4 de Noviembre

5 0 0
                                    


"Donde veas el 1% de posibilidad, ten 99% de fe"


Veamos, ¿cómo puedo decir en pocas palabras lo fatal que me siento ahora?

En la fiesta del martes pasado me armé de valor para ir a hablarte, porque, de purita casualidad estabas solo. No podía dejar ir aquella oportunidad que tanto anhelaba desde principios del semestre. Y ahora que lo tuve, lo desaproveché. De verdad. El acercarme ya había sido un gran paso, el que me saludaras de beso también, pero... El mirarte un momento a los ojos, ignorando la música de fondo, la gente... todo a nuestro al rededor no importaba y se había esfumado, solo que para ese momento, mi cabeza no podía procesar lo que estaba pasando, no podía pensar con claridad, y es que esos ojos color envase de caguama, me miraron expectantes, y yo no podía hacer ningún comentario porque saldría como un arma de doble filo.

Así que, me eché para atrás y te dije que mejor lo olvidaras, sonreíste y me tendiste tu mano, y fue ahí cuando supe que había valido cacahuate todo el esfuerzo que había hecho. Chocaste mi mano y luego hiciste un puño para que te respondiera de la misma manera, lo cual hice, totalmente confundida, sin saber si ese saludo había sido señal de que todo estaba bien, compa.

Aun extrañada decidí irme, no podía reclamarte en ese momento lo que estabas haciendo. Y tampoco pude decirte lo que realmente quería.

¿Hasta cuando vamos a poder hablar?

Incluso tus mejores amigos me saludaron sonrientes y cómplices, como si nada entre nosotros hubiera pasado, o quizás como que sí, pero, ¿tú? ¿Por qué habrías de recibirme con una gran sonrisa y un beso?

¿Fue a caso porque hacía tiempo que no estábamos tan cerca el uno del otro? ¿O fue, quizás, coincidencia que decidieras saludarme de beso por segunda vez en todo este tiempo que llevamos de conocernos?

Solo la persona que está escribiendo esta historia sabrá con exactitud tus intenciones y tus más grandes deseos, pero, si no hacemos nada para aclarar las cosas, siempre estaré pensando en ti, y en la hermosa historia que podemos protagonizar.

He de mencionar que también en mis sueños estás presente, porque tal vez mi subconsciente tampoco puede superarte. 

Por favor, déjame dejarte ir.

Si lo nuestro no puede ser, por favor dímelo, o demuéstralo, no solo con saludos de compas, que a mis amigos y a mí nos dejas cada vez más confundidos...


2 A.M thoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora