Capítulo 39 ~ Prologo II.

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¡Mimic! ~ Libro 2: La princesa y el Mimic.

Dos hombres vistiendo armaduras de cuero se quedaron observando el interminable abismo que se extendía hasta donde llegaba su visita

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Dos hombres vistiendo armaduras de cuero se quedaron observando el interminable abismo que se extendía hasta donde llegaba su visita.

Ambos hombres eran aventureros de Rango B. Los cuales se les podría decir que ya eran expertos veteranos para su trabajo, lo que significaba que habían visto todo tipo de cosas mientras trabajaban, pero eso no se comparaban en nada con lo que estaban viendo en estos momentos.

Los dos aventureros se quedaron parados en el filo del abismo con caras pálidas sin decir una sola palabra o algún tipo de ruido.

Luego de unos minutos de incómodo silencio, uno de los hombres de un pelo corto rubio, el cual sostiene una lanza que no paraba de temblar en sus manos, finalmente rompió el silencio.

— ¿Nos hemos equivocado de camino? — pregunto el lancero a su compañero, esperando que la respuesta a su pregunta fuera un rotundo "SI".

El otro hombre de mediana edad, amigo y compañero de aventuras del lancero, simplemente sacudió la cabeza hacia los costados, haciéndole entender que estaban en el lugar indicado.

Él era un rastreador y explorador, leer un mapa era un juego para niños para él, además agregando que visitaban con frecuencia este lugar durante los últimos diez años.

El lancero sintió como sus tripas se retorcían haciéndolo sentirse mareado con ganas de vomitar. El sudor frío que recorría por su espalda tampoco ayudaba, sino que empeora la situación haciendo que finalmente vomitara todo el contenido de su estómago.

El explorador no dijo nada ni se molestó por las acciones de su amigo, ya que él estaba intentando con todas sus fuerzas él no vomitar o desmallarse al darse cuenta en la extraña y peligrosa escena en donde están parados.

Ellos habían recibido una misión del Gremio de Mago de cierto reino para investigar un extraño fenómeno en el cielo.

Era una misión relativamente fácil; era solo llegar al lugar, escribir sobre algún cambio y listo. Dinero fácil, pero ellos nunca hubiesen pensado en encontrase con esta horrorosa escena.

Luego de vaciar su estómago y aceptar lo que estaba pasando, el lancero se incorporó lentamente limpiándose su boca.

— ¿Habrá sido por causa natural? — pregunto el lancero a su amigo.

— No. — respondió el hombre sin emoción en su voz. — ¿Ves el borde? Es como si hubiese sido cortado por algo. Además, ¿Qué desastre natural hace esto?

El lancero suspiró. Él ya había notado todo esto, pero esperaba que solo fueran imaginaciones suyas, y la explicación de su amigo fue otro baldazo de agua fría para que aceptara la realidad.

Los dos hombres estaban parados en el filo del abismo sin fin, donde hace unos días existía un próspero reino, lleno de personas y animales, pero ahora solo había un abismo que les helaba la sangre.

Los dos hombres siguieron mirando el abismo frente a ellos.

¿Qué informe darían al gremio al terminar esta solicitud?

"Cuando uno ve sobre el borde del abismo, esté te devuelve la mirada".

Pensó uno de los aventureros al sentir miedo al ver fijamente el abismo.

♦♦♦

Una hermosa joven de unos 18 o 20 años está sentada en una nube o eso podías decir al verla estaba disfrutando del sol desde esa altura, escucho por accidente la conversación de los hombres que estaban en el suelo.

La joven que estaba tomando un pequeño descanso de su búsqueda, encontró interesante lo dicho por los hombre y acto seguido abrió sus ojos.

Al momento de abrir sus ojos, todo a su alrededor había perdido su brillo, nada podía esconderse de esos hermosos ojos dorados, con las pupilas en punta.

El aspecto de aquella joven podría considerarse como la representación física de la belleza y la elegancia en el mundo.

Con un solo vistazo ya sea hombre o mujer quedaría cautivado por ella.

Su cabello es largo, sedoso y ondulado de color dorado daban la sensación de ser rayos de sol, y el elegante kimono de color naranja con decoraciones rojo, que estaba usando solo hacia resaltar aun mas su belleza de clase mundial.

Los ojos de la joven por primera vez observaron detenidamente y con cautela el abismo, que para su sorpresa le provocaba un extraño sentimiento en su pecho; algo que ella nunca había sentido antes.

— Esto no es obra de Bael o de la pequeña de Agares. — se afirmó así misma con una delicada y dulce voz que cautivaba con solo oírla.

La cara de cierto individuo vino a su cabeza, pero rápidamente removió aquellos pensamientos de su cabeza, al darse cuenta que el tampoco era el causante de esto a pesar que era famoso por sus destrucciones.

Los pequeños restos de mana que desprendían el abismo, no pertenecían a ninguno de sus conocidos. Esto hizo que se sintiera algo interesada, olvidándose por completo que tenía asuntos importantes que atender.

Por unos instantes tuvo el pensamiento de sumergirse y explorar el abismo, pero sus instintos les decía que era una mala idea.

Dudando por unos instantes la joven, decidió dejar la exploración para otro día.

La joven desapareció del lugar sin dejar rastros; aun pensando en el extraño sentimiento que tuvo al ver el abismo por primera vez.

La Emperatriz Dragon no lo sabía, pero ese sentimiento desconocido, era el miedo.

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