"Loco..."

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Algunas personas piensan que estoy loco.

Si, quizás en algún punto lo este. Estoy loco, porque todo lo que he dicho y sentido desde que lo conocí, son cosas muy alejadas de mi antigua realidad, de mi antiguo modo de ser.

¿Era acaso posible que no me enamorase de sus ojos apenas mi mirada se cruzó con la de él? ¿Era posible que me resistiese a ese color esmeralda?

La gente caminaba por las calles pasándome de largo, a veces una que otra muchacha se detenía y cuchicheaba con sus amigas sobre mí, eso formaba parte de mi rutina. Pero no él.

No se porque ese día tomé una decisión fuera de lo normal, jamás sabré si fue el destino. Pero ese día amanecí con el deseo impostergable de desayunar Waffles en el nuevo café que quedaba cerca de mi estudio.

Entré y una campana sonó anunciando la llegada de un nuevo cliente, busque entre mis cosas el dinero que usaría ese día. Toque con la punta de mis dedos el lente de mi camara y negue con la cabeza, metí aún mas adentro la mano y por fin encontré el fajo de billetes que habia estado buscando.

Ya había llegado a la caja cuando levanté la vista. Ahí estaba él...me sonrió de una forma dulce e inocente mezclada con un intento de galantería. Era...perfecto. Y enloquecí desde el primer momento.

Su nombre estaba impreso en el uniforme que llevaba "Harry". Luego de que me preguntase dos veces seguidas mi orden, entre en razón y le respondí. Dejé que me sirviera y fui a sentarme.

Lo contemplé durante horas, falté a mi trabajo, no me importó. Necesitaba ver un poco más a aquel hipnotizante muchacho.

Harry me miraba de vez en cuando, mientras le servía las ordenes a los demás clientes, pero nunca se acercó, y yo deseé que lo hiciera.

Dias...Semanas...Meses. No recuerdo bien cuanto tiempo pasé en ese café luego de aquel primer día. Me despertaba antes cada mañana solo para ir allí, pedir mi orden habitual y contemplar a Harry unos minutos.

-Lo de siempre. ¿Verdad?- Aquel día en el que me dijo algo más que las palabras automatas y carentes de sentimiento que los empleados acostumbraban decir, mi corazón saltó de mi pecho. Harry lucía...diferente, mas decidido. Me guiñó el ojo y me entregó los waffles.

-Aqui tienes...hoy yo invito a cambio de un regalo- Lo había mirado con desconfianza y fascinación. Había notado que era un muchacho tímido luego de tanto tiempo de observación. Aparentaba ser confiado, pero jamás pensé que se atreviese a sonreírme de aquella forma tan especial y mucho menos a hablarme de aquella forma.

-¿Un regalo?- pregunté.

-Tu nombre...- Aquella vez le devolví la sonrisa. En ese momento creo que lo supe, al notar su reacción ante mi sonrisa, supe que él también se había enamorado de mi mirada, casi al mismo tiempo que yo de la de él.

-Te lo diré cuando acabe tu turno-

-Faltan horas para eso-

-Esperaré- le guiñé el ojo y tome mis waffles para dirigirme a la mesa.

No me importó esperar, esperé pacientemente, me senté en la mesa junto a la ventana, el lugar que siempre elegía para poder estar cerca del muchacho de la caja. Lo notaba nervioso, sabía que podía sentir mi mirada clavada en él, yo ya no disimulaba, no era necesario. Casi derrama dos cafés en 4 horas, ese no era su día debieron de pensar sus compañeros. Pero yo sabía que Harry estaba deseando no haber tenido tanta confianza aquella mañana, su "conquista" le estaba haciendo una jugada traviesa.

Recuerdo tan claramente cuando el fín de su turno llegó, era ya la hora del té, lo vi salir del baño sin su uniforme y dirigirse con la mirada baja hacia mi mesa.

-Hola- Dijo bajito mientras todos sus rizos le tapaban la cara. Había sido una imagen digna de fotografiar, tenía mi camara tan cerca, solo me incliné un poco y la tomé, Harry solo reaccionó luego de sentir el flash. -¿Que ha sido eso?- preguntó intentando esconder una media sonrisa.

-Acostumbro tomar fotos de gente bonita- noté un leve sonrojo. Aquel era un chico demasiado dulce para ser real. No podía creer que luego de tanto tiempo por fin pudiese hablarle, y mucho menos había imaginado en mis sueños que el sería quien diese el primer paso.

-Pues entonces deberías tomarte una foto a ti mismo...- lo dijo casi en un susurro. Un suspiro por el cual salieron palabras. Sonreí mostrando todos mis dientes y le extendí la mano.

-Louis...mi nombre, es Louis- Harry levantó la vista y estrechó mi mano.

-Mucho gusto Louis...Soy Harry, pero parece que ya lo sabes-

-Se hasta de que color es la funda de tu telefono Harry- Ambos reimos. No entenderé jamás porque dije eso, solo sentí la necesidad de que el supiese cuanto significaba para mí a pesar de no haberle hablado verdaderamente nunca. Sabía que era torpe, lo había visto millones de veces entregar mal una orden o tropezarse. Sabía que le le gustaba cantar, porque siempre lo escuchaba tararear bajito. Sabía que era inseguro, porque a pesar de ser muy coqueto con cada mujer que se le acercase, cuando un hombre atractivo le hablaba, se escondía en su caparazón. Sabía tanto de él y a la vez tan poco.

-Y dime Louis...¿Quieres salir de aquí?- Me tomó por sorpresa que volviese a mostrar esa confianza. Era una caja de sorpresas, no cabían dudas.

Me levanté y le tomé la mano para cruzar la puerta. Él no se apartó. Desde ese momento supe cuan loco estaba por él...y cuan loco futuro tendríamos juntos.

We're Never Changing Who We Are [One-Shots de Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora