Mis manos temblaban y en mi estómago los malditos gatos arañaban sin parar (las mariposas están sobrevaloradas).
Mordí mi labio fuertemente y me atreví a preguntar algo que me haría la persona más feliz de toda España o simplemente acabaría con todas mis esperanzas.
-¿Cómo se llama? –la pregunta desgarro mi garganta y voló por el aire.
"Que diga –Eres tú"
"Por favor..."
"Por favor..."
"Prometo hacerte feliz, te lo prometo. Enserio te lo prometo"
"Sólo tienes que decir dos palabras"
"Mangel, Por favor, tienes el poder de hacerme brincar de alegría o mandarme a mi habitación a llorar"
-Camila... su nombre eh Camila. La conocí en El Sol. Ayer salí con ella, por eso no pude ir contigo. Ella es asombrosah, te la presentare, seguramente a ella le guhtaría conocer al mejor amigo de su novio. Estoy tan feliz, Rubiuh, si hubieras visto cuando la conocí, jamás hubieras imaginado que...
"Camila"
"Me cambio a mí por ella"
"Cambio mi cumpleaños por una cita"
"Su novio"
"Si hubieras"
"Si hubieras..."
Un nudo en mi garganta me estaba sofocando, la vista se tornó borrosa y tuve que parpadear para alejar a las lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento.
¿Cómo te sentirías si aquel del cual llevas enamorado por mucho tiempo te dice que es feliz con otra persona? ¿Cómo te sentirías que jugaran con tus sentimientos sin siquiera saberlo? ¿Es así como se siente cuando tiran tus ilusiones al vacío?
Escabullí mis manos de las suyas y me levante dirigiéndome a mi habitación y dándole la espalda.
-Mangel, me siento un poco mal, hablamos después –mi voz salió en un susurro y apenas era audible.
-¿Ehtas bien? ¿Quieres que te prepare algo? –no me dejo responder. Sentí sus manos sobre mis hombros obligándome a girar, agache la mirada: en cualquier momento mis lágrimas escaparían. Su mano se dirigió a mi frente y a mis mejillas -.Pues yo no siento que tengas fiebre, seguramente comiteh algo que te sentó mal, te preparareh un té.
Su voz era de preocupación, si quería que esos sentimientos se calmaran debería dejar de hacer eso. Me hacía daño, hacía que me siguiera enamorando más de él. Debía mantenerme alejado.
-No, Mangel. Sólo es un pequeño mareo. Yo te marco por si te necesito, además creo que iré un rato con Alex –en parte era verdad, ayer me porte muy mal con él, no era su culpa, pero yo estaba muy resentido y sólo le cerré la puerta en su cara.
-Vale, cuídate, cualquier cosa me llamas –dijo tranquilamente a la vez que depositaba un beso en mi frente y se dirigía a la salida.
La puerta se cerró detrás de él y la primera lágrima de muchas se hizo presente.
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Si Fuera... Si Pudiera (Rubelangel)
Short Story¿Por qué dejé que esto pasara? ¿Tan grande fue mi maldita cobardía? ¿Tan grande fue mi miedo al rechazo que lo perdí todo?... lo perdí a él. Nunca entendí a aquellos que lamentaban no poder volver el tiempo atrás, yo aveces lo hacía, pero nunca con...
