We're Never Changing Who We Are [One-Shots de Larry Stylinson]

"Esta noche, no quiero despertar..."

Bueno, antes que nada qiero decirles que este One-Shot esta un poco [muy] largo. pero vale la pena leerlo, a menos que sean muy sensibles.

_____________________________________________________________________________

Todos mis amigos me dicen que debería salir adelante, irme de esta ciudad y hacer una nueva vida, pero sigo aquí, sentado en un enorme risco, mirando hacia el océano, la tarde es nublada anunciando una fuerte tormenta, el cielo es gris adornado por grandes nubes oscuras cargadas de agua esperando por reventar y ser liberada en forma de grandes gotas de lluvia, la suave brisa del mar golpea contra mi rostro, despeinando mi cabello y volando unos cuantos pétalos de girasol los cuales estaban enredados formando una corona que descansa sobre mi cabeza, aquella que me hiciste ese día que nos escapamos del instituto en primavera, lo recuerdo a la perfección.

*Flashback*

El aire me faltaba, habíamos corrido demasiado para no ser atrapados, y sinceramente no tenía demasiada condición física, corríamos entre jadeos, con la respiración entrecortada y nuestras manos entrelazadas, no teníamos idea ni un rumbo definido, solo queríamos encontrar un lugar apartado de todo, la velocidad de nuestros pies fue disminuyendo a medida que parábamos, en medio del bosque, frente a nosotros había un pequeño pero hermoso campo lleno de pequeñas florecillas en tonos variados de violeta. Solté nuestro agarre y con pequeños pasos me acerque a uno de los extremos de aquel bello jardín, me arrodille y con cuidado tome una de esas pequeñas florecitas, la observe por unos cortos segundos, sosteniéndola entre mis dedos, acariciando los frágiles pétalos delicadamente, la acerque mi nariz e inhale profundamente dejándome inundar por el exquisito aroma a jazmines, pero unas manos sobre mi cintura me sacaron de ese pequeño trance, sonreí al sentir su cálida respiración en mi cuello depositando húmedos besitos desde el lóbulo de mi oreja hasta mi hombro, sentí un cosquilleo en el estómago.

"Parece que hemos encontrado el lugar que buscábamos, Hazz"- me susurro al oído aun con sus brazos envueltos alrededor de mi torso "Si Lou, me gusta, somos solo tú y yo"- sumergió su nariz en mi cabello, aspirando mi aroma "Ven pequeño, recuéstate aquí"- me dijo mientras me colocaba delicadamente sobre las flores, se puso a un lado mío, apoyado sobre uno de sus brazos, observándome, los rayos del sol se colaban por los verdes y altos pinos, el canto de los ruiseñores sonaba como fondo en aquel pacifico silencio que inundaba el lugar, pequeñas y coloridas mariposas volaban entre las flores, pose mi mirada en el chico a mi lado, sus ojos, si había algo que amaba en el eran sus hermosos ojos, tan azules como el mar en verano, sus iris eran mezcla de diferentes matices azulinos y aquellos 2 zafiros que llevaba por orbes resplandecían con un brillo especial, ese que siempre podía ver cada vez que me dedicaba una mirada. < Él es tan bello, y él es mío > pensé.

"Que tanto miras, Hazz?- me pregunto con una sonrisa asomándose en sus labios "A ti Boo"- baje mi mirada para observar la manera en la que sus rosados y finos labios se separaban para decirme "Que? Acaso me corte al afeitarme?"- me dijo mientras soltaba una risa, una pequeña burbuja de felicidad reventaba fuera de su boca haciéndome imposible no unírmele "No tonto"-dije entre risas "Es solo que luces tan hermoso de esta manera, con esas pequeñas bolsitas que se foman bajo tus ojos al reir"- pero esa sonrisa fue cambiada inmediatamente por un semblante serio "Sabes que no me gustan, me hacen ver mas viejo y feo"- movi mi cabeza en señal de negación "Pero para mi eres perfecto de la manera que eres, si tan solo pudieras ver a través de mis ojos sabrias cuan hermoso eres para mi"- le dije mientras un tono carmesí pintaba levemente su rostro, elevo una de sus manos, ahuecándola en mi mejilla, cerré mis ojos, disfrutando de las sensaciones que recorrían mi cuerpo con ese mínimo toque.

PoV Louis:

Lo observe minuciosamente, el era jodidamente bello, amaba esas pequeñas ondulaciones que se formaban alrededor de su cabeza, formando así una hermosa y abundante melena enrulada, rebelde pero sedosa, esos hermosos rizos castaños que enmarcaban a la perfección su rostro angelical e inocente, aquellos ojos, grandes y verdes, electrizantemente verdes, ojos que te miran y te atrapan, como una telaraña a su presa, interminables, un laberinto de emociones y placeres, su sonrisa, su blanca y recta dentadura, su melancólica risa y su voz, esa que encuentra un hueco en mi corazón y se esconde eternamente, era definitivamente el chico más afortunado en la tierra por tenerlo a mi lado.