Si le hubieras preguntado a Louis hace un año si se vería en esta situación, la respuesta hubiera sido un rotundo no. Él era feliz: tenía un buen auto, una bonita familia y un cómodo apartamento, pero desde el incidente ocurrido con Amanda un mes antes, en su vida le faltaba algo: algo más grande que un mueble costoso o llamadas semanales de su familia; algo más cálido que su nueva estufa o la bufanda tejida a mano que su madre le había dado, y algo más satisfactorio que hacer reír a sus amigos: le faltaba amor. La forma más pura y simple de afecto que parecía necesitar como una planta necesita el sol o un bebé a su madre. Lo había tenido, !claro que lo había tenido!, pero nunca le salía bien o no duraba mucho. Bueno, excepto por como le había ido con Amanda.
Se habían conocido en una fiesta, con alguna canción pop pegajosa de fondo, siendo Liam el amigo en común. La conexión había sido instantánea, y cuando Louis se fue de la fiesta, se había ganado dos cosas: un atroz dolor de cabeza y el número de una hermosa chica. En la primera llamada había estado nervioso, pero después todo había ido sin problemas: citas al cine, a cafés, librerías... Lo habían hecho, pasándola genial entre ellos. Fue como si, de algún modo, estar con el otro convirtiera enfermizas películas románticas en aventuras que podían tener o libros sobre descripciones de su propia vida tontuela. Fue, sinceramente, lo mejor que le había pasado a Louis en un largo rato, besándose, abrazándose... simplemente disfrutando de la vida. Sus familias y amigos creían que eran una linda pareja y encajaban perfectamente. El primer "Te amo" había sido compartido hace tantos meses en una cena a la luz de las velas que Louis había desastrosamente hecho y terminó siendo pizza, pero que había significado todo en ese momento. Fue realmente una sorpresa para todos, y sobre todo para Louis, lo que ocurrió aquella noche. Había llegado un poco más temprano, queriendo sorprenderla con una noche de cine, cuando la encontró sentada en el piso llorando, rodeada de imágenes y recuerdos.
Louis había dejado caer todo instintivamente y corrió a su lado, abrazando su menudo cuerpo en sus fuertes brazos.
- ¿Qué sucede? - preguntó tranquilizandola en medio de arrullos.
- Yo... - balbuceó, rompiéndose en otro sollozo - No puedo hacer esto más Louis - expresó ella, tratando de librarse del calor que el chico tenía. Pero incluso asustado por las palabras se había mantenido firme, repentinamente determinado en conocer todo el asunto.
- ¿Qué? - tartamudeó, mientras forzaba a la chica sollozante a fijarse en su salvaje expresión?
- No puedo continuar con esto Louis, no puedo negar los hechos nunca más, eres demasiado bueno como para seguir - explicó, tragando fuertemente, haciendo un apesadumbrado contacto visual.
- No entiendo - rogó por respuestas, temiendo que las palabras rompieran su corazón.
- Yo... hallé alguien más - y con eso su corazón se hizo millones de pedazos, completamente roto en pena y más allá de ninguna posibilidad de repararse
Aquí estaba él ahora, después de meses revolcándose en lástima por sí mismo y pañuelos manchados de flujo nasal, mirando a la puerta del lugar que podía borrar sus asuntos del amor tanto como durara su vida: El Centro de Ciencias LoLaif para creación de ADN. Louis había escuchado de su negocio muchas veces antes: vio avisos y escuchó historias, pero nunca había parecido lo correcto. Bueno, supuso que hacer una persona no estaba bien, pero en sus meses de larga piedad sin parar, algo había cambiado. De repente, la idea de poder tener alguien hecho específicamente para ti le era interesante. Él nunca aceptaría el rompimiento, nunca necesitaría a alguien más. Tendría su mejor FIT de su lado, ¿Qué más podía pedir? No mucho, pensó, mientras empujaba la puerta y daba un paso adentro. Enseguida, el fresco aire golpeó su rostro.
Era brillante, mucho: cada superficie relucía y radiaba con un glamour intencional. No se veía a nadie, sólo un simple y lúcido escritorio colocado en la parte trasera de la habitación, de otro modo vacía. Louis se sintió fuera de lugar mientras caminaba a la recepcionista; usaba sus zapatillas favoritas, las cuales resonaban por el espacioso vestíbulo.
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We're Never Changing Who We Are [One-Shots de Larry Stylinson]
Fiksi PenggemarBueno Este Es mi primer "Libro" Que se tratara de one-shots de Larry Stylinson. Los one-shots tendrán: algo de sexo, Lenguaje obsceno y los muchas Cosas Así. De Una Vez aviso Que Yo No Me Hago Responsable de Posibles traumas o de Que Lloren Por los...