Capítulo 34 ~ Confrontación.

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Capítulo sin editar


Los Wyvern son dragones de menor rango. Pero, aunque sean considerados de menor rango son criaturas bastante temidas en el mundo.

Si un Wyvern podía despertar su esencia de sangre, ellos podían evolucionar y convertirse en un verdadero Dragón como sus ancestros.

Pero la dificultad de lograr esto era demasiado difícil y muy pocos Wyverns lo habían logrado convirtiéndose en verdaderos Dragones; los seres más poderosos del mundo.

En caso de no poder despertar su esencia de sangre el Wyvern solo podría evolucionar a una mejora en su especie, pero aun así era muy poderosos.

El Wyvern que se comió a Mime era individuo que por azares del destino había llegado a esta isla haces unos años atrás.

Siendo la criatura más poderosa de la isla la convirtió en sus dominios, las Águilas Gigantes se convirtieron en su comida diaria y al pasar los años comenzó a acumular mucho mana en su cuerpo.

La única criatura que molestaba con su presencia era esa Dríada que vivía en los bosques, pero su presencia solo llegaba a ser una molestia ya que no ponía en riesgo su dominio sobre la isla, además estaba creído que podía eliminarla cuando él quisiera.

Otro motivo para no atacarla era el hecho que solo conseguiría un Núcleo Mágico y nada de carne para llenar su estómago, y él prefería esto último.

En los últimos días había estado notando algo raro en su cuerpo.

¡Su esencia de sangre se estaba comenzando a despertar!

Si él tenía éxito con esto se volvería un Dragón como sus ancestros. Para poder despertar su sangre con éxito necesitaría concentrarse en eso por varios meses e incluso podría tomarle años.

Por ese motivo comenzó a incrementar la cantidad de presas que cazaba, necesitaría toda la carne, grasa y mana para poder superar con éxito su próxima gran evolución.

Día tras día caso Águilas Gigantes al tal punto que no quedaban ninguna en la isla.

Aún no había comido ninguna de ellas, todas sus presas estaban almacenadas en su cueva para comerlas un poco antes de encerrarse en su cueva.

De mala gana comenzó a cazar pequeños animales que morían del susto tan solo al verlo; esto provocó que su orgullo creciera sin control.

¡Ser temido y respetado esto le encantaba al Wyvern!

No pasó mucho tiempo para que su orgullo como soberano de la isla y futuro dragón se le había subido a la cabeza transformándose en soberbia.

Pero a pesar de su gran soberbia, no tomo a la ligera el despertar de su sangre.

Si verdaderamente quería transformarse en un dragón, requeriría además de mucho alimento, suficiente mana para romper el cuello de botella.

Como solo había precisillos en la isla no podría reunir la cantidad de mana necesario, pero en ese momento se acordó de cierta existencia que era tan fuerte como él viviendo en la isla.

Si el devoraba el núcleo de la Dríada estaba más que seguro que tendría éxito en volverse un verdadero Dragón.

Habiendo fijado su objetivo, el Wyvern salió de su guarida. Estiro sus alas, cuales tenían una envergadura de más de cien metros y comenzó a volar en dirección de la Dríada.

♦♦♦

El gigantesco cuerpo del Wyvern aterrizo frente al árbol de la Dríada.

Dafne y los demás se sorprendieron ante la inesperada llega del Wyvern.

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