21 de Noviembre

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Desperté, eran las seis con quince minutos.

El cielo seguía obscuro. Todo estaba normal.

Otro día más para trabajar.

Me preparé para ir a la escuela, y sin darme cuenta, me vestí para ti.

Quería impresionarte con mi falda azul y mis calcetas largas.

Todos me hacían cumplidos.

¿Pero tú?

Si quiera habías notado que había hecho algo con mi cabello.

Apenas notaste que llevaba una falda.

Y eso llegó a decaerme.

Mirabas a todas las chicas a tu alrededor. 

Y llegué a creer, que también me veías.

Que por un momento, te habías fijado en lo que llevaba puesto.

Que justo ese día, había decidido vestirme con el propósito de sorprenderte.

Que pensaras "Vaya, me he ganado la lotería".

Que tan siquiera te hubieras puesto a pensar que habías encontrado a la correcta.

Porque verte con más chicas, me ponía celosa.

Porque viéndote triste, me acercaba a alegrarte.

Porque si estabas feliz, me pondría feliz, por ti.

Porque aún sabiendo que esto nunca iba a funcionar, me quedé.

Me quedé porque te quiero.

Aunque me hicieras daño.

Estaría ahí.

Aunque tú no fueras para mí.

Aunque yo no fuera para ti.


2 A.M thoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora