta a su lado, mira el techo blanco, siente su cabeza recostarse en su hombro, el sonrojo aparece en sus mejillas.
–Ryou –le llama suavemente– gracias –afirma, él suspira, su mano se desliza a su costado y le abraza, el debate mental empieza, comprende que no es el momento, que merece un poco más de tiempo, pero el estar cerca de él le inquieta, le está volviendo loco, por primera vez siente en él un impulso de hacer algo suyo, algo propio de sí que nadie pueda tomar, tal vez se deba a lo sucedido hace un momento, la estrecha cercanía, al cumulo de sentimientos que siente desbordarse o solo al hecho de ver sus finas piernas desnudas, pero entonces se deja llevar y empieza a hablar.
–Creo que ella es tonta –dice sin verle, su mirada se mantiene al frente, el flequillo oculta parte de su rostro, el tricolor le mira escéptico y por primera vez nota que Ryou Bakura no es un chico amable, al menos no con cualquier persona –respeto tus sentimientos, comprendo que te sientas mal, que quieras llorar y puedes hacerlo, te han roto el corazón pero este no es el fin del mundo Yugi –se gira a mirarlo, en sus orbes no hay dudas, el chico trata de sonreír y hasta deja salir una risa metálica y lastimera que muere enseguida.
–Lo sé Ryou es solo que... –trata de decir algo, pero las lágrimas brotan, desde tiempo atrás había sentido algo por la chica de pelo castaño, hace poco habían hablado por primera vez al haber ganado su idea y por fin se sentía con el suficiente valor de decirle lo que sentía sin embargo una parte de él comprendía que aquello solo era una mala idea y solo quería declarar sus sentimientos para seguir adelante sin remordimientos, pero le duele y no puede evitarlo porque la quiso aunque no fuese correspondido.
–Yo creo que hay gente mejor que ella, gente que te querrá aún más de lo que la quisiste a ella –afirma –su rostro es serio, demasiado para su gusto, algo neutro, pero al final el amatista sonríe ante su gesto mientras se limpia las lágrimas.
–Gra... –se queda sin terminar la oración ante sus palabras y el agarre firme "Como yo" suelta mientras le toma del rostro, sus lágrimas cesan, sus orbes se abren como platos mientras sus labios son apresados, mira sus orbes color cafés claros, los segundos pasan, se deja hacer, el beso no le resulta desagradable pero tampoco lo sigue, ese chico le ha robado su primer beso y cuando este se separa sale corriendo tomando lo que puede, Ryou Bakura no lo detiene, se queda solo en la habitación mientras oye el portazo de la puerta al cerrarse, comprende que ha sido impulsivo y que hasta la pudo haber cagado.
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Lovely Boy【Heartshipping】
FanfictionRyou Bakura, chico mitad ingles se ha mudado a Domino City, no espera gran cosa de la vida; graduarse, tener un trabajo decente. ¿La razón? Simple, desde tan joven edad a comprendido lo manipulable que es la gente lo cual le ha llevado a toparse co...