Capitulo 29

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Desperté vestida con una bata de hospital. 

Miré las frías paredes blancas a mi alrededor y me pregunté como había llegado allí. Y recordé.

El exámen de Historia, Harry, desmayo...

Eso.

Intenté levantarme, pero mi falta de energía me lo impidió. Suspiré pesadamente. Esperé a que algún enfermero entrara por la puerta. Esperé y esperé. Quince minutos después la puerta se abrió, dejando ver a una chica de aproximadamente diecinueve años con la mirada perdida. Me miró y agitó su mano hacia mí. Le devolví el gesto.

-Ehm...-comenzó ella. -Creo...creo que te darán de alta en unos minutos. Esperame un rato, ya vuelvo. -dicho esto salió corriendo por la puerta.

Por su falta de experiencia, debía ser nueva. 

De pronto, Harry entró por la puerta, preocupado. Se paró frente a mí y entrelazó una de sus manos con la mía, mientras la otra acariciaba mi mejilla. Cerré los ojos. 

-¿Estás bien? -asentí.

-Cansada, pero en general, bien. -le sonreí. Abrí los ojos y me encontré con los ojos verdes de Harry, quién estaba de rodillas. Hablamos un rato, y le dije que probablemente me darían de alta en unos minutos. Me prometió llevarme a su casa y cuidarme hasta la tarde. 

Me extrañó que la escuela no llamara a mamá, pero Harry les dijo que él lo haría.

Probablemente, mamá me llenaría de preguntas si se enterara de esto. Como siempre, no le conté, y Harry solucionó mis problemas sin siquiera preguntarle. 

La misma chica entró por la puerta. Quedó hipnotizada con Harry, y una mirada coqueta apareció. Bufé internamente. 

Iba a tener que acostumbrarme a esto cada vez que salga con un chico lindo como Harry.

Luego de un par de coqueteos fallidos, firmé un papel y salímos del hospital.

Le pregunté a Harry porqué los demás no habían venido, y me dijo que solo habían dejado venir a uno de ellos. Dijeron que apenas salieran de la escuela vendrían a casa de Harry. 

El camino fué algo silencioso, ya que estaba realmente cansada. La cabeza me pesaba, al igual que mis párpados. De hecho, el doctor le había dicho a Harry que debía descansar. 

-Se me olvidaba. -dijo de repente. -¿Por qué no desayunaste?

Sipe. El doctor le había dicho también la razón de mi desmayo.

"El desayuno es la comida más importante del día." dijo él. Lo tomaría en cuenta. 

-No tuve tiempo. -le dije.

Me miró de soslayo. 

-Creo que te vigilaré para que comas todos los días. -reí.

Harry estacionó el auto y entramos. 

Me acosté en el sillón y él me miró. No puedo describir la manera.

-Te traeré algo de comer. -me dijo y se fué. Asentí repetidas veces a la nada.

Recordé mi mochila y me alarmé pensando en haberla dejado en la escuela. Bueno, Harry era el único que habría podido traerla. 

Para mi suerte, lo hizo. La abrí. Las rosas estaban allí dentro. 

Harry las había sacado de mi casillero antes de irse.

Harry iba a hacerme un interrogatorio por las rosas.

neighbor »hs (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora