Quedaba media hora para las 8:00pm. Hora que habían acordado verse en el café favorito de Este Chico.
Flor ya arreglada con un vestido holgado negro a medio muslo, un cinturon plateado y unas ballerinas negras con las puntas plateadas con una cartera cruzada que hacía juego y definía bien su busto cuando se la ponía entre medio de sus senos. Este Chico se vistió casual, jeans azul obscuro, una camisa beige que le había regalado Flor, unos zapatos marrones que hacía juego con su correa.
Este Chico llegó puntual. Flor llegó 30 minutos después, ella vivía más alejado del sitio.
El café era el lugar más romántico para ellos. Tenía una visual de bohemio, con paredes y pisos en ladrillo y en caoba. Era espectacular.
Cuando Flor llegó, Este Chico se paró anonadado y le abrió una silla para que se sentase a su lado. Mientras que ella abrió la silla justo al frente de donde él estaba sentado y se sentó. Este Chico hizo un gesto de desánimo, pero no le dio mucha mente y se sentó frente a ella.
Flor: Terminemos con esto - dijo con sequedad y sin saludar.
Este Chico: Ok - respondió - mira Flor, tú haz movido mi mundo...
Camarera: están listos para ordenar- interrumpió con cara de disgusto.
Flor: yo no quiero nada gracias. - dijo sin mirarla
Mirando a la camarera dijo Este Chico: un café negro bien cargado. - Flor lo miró sorprendida, el solo tomaba este tipo de bebida cuando sucedía algo muy impactante en su vida, pero hizo un ademán y le dijo a la camarera.
Flor: pensándolo bien, traeme un cappuccino. - lo dijo para que Este Chico supiera que ella estaba relajada aunque no fuera así. Cuando la camarera se fue, prosiguió...
Este Chico: como te decía, tú haz movido mi mundo, haciendome ver una perspectiva diferente de mi realidad.
Flor: quieres ir directo al punto - interrumpió - no me siento cómoda en este sitio.- Ella se dio cuenta de que estaba en la misma mesa en la que se sentaron cuando fueron por primera vez. Ese día lo hicieron salvajemente en una bodega que quedaba cerca del baño de caballeros en el segundo piso, recordando aquel instante apretó su pelvis y cruzó las piernas.
Este Chico la veía incómoda y le dijo: quiero que siempre estes a mi lado sin importar las consecuencias, quiero ser tuyo y que tú seas mía.
Flor quedó boquiabierta, no podía creer lo que había salido de la boca de Este Chico. Al volver de los mini segundos de shock se le salieron dos lágrimas. Su padre le había contado noches antes que esas mismas palabras él se las había dicho a su madre el día en que el le pidió matrimonio. Flor lo único que hizo fue pararse e irse corriendo del lugar. Tomó un taxi en la esquina y entró a su escondite secreto al llegar a casa.
Este Chico al ver a Flor salir le puso a llorar, congelado, no se pudo mover. Reaccionó cuando Flor ya se había montado en el taxi y la camarera llegaba con su pedido.
Lo siento mucho - dijo la camarera - ¿aún quieres tú orden?
No - le dijo Este Chico pasándole el pago y un poco de propina, se paró y se fue...
Este Chico no pudo creer lo que había pasado, es más sintió un vacío en su pecho, así que fue a casa de Flor, corriendo con todas sus fuerzas. Cuando llegó no la encontró, solo estaba el mayordomo, ya que su padre había salido por negocios. Este Chico pidió subir a la habitación de Flor con la excusa de buscar un libro. El mayordomo sabía que era mentira pero le dio permiso, sabía por todo lo que habían pasado.
Flor en su escondite tenía un monitor que mandaba una señal de todo aquel que entrará en su habitación. Desde que Este Chico entró lo vio.
Flor: ¿qué hace este idiota aquí? - se preguntó dos veces en voz baja.
Este Chico se sentó a uno de los lados de la cama de Flor y comenzó a hablarle: «Se que me puedes oir, sabes, no te dije eso relajando, yo te amo con toda mi alma. Quiero vivir en un mundo dónde tú seas todo mi centro. Quiero que seas tú la persona que yo vea todas las mañanas. - y empezó a llorar.
Flor escuchando todo también lloró, salió de su escondite y entró a su habitación sin que Este Chico la percibiera. Se paró detrás de él con unas esposas en las manos y lo agarró y le subió las manos hasta entrarlas por una de las patas de la cama, le rompió la camisa y empezó a besarlo por todo su pecho. Este Chico no hizo más que esbozar una sonrisa alrededor de sus mejillas empapadas de lágrimas. Flor le puso una morzada que tenía en una de sus mesas de noche, se quitó el cinturón y le dijo que no gritara. Lo azotó 30 veces, la sangre corría por su pecho. Flor soltó el cinturón y le quitó la mordaza, lo besó ferozmente, se aferró a él, le quitó las esposas y cayeron al suelo de inmediato. Flor se paró y dentro de su closet de blancos buscó separadores, un consolador y unas pinzas para pezones. Paró a Este Chico sin decir palabra alguna, lo besó, le quitó la camisa y el pantalón, él la tiró en la cama y se le subió arriba para penetrarla de una vez, pero ella lo volteó él quedando entre sus piernas, tomó sus manos y la pasó por todo su cuerpo. Él estaba emocionado, no podía creer lo que estaba pasado. Ella dio un par de golpes de cintura y besó sus heridas del pecho, siguió besando hasta sus caderas y bajó hasta su pelvis quitando sus boxers para dejar salir su pene erecto. Ella besó su punta mojada, él gimió de placer, ella entró todo su miembro en su boca para lubricarlo bien. Luego se paró para desnudarse, Este Chico se quedó viéndola detenidamente, ella se puso las pinzas gimiendo de placer, le pasó a Este Chico los separadores y el consolador que había buscado, ya sabía que hacer... ella se acostó mientras él se arrodilló en la cama. Él la agarró por las mejillas con una mano y le puso el consolador en la boca con la otra, ella lo ensalivó por un corto tiempo y él se lo introdujo, primero en la vagina, haciéndola gritar de placer, la embistió un par de veces muy fuerte y luego, despacio le entró el consolador por el ano, ella lo disfrutó tanto que solo se oían sus gemidos. Este Chico le dio sexo oral, no sin antes ponerle los separadores. Le besó su feminidad hasta que ella llegó al clímax y se corrió en su boca. Al pasar eso, le quitó el separador y la embistió fuertemente penetrándola, cada vez más fuerte y tomándose su tiempo para ver la cara de placer de Flor. Después de diez embestidas más, escuchó - me voy a venir - le avisó Flor en un gemido y Este Chico comenzó a embestirla más y más rápido hasta que los dos se corrieron.