IX

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–Gracias por dejarme pasar –sonríe amable, duda si en sentarse en su cama aunque él le ha dado indicaciones de que lo haga, al final accede– no vine a molestarte, lo cierto es que te debo una explicación y creo que es tiempo de dejar de huir –mira al frente mientras sonríe, el tricolor está a su lado, sigue mirando hacia abajo– lo que hice fue algo horrible, porque fue sin tu consentimiento –afirma y el tricolor alza la mirada, sus orbes parecen temblar sin embargo no dice nada– pero no me arrepiento– le mira mientras sonríe– sé que sonara extraño y es deshonesto de mi parte por todo este tiempo que hemos pasado juntos pero lo cierto es que antes de que nos conociéramos en persona yo estaba interesado en ti, hasta me tome la tarea de investigar de donde eras –una risa dejo salir– sé que se ve mal de mi parte y suena a una locura pero no pude evitarlo, eras la primer persona que había sido bueno conmigo sin necesitar algo de mí o de mi padre, aquello era nuevo para mí –suspira– mi padre es un arqueólogo, mucha gente se acerca a mi o a él para tener un trato mejor, además mi apariencia llamativa atrae a la gente que no se fija en mi por como soy sino por como luzco, lo cierto es que cuando llegue a Domino creí poder tener una vida normal y común al ser una ciudad pequeña pero al final como de costumbre mi apariencia resalto atrayendo gente que no quería, lo cierto es que me resigne y me refugie en los juegos pero jamás creí que en ellos encontraría a alguien como tú Yugi y ante mi curiosidad no me pude resistir a buscar más sobre ti hasta que supe que ibas en la misma escuela que yo –bajo la mirada– lo cierto es que cuando supe que eras tú no pude evitar observarte a lo lejos e imaginar que un día podríamos hablar en persona y eso fue hace más de cinco meses.

–Ryou...

–Lo sé, soy patético, solo al verte en problemas me di el valor para dirigirte la palabra –suspiro– lo cierto es que cada vez que salíamos no podía evitar pensar en que en algún momento podríamos ser algo más en el futuro pero... ¿Lo arruine verdad? –sonrió melancólicamente– si no quieres que me acerque a ti o a los demás chicos lo comprenderé pero creo que te debía una explicación –volvió a suspirar– lo cierto es que me gustas mucho, a tal grado que puedo afirmar que me he enamorado de ti... –se levantó de la cama para dirigirse a la puerta sin embargo el agarre de su manga le detuvo –¿Yugi?

–¿Podrías dejar de ser tan egoísta? –le miro perplejo, vio su rostro levantarse y en sus orbes desbordarse las lágrimas –deja de decidir todo por tu cuenta –le escucho decir mientras las lágrimas salían.

–¿Entonces no quieres que me vaya?

–¿Por qué querría que uno de mis mejores amigos se fuera de mi lado?

Ryou torció el gesto –Pero yo no quiero solo ser tu amigo, quiero que me consideres como algo más –frunció levemente el ceño.

–Lo comprendo –dijo el tricolor mientras le soltaba y empezaba a limpiarse las lágrimas –solo que esto es demasiado para mí, necesito tiempo, son muchas cosas y lamento que mi capacidad para ordenar todo no sea más rápida pero yo... –le miro– no quiero que te vayas así sin más.

El albino suspiro, comprendía la situación, no solo era corresponder su declaración era también superar su rechazo además de ver la posibilidad de tener una relación gay con uno de sus mejores amigos –déjame abrazarte –dijo serio, el tricolor asintió, nunca le había visto así, el albino se acercó y le aferro mientras apoyaba su mentón en su cabello, suspiro –mereces tiempo pero por favor considérame no solo tu amigo sino pretendiente –beso su frente cuando se separó, ambos orbes se miraron, le soltó solo para colocar sus manos en sus mejillas –odio verte llorar, aún más si es por mi causa –arqueo sus cejas con pesar –realmente lamento haberte asustado aquel día aún más porque me necesitabas –limpio con el pulgar las comisuras de sus lágrimas.

–Yo también lo siento –hablo el tricolor– no supe reaccionar y lo cierto es que me tomaste con la guardia baja, también debo decir que no me diste miedo Ryou, solo fue inesperado –admitió, en el rostro del albino poco a poco se dibujó una leve sonrisa.

–Entonces... ¿Podrías dejarme besarte?

Las mejillas del tricolor se tornaron carmín, las de Ryou se habían puesto del mismo tono pero en un grado menor.

–Yo... esto...

–Lo siento, te incomode de nuevo –desvió la mirada.

–Estos temas –empezó el tricolor –soy nuevo en esto, lo cierto es que tú me has dado mi primer beso –admitió apenado.

Le miro por unos segundos al final sonrió –Yo tampoco soy un experto –se rasco la mejilla con el índice –también para mi es nuevo esto... el estar enamorado de alguien, lo cierto es que no sé qué debo hacer, solo siento que quiero demostrarte que te amo sin importar que –dijo sin duda alguna.

Se levantó de su asiento y se acercó hacia él, un simple beso en la mejilla fue lo que lo llevo a hacerlo, tal vez solo eran palabras que para algunos carecían de credibilidad pero para él que comprendía lo que era la timidez y le conocía bien eran palabras de mucho valor y peso ante la confianza que se quería ganar para tenerle como pareja.

Las mejillas del albino se volvieron carmín nuevamente, le miro, su cabeza estaba gacha mientras seguía tomando su manga.

–En la mejilla y frente están bien al menos hasta que pueda darte una respuesta –dijo sin verle, le vio temblar en su lugar, sus orejas también estaban rojas, Yugi Mutou era un chico penoso después de todo al igual que él pero ante aquella similitud alguien debía de dar el primer paso y al fin el mitad ingles lo había hecho, sonrió con ternura mientras tomaba su rostro y lo levantaba, se inclinó y deposito un casto beso en su frente.

–Gracias –fue lo que le escucho decir mientras cerraba los ojos con fuerza, seguían sus mejillas rojas. Sintió sus manos alejarse al igual que sus labios –lo lamento debo irme, mi padre vino a la ciudad y prometí no tardar, te marco al llegar a casa –abre la puerta mientras se despide alzando la mano.

Se deja caer en la alfombra de su cuarto, las piernas le tiemblan, solo un abrazo, un simple beso pero su corazón sigue latiendo, sus palabras resuenan y el rubor parece amenazar con no querer irse nunca de sus mejillas, comprende que esta es una situación complicada, nunca antes se había sentido así por alguien hasta ahora, ni por Anzu Masaki.

Lovely Boy【Heartshipping】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora