24 de Marzo

8 0 0
                                    

Ya han pasado tres semanas desde que volvimos a hablar. Desde que tuvimos la oportunidad de ser algo más. De darnos cuenta, que quizás, seríamos el uno para el otro.

Pero el tiempo corre. Y no nos esperará.

Acepto que he tenido oportunidades para ir a hablarte, sin embargo, cada vez que salgo de mi cuarto, algo no me deja avanzar. Incluso la excusa más tonta no la puedo decir. El miedo me invade y se apodera de mí, haciéndome parar y reflexionar si lo que haré valdrá la pena.

Pero, ¿y qué si no lo vale? Al menos lo intenté.

Me decía a mí misma que podía hacerlo, que podía ir a pedirte un favor, porque la vida está avanzando, dejándome atrás, sin importar lo que sienta o diga.

Y es justo en ese momento donde me doy cuenta lo mucho que me hace falta volver a hablarte, sentirte, olerte, escucharte... Cuando ayer nos vimos mientras íbamos por caminos opuestos, nos observamos por algunos segundos que parecieron eternos, pero ambos decidimos ignorar que el otro estaba al lado.

Ahora son vacaciones. Todo el mundo quería salir ya del trabajo y la escuela. Es solamente una semana, y aún así, yo no estaba preparada para no poder verte o sentir que estabas cerca de mí. Durante nueve días.

¿Podré perdonarme por haber perdido tantas veces la oportunidad de aclarar las cosas contigo?

2 A.M thoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora