La música country retumbaba en las paredes de aquel bar. El sonido de las risas y las copas chocar llenaba el lugar de una manera cálida.
Dos amigos estaban sentados en la última mesa, justo en el fondo. Un pequeño pelinegro jugueteaba con un pequeño salero y un chico castaño no dejaba de dirigir su mirada a la puerta principal.
-Cojones de mono, ya son la diez cincuenta y seis. Quedamos que a las nueve treinta y es hora que el cabrón no se aparece y ni siquiera se digna a responder el móvil. Joder.
Alex no es la persona con la mayor paciencia en el mundo, pero ahora, con justa razón estaba más que cabreado.
-Por favor Alex, sólo diez minutos más.
Un bufido de parte del menor fue como una afirmación para Rubén. Él aún tenía la esperanza de que Mangel entrara por aquella puerta con una sonrisa y se acercara a abrazar al castaño cariñosamente y que su olor lo embriagara.
Hoy era el cumpleaños de Rubén.
Habían acordado el día anterior reunirse en aquel bar a las 9:30 de la noche, después de ahí se irían a recorrer Madrid hasta las altas horas de la madrugada y emborracharse a lo loco como en los viejos tiempos. Pero Miguel aún no se dignaba a aparecer y las ilusiones de Rubén se estaban escabullendo por un caño.
Alejandro notó la ansiedad de su amigo, sólo alcanzo a abrir un poco sus labios porque un sonido molesto interrumpió su intención. Rubén rápidamente llevo sus manos a sus bolsillos y sacó su celular, una notificación indicaba que le había llegado un mensaje en Whatsapp con el nombre de contacto que ni más ni menos le pertenecía a su mejor amigo. Desbloqueo la pantalla y se dirigió velozmente a la aplicación, abrió la conversación y al leer aquel mensaje se quedó estático.
Mahe <3
Lo siento Rubius, tuve un contratiempo y no podré ir. Sigan sin mí, disfruta tu noche. Feliz cumpleaños.
Alexby al observar la reacción del castaño le arrebato el aparato de las manos y leyó el texto. Sus ojos pasaban una y otra vez por aquellas palabras y todavía no lo podía asimilar.
Mangel nunca de los nuncas dejaría plantado así a nadie, pero al parecer se equivocó ya que se perdió el cumpleaños de su mejor amigo sólo por un "contratiempo".
Rubén no se movía, su boca estaba levemente abierta y sus manos se cerraron en puños, sus nudillos se volvieron blancos y el color se le subió a la cara. Una pequeña lágrima se escapó de sus ojos cristalinos y cerró los parpados fuertemente.
-Rubius...
-Alex, vámonos por favor.
-Rubén, podemos ir al parque o...
-Por favor -susurro apenas en un hilillo de voz, cuando Alex lo miro a los ojos supo que estaba conteniéndose y que en cualquier momento se rompería.
El pequeño pelinegro tomo ambas chaquetas y cogió la mano al castaño como si de un niño se tratase, saliendo del lugar. Rubén tenía la mirada baja y borrosa, dejándose guiar por la mano de su amigo.
Hoy Mangel lo había desilusionado, pero más que una desilusión, fue como un pequeño golpe de la realidad.
Había cosas más importantes para Mangel que él.
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Si Fuera... Si Pudiera (Rubelangel)
Short Story¿Por qué dejé que esto pasara? ¿Tan grande fue mi maldita cobardía? ¿Tan grande fue mi miedo al rechazo que lo perdí todo?... lo perdí a él. Nunca entendí a aquellos que lamentaban no poder volver el tiempo atrás, yo aveces lo hacía, pero nunca con...