Capítulo 1 ~ ¿Prologo?

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¡Mimic! ~ Libro 1: El Mimic en el bosque.

— Es un poco grande, ¿no? — pregunto una figura vestida de negro

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— Es un poco grande, ¿no? — pregunto una figura vestida de negro.

— ¿Poco? Esta princesa apenas puede ver las rodillas de esa cosa y el resto de su cuerpo está siendo tapado por las nubes. — comento una niña parada a su costado.

— ¿Y ahora qué hacemos? — pregunto la figura vestida con una túnica blanca de aspecto costoso, pero sencilla.

— ¿Hacemos? — le pregunto la niña mientras levantaba una ceja al ver a su compañero.

— Bueno fue nuestra culpa el haberlo activado. — se explicó el hombre vestido de blanco.

— Fue tu culpa, no nuestra. — comento la pequeña figura vestida de negro.

— Aunque digas eso, ¿Quién fue la personita que me incito a tocar el cristal? — reprochó la figura de blanco a la niña que está a su lado.

La hermosa niña de unos 12 o 13 años vio a su "amigo" con una cara de desagradó, como si estuviera viendo algo asqueroso. La niña tomo el dobladillo de su pollera y se inclinó cortésmente hacia la figura vestida de blanco.

— No culpes a esta princesa por tus fallas. — le respondió a la figura vestida de blanco, mientras se burlaba de él.

Las tres personas siguieron mirando a la enorme tortuga que se movía muy lentamente, pero cada paso que daba abarcaba una gran distancia provocando grandes terremotos los cuales hacían que todos los animales escaparan a la mayor velocidad posible.

El "Golem Fortaleza Tortuga" como su nombre lo indicaba era un gigantesco Golem artificial con forma de tortuga, el cual es tan grande que su caparazón estaba cubierto por cadenas montañosas y bosques. La cual había sido diseñada y construida para destruir todo lo que tenga enfrente y sustentar la vida de los "Elegidos" sus creadores en su caparazón.

Antiguamente el Héroe y sus compañeros habían derrotado a los creadores de esta monstruosidad y sellaron a esta arma ancestral con la esperanza de que nunca pudiera ser activada, pero....

Uno de estos tres idiotas, toco por una apuesta el cristal que tenía un cartel que decía claramente en varios idiomas "NO TOCAR", pero aun así lo toco activando una criatura que nunca debió de existir.

— ¿Alguna idea de cómo detenerlo? — pregunto el Elder Lich a sus "amigos" los cuales parecían haber perdido interés al Golem Tortuga.

— Está princesa quiere comer helado. — comento la niña mientras sacudía suavemente su vestido estilo gótico de color negro.

— Buena idea princesa, la ciudad no está muy lejos. — respondió la pequeña figura vestida de negro, la cual ya estaba pensando que gusto elegir hoy.

La ira interna comenzó a aumentar en el interior del Elder Lich ya que sus compañeros no le estaban prestando nada de atención a él y al peligro que generaba la gigantesca tortuga.

— ¡Esperen ustedes dos! ¡Hay que detener a esa cosa! — grito el Elder Lich que ya no podía soportar la actitud de sus compañeros.

— Digamos que dimos nuestro mejor esfuerzo. — le respondió la pequeña figura vestida de negro, mientras le daba dos pulgares arriba.

— Está princesa no tiene deseos de luchar contra esa cosa. — comento la niña mientras se daba vuelta para irse a la ciudad más cercana.

Viendo la falta de voluntad de sus "amigos" no se rindió y siguió intentando que lo ayudarán contra ese Golem.

— ¡Si dejamos suelta a esa cosa muchas personas inocentes perderán su vida! — insistió el Elder Lich.

— A está princesa no le interesa lo que les pase a otras personas. — le respondió la niña sin detenerse o mirar hacia atrás.

— Lo mismo digo. — dijo la pequeña figura vestida de negro que seguía a la niña a la ciudad.

Al ver la actitud de estas dos personas el Elder Lich no pudo hacer otra cosa más que suspirar pesadamente.

— Sigo sin entender por qué sigo con ustedes dos.

— Todo el mundo nos odia, ¿Necesitas otra razón? — pregunto la pequeña figura vestida de negro mientras se giraba y miraba al Elder Lich.

La joven al escuchar la queja del Elder Lich también se dio vuelta y lo miro con una cara de ¿En verdad no lo sabes?

— Un sirviente siempre debe de seguir a su amo. — le explicó la niña.

Al escuchar estas razones no podía hacer otra cosa que suspirar y preguntarse ¿De dónde salía este aire? Si el no poseía pulmones, ya que él era solo huesos. Pero justo en ese momento le vino un golpe de brillantes y les dijo.

— Se dirige a la capital del chocolate, ¿saben? — les dijo mientras sonreía o eso creía que estaba haciendo.

Al escuchar esto los rostros de los dos "amigo" del Elder Lich se congelaron en el acto, como si les hubieran pinchando un nervio facial.

— Esa cosa está pidiendo morir y no me molestaría en ayudarlo. — comento la pequeña figura de negro que comenzaba a emanar una gran cantidad de sed de sangre que podría paralizar a un Dragón.

— Está princesa eliminará a esa tortuga, los amos se tienen que hacer cargo de los errores de sus sirvientes. — se excusó la niña mientras una delgada espada color carmesí aparecía en su mano.

— ¡Hey, mételo en la cabeza de una vez, YO NO SOY TU SIRVIENTE! — grito el Elder Lich con todas sus fuerzas.

Ignorando lo que el Elder Lich decía, las otras dos personas se dirigieron a matar a la enorme tortuga.

¡¡¡Por una tonta apuesta la cuarta calamidad azotó el continente central!!!

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