Todo el salón reía por la escena.
El maestro jalaba de los cabellos a Ed, y él hacía muecas de dolor. Demasiado dramáticas.
Según entendí, Ed tenía un mes de castigos y estaba suspendido por tres días. No mucho, pero Ed tenía, digamos, buenas calificaciones, aunque suene poco creíble.
Y después de todo, la sorpresa de Ed había sido épica, justo como él quería. Había ido a la escuela la noche anterior, y había puesto unos parlantes, un USB, todo programado para una hora exacta, ocho y media de la mañana. La hora en la que todos deben estar en sus salones. Nunca creí que Ed tendría tanta imaginación y coordinación para hacer una broma como esta. Para su edad, él debería estar pensando en unicorios, Narnia...
También piensa en eso.
Ariana, ¿alguien te llamó?
¡Pero solo estoy opinando! ¿Acaso no existe la libertad de expresión?
No para tí.
¿Me estás llamando inhumana?
Eres una conciendia. Mía. No es que las conciencias sean humanas...
Pero yo soy tú.
Y yo soy mejor.
Bien. Ya no te hablo.
(...)
La clase del maestro, Hogwarts, quién extrañamente odiaba todo lo relacionado a Harry Potter, había acabado. Al fin.
Caroline y yo nos dirigíamos rumbo al comedor, a comer nuestros almuerzos, obviamente. ¿Sino por qué se llama comedor? Bueno, nos sentamos y observamos la comida del día. Frijoles con carne, que parecía cruda. Típico, dicen 'Aquí te damos tu almuerzo gratis' y te dan el peor almuerzo de tu vida. Casi siempre. Es igual.
Apenas había tocado mi comida cuándo recordé.
- Caroline...-ella levantó la vista hacia mí. -¿Y mi sorpresa?
- Ten más paciencia.
- Caroline, voy esperando un día y medio. ¡Un día...!
Me interrumpió- Y medio. Ya lo dijiste. En serio, perdón por hacerte esperar tanto, pero créeme que es necesario.
Bufé. -Bien. Pero, ¿será en la escuela?
- Sí.
-Ok. Estoy ansiosa. -dije con una sonrisa en mi rostro.
Caroline rió. Se burla de mí.
Solo rió.
¿No que no me volverías a hablar?
Ah, cierto. Bye.
Bufé.
-¿Ariana? -preguntó Caroline
Solo Caroline y Ed sabían de la existencia de Ariana. Y Harry. Cuanto lo extraño. Era tan lindo estar con él. Él me quería tanto como yo a él. No digo que Caroline y Ed no hagan lo mismo, pero él fue mi primer amigo, que luego se convirtió en mejor amigo, y luego se convirtió en un ser necesario para mi felicidad. Así de importante era él para mí.
- Me conoces bien. -dije, dandole la razón.
-Por algo somos mejores amigas, ¿no?
Sonreí. Asentí con la cabeza.
(...)
Estabamos en la última clase. ¿Adivinan de qué? La describo. Aburrida, difícil, confusa, estresante y más aburrida.
