Nuestras miradas no hablan más aquel lenguaje singular.
Nuestros labios no se funden con pasión.
Nuestros almas no bailan en sincronía.
Fingimos ser quienes ya no somos.
En nuestra fallida historia de amor.

Nuestras miradas no hablan más aquel lenguaje singular.
Nuestros labios no se funden con pasión.
Nuestros almas no bailan en sincronía.
Fingimos ser quienes ya no somos.
En nuestra fallida historia de amor.