En multimedia : Another Love - Tom OdellCapítulo dedicado a JaneGarciaMartinez 💙
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Estoy afuera del recinto golpeando la pared como un loco. Escucho las suplicas de Leila. La he sacado casi a rastras del lugar. Soy un imbécil, un estúpido y una mierda por completo. Han pasado seis putos meses y yo reacciono de esta forma tan inmadura. Cuando la he visto he sentido que me ha regresado el alma al cuerpo, que todo se resumía nuevamente en ella y yo y como idiota que soy lo primero que se me ha ocurrido fue acercarme, tenerla a centímetros como tanto he deseado, mirar sus gatunos ojos otra vez, tocarla, aunque fuera un centímetro de su piel. Y me he dado contra las paredes de la realidad. Ese hijo de puta ha aparecido de la nada, tomando su mano con familiaridad y se la ha llevado. ¡Cómo! ¿Está con él? ¿Él si la puede tocar? ¿Él no le da asco? ¿Él no le provoca repulsión? ¡Joder!
¿Cómo es posible que esté tan molesto con ella? No quiero estarlo, con todos menos con ella y no puedo evitarlo. Siempre ha sacado lo mejor de mí, pero también lo peor, y con lo peor solo la terminé de perder. Me empiezo a reír como un psicópata. ¡Terminarla de perder! Sí, claro, como si eso no fuera una obviedad.
—Zed, por Dios. ¡Cálmate! —me grita Leila.
—No puedo hacer esto, necesito irme de aquí.
—¿Por qué? ¿Qué pasó ahí dentro? ¿Quién es esa chica?
—No es nadie —respondo molesto. Sí, a partir de este momento Clarisa Morgan no es nadie.
—No me creas tonta. Hace poco que nos conocemos, pero te he aprendido a conocer bien. ¿Quién era esa chica?
—Era ella —contesto simplemente. Leila lo entiende enseguida. No es que ande por la vida contándole a todo el mundo la forma tan absurda en la que nos alejamos y no lo considero absurdo por lo que pasó, sino, porque aun queriéndonos tanto decidimos enfrentar nuestros malditos problemas por separado. ¡Bonita forma de enfrentarlos! Leila sabe de la existencia de Clarisa porque en una borrachera en la que obviamente ella no formó parte —si lo hubiera hecho hubiésemos follado—, la llamé y le confesé esa idiotez de que para follar a otras mujeres imaginaba que era Clarisa, una cosa llevó a la otra y terminé contándole todo y por "todo" me refiero a mi parte de la historia, no pretendo sacar a la luz el pasado de ella ni lo que le tocó vivir los últimos días que estuvimos juntos.
—¿Es Clarisa? —Cierro los ojos un segundo.
—Ajá...
—¿Puedo saber por qué has reaccionado como un loco de atar al verla?
—Porque un imbécil... —me detengo—. No tiene caso, vámonos.
—Espera, Zed. ¿En serio te quieres ir y perder esta increíble oportunidad por una chica a la que no has visto por meses y demostrarle lo mucho que te afecta aún?
—No se trata de eso, Leila.
—Zed Allen vas a demostrarme que eres ese chico decidido que me gusta tanto entrando ahí y exponiendo tu obra, recibiendo esos aplausos que mereces —me exige y por alguna razón me calmo, también sonrío.
—Has dicho que te gusto...
—Ese no es ningún secreto Zed. También sé que te gusto, pero tenemos un pacto no hablado. ¿Recuerdas? No sexo, no besos ni conversaciones incómodas como ésta. Ahora entra ahí. —Señala la puerta de entrada y asiento. Me miro los nudillos un poco lastimados y niego con mi cabeza. Sin decirme media palabra toma el dobladillo de su corto vestido y me limpia con la tela las manos. ¡Mierda! Veo el inicio de sus bragas y me aclaro la garganta —. Listo —dice como si nada. Asiento otra vez contrariado y doy pasos detrás de ella.
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RETANDO AL OLVIDO (+18)
RomanceSEGUNDA PARTE DE LA TRILOGÍA RETANDO. El amor siempre libera, emerge, transforma; el olvido hace justo lo mismo.