Cap. 11 Declaración

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Los días iban transcurriendo con una velocidad que sólo se igualaba a un auto de F en un autódromo , los chicos aún no hallaban la oportunidad ni la forma de volver a su dimensión.

En todo este tiempo que pasó Chat Noir y Marinette se veían a diario en el mismo punto de encuentro todos los días, prácticamente se hicieron inseparables, se contaban muchas cosas excepto los sentimientos que tenían en sus corazones. La chica descubrió una parte del héroe que le hizo sentir atraída hacia él, quizá el hecho de que esa parte escondida del felino se parecía a Adrien pero la azabache se decidió dejar atrás al rubio tímido de su clase y concentrarse en su nuevo mejor amigo.

Chat y Ladybug formaron sin darse cuenta un vínculo más fuerte gracias a la amistad del héroe con ella en su forma civil, la confianza entre ellos había mejorado notablemente a la hora de la batalla, sin saberlo los héroes habían formado un lazo increbrantable que sólo hacía que el rubio cada día estuviera más enamorado de la chica con traje de motas. En conclusión: Adrien no le hacía caso a Marinette porque le gustaba cada vez más la heroína así que ella se empezó a interesar en el héroe gatuno.

Después de una amena plática diaria con su ahora mejor amiga Chat se adentró a la residencia de los Morgan con sigilo por la ventana del baño, una vez en su forma civil dentro del sanitario sacó un pequeño trozo de queso Camembert para su pequeño kwami glotón.

—Ay...mi precioso—Plagg voló hacia el queso con mucho júbilo evidente—ya te extrañaba, este chico se demoró tres horas hablando con su "amiguita"—hizo comillas en la última palabra pronunciada.

—¿Por qué dices "amiguita"?—le preguntó curioso.

—Adrien, Adrien, Adrien—cotorreo el pequeño mientras negaba con la cabeza tenuemente—¿Eres tonto o te haces? ¿es porque eres oxigenado, verdad?

—¡Oye! ¿Cuántas veces te he dicho que es natural?—exclamó Adrien con la indignación brotando de su rostro.

—Es que enserio te pasas de ciego, chico—dijo el kwami negro—pero el punto es que ¿estás seguro que no sientes nada por Marinette?

—Plagg ya te lo dije, tú sabes de quién estoy enamorado y al parecer Ladybug me está empezando a tomar más en cuenta ¿la has visto?—la sonrisa de enamorado en su rostro no se hizo esperar a lo que el kwami de la mala suerte sólo se pudo limitar a comer su queso mientras ponía sus ojos en blanco.

En el ático de la misma casa en la que estaba el rubio se encontraba una azabache con una pequeña criatura roja de compañía, ambas disfrutando del mutismo del ambiente pero lo notorio de está escena era la distracción que persistía en la chica desde que llegó a ese lugar—más distraída de lo acostubrado—y por supuesto eso no pasó desapercibido para la pequeña kwami quien se dio cuenta del estado de ensismamiento en el que se hallaba su portadora.

—¿En qué tanto piensas, Marinette? Ah, ya sé ¿en ese gato negro, verdad?—supuso Tikki.

—Algo así, él ahora ocupa la mayor parte de mis pensamientos y no puedo evitarlo, las ansias recorren cada parte de mi cuerpo cuando me voy a aproximar a él y mi corazón entra en colapso cada vez que lo tengo frente a mis ojos...se lo diré—decidió la chica con convicción.

—Wow, sorprendénte Marinette, eres muy valiente—felicitó la pequeña—¿Se lo dirás cómo Ladybug o como Marinette?

—Como Marinette, cuando soy heroína no me siento yo misma, es decir, soy yo pero es más como...otra faceta de mí que sólo saco en ocasiones de emergencia y con un traje ajustado—rió un poco—quiero que él me quiera tal y como soy, y sin la máscara puedo mostrar más mis defectos.

Miraculous en...¿nuestro mundo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora