01 de Agosto

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Heme otra vez aquí en el primer día del mes.

¿Está heme bien usado?

Últimamente me he olvidado de como escribir algunas palabras, incluso en como hablar. Y hablando de eso, no tengo palabras para describir lo increíble que fue ir al otro lado del mundo, pero, quizás también quiero que así se quede recordado...

Desde que he leído un libro de psicología he estado analizando cada acción que hago o cada pensamiento que tengo. Es como si al final de cada oración que digo, mi voz interior me cuestiona sobre ello y me hace reflexionar.

Es por eso que quizás quiero que este viaje que tuve tenga un significado más allá de lo que principalmente era, un voluntariado. Incluso lo tengo marcado en la piel, y así se quedará por el resto de mi vida. Aunque quizás el símbolo no sea solamente para recodar este viaje, sino para recordar que puedo salir adelante, que aun creciendo en un ambiente lodoso puede nacer una hermosa y pura flor.

Hay tantas cosas de las que quiero hablar que no encuentro cómo enlazar todos los temas, para que así tengan un sentido. ¿Me explico?

Apuesto a que no.

Ahora que me pongo a pensar... Ya no hay nada importante qué contar. Qué recordar. De alguna forma fue una gran experiencia desde que fue un viaje al que fui sola, sin amigos, ni familia, nadie del mismo continente siquiera. Fue un gran reto para mi persona, y me encantó poder estar en otro país con un idioma totalmente diferente y caminar a las 2 am con el viento moviendo mi cabello.

Con esto se me vino a la cabeza que un día me sentía extremadamente triste, no puedo recordar el motivo, pero esto me mantuvo pensando desde la mañana hasta la noche. Salí de la estación del metro Binhe Lu, después de haber escapado en la mañana hacia Shanghai con la pequeña Edith, y para mi sorpresa estaba lloviendo. Llevaba una pequeña bolsa negra con el nombre de la marca ONLY, que era todo lo que me podría ayudar si es que pensaba en salir a la oscura y húmeda noche. Las personas que se encontraban esperando parecía que no les gustaba desperdiciar su tiempo ahí, algunos estaban sentados en el suelo y otros estaban parados en espera de sus parientes o taxis. Pero en este caso yo estaba sola y sin mis dos fieles compañeros que usualmente están conmigo la mayor parte del día. Como veía que el clima no mejoraba, decidí poner un pie afuera. Caminé rumbo al edificio de departamentos en el que me hospedaba y aunque tratara de cubrirme con la bolsa de papel ésta comenzaba a deshacerse por las gotas de lluvia que parecían cada vez azotar más fuerte contra la ciudad. Una canción de Sam Smith sonaba en mi teléfono y trataba de pegarlo a mi oreja lo más que se podía porque quería que la letra me hiciera recordar viejas heridas, que las pudiera abrir y así llorar tranquilamente con la lluvia, para que mis lágrimas se combinaran con las gotas corriendo sobre mis mejillas. Y estuve muy cerca de lograrlo, pero no pude, pudo haber sido falta de tristeza. 

Aunque la narración suene tan dramática, así lo fue. Tal como en una serie de amor para adolescentes. Y aquí viene lo mejor.

Mientras caminaba con las calcetas ya mojadas y la bolsa un 80% desecha, miré al canal que estaba a mi lado. Me detuve un momento para poder pensar mejor en porqué me sentía tan triste, y aun con el ambiente más dramático, no pude descubrirlo por mí misma, quizás era tanto lo que había estado guardando que ya ni siquiera podía enfocarme en un solo problema. Miré las ondas que se formaban en el canal a causa de la lluvia, y entonces, miré con más detalle los bordes de éste. Me pregunté si alguien alguna vez había caído antes por accidente. Suspiré y por alguna razón volteé mi cabeza hacia la izquierda encontrándome con la mirada de un chico en moto a unos cuantos metros de mí, éste había parado su moto y estaba a punto de bajar, hasta que, sin quitarle la mirada encima, di un paso hacia atrás. El chico pareció pensar sobre mi acción y luego de dar dos pasos hacia adelante, el chico miró al suelo unos segundos para luego dirigirme una última mirada e irse.

¿Pensó que saltaría al canal?

Tal vez estoy viendo esto como toda una escena de un programa de amor juvenil sin que justamente lo sea, aunque sí fue dramático. Quizás estoy dandole mucha importancia porque normalmente mi vida es aburrida y no hay tales sucesos como para contar.

Tengo unas ganas enormes de beber como hace un año y perderme en los efectos del alcohol, llorar desconsoladamente y cantar a todo pulmón canciones sobre desamor, aunque nunca tuve un amor de verdad. ¿Por qué de repente me siento tan vacía?

Siento que a veces tengo que pretender quién soy incluso con mi propia familia, ¿por qué?

De vez en cuando pienso en tomar ayuda, pero luego pienso que el médico que me toque me tachará de loca y de depresiva con ganas de llamar la atención. Me trataría como a un paciente más.

Todavía su opinión importa, ¿por qué? 

Uy, y sin mencionar que aun estando en el país donde saciaría mi sed, soñé con la persona a la que simplemente me aferré para sentir un poco de vida.

Hasta yo me leo ya suicida, ¿qué pasará después? ¿Habré encontrado mi equilibrio emocional? 

2 A.M thoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora