La familia Kagami.

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Despertó por el suave ruido que su bebé hacia al chupar su dedo en busca de comida. Se levantó y salió de la habitación con un bebé en brazos.

Kuroko yacía dormido plácidamente y prefirió no despertarlo por algo tan pequeño como prepararle el biberón a Hikaru.

Una vez lista la mamila y asegurándose que estuviese a una temperatura correcta, lo llevó a la boca de su bebé. El pequeño comenzó a succionar mientras era arrullado por su padre.

Antes de que el pequeño bebé quedase del todo dormido, Kagami dio un salto al ver a Tora en sillón mirando a su padre pasear a su hermano, eso hizo que el pequeño bebé abriera los ojos y del susto, comenzará a llorar. Tora hizo lo mismo.

Kuroko despertó alarmado al escuchar a sus dos bebés llorar, salió rápidamente de la habitación y encontró a su esposo tratando de tranquilizar a sus dos hijos. Estaba claro que no podía solo.

—Taiga-kun. —El pelirrojo pego otro saltó al escuchar la voz de su esposo, haciendo que el bebé llorase aún más fuerte.

—Tetsuya. —Suplicó. Se acercó al pelirrojo y le quitó al bebé mientras comenzaba a arrullarlo. —Encárgate de Tora, Taiga. —Su esposo asintió y cargó al pequeño pelirrojo mientras iban hacia el cuarto del pequeño. —¿No te notó? —Preguntó una vez que su esposo había entrado a la habitación de su hijo.

—Tú aún te pierdes cuando salen al súper mercado. No pidas milagros, mamá. —Espetó su hija mayor, Hikari.

Habían sido años de casados y su pareja aún seguía perdiéndolo o sorprendiéndose cuando "aparecía de la nada". Se habían casado al terminar sus estudios en Serin y desde entonces ya tenían 12 años de casados, muy felices junto a sus tres hijos.

Kagami Hikari era la hija mayor del matrimonio, la pequeña niña tenía tan solo 10 años y parecía realmente una adulta, debía prohibirle juntarse con Kazuo pues él era mayor que ella y seguro le pegaba esa manera de hablar tan sofisticada.

Hikari, físicamente se parecía a Kuroko, en contextura corporal. Tenía los ojos azul cielo y la piel pálida como su madre, su cabello a diferencia era de un rojo intenso y había heredado las peculiares cejas de su padre. Una versión femenina que compartía ambas características de la luz y sombra de Serin. Por otro lado, Tora era la réplica exacta de su madre, de no ser por sus ojos color rojo. Como Hikari, Tora había heredado la poca presencia de su madre, por ello su padre los perdía fácilmente cuando salían. Por último, estaba el pequeño Hikaru, el hijo menor que era la réplica exacta de Taiga, el pequeño tenía la piel tostada y las cejas del tigre, a Kuroko le encantaba ver a su hijo y esposo, a veces pensaba que era como tener un antes y un después para él solo.

Cuando finalmente el pequeño Hikaru se volvió a dormir, suspiró. Lo llevó a la pequeña cuna que yacía a lado de su cama y lo dejó en ella.

Fue rumbo a la habitación del pequeño Tora ya que Taiga no había vuelto a su habitación. Abrió la puerta lento y lo que vio, lo conmovió. El pequeño Tora y Taiga estaban dormidos en la cama del pequeño, claramente Kagami no entraba en la cama y parecía que se caería en cualquier momento. Aunque se arrepentiría después, tuvo que despertar a Taiga con cuidado de no despertar a su pequeño tigre.

—Taiga. —Susurró el peliceleste mientras movía ligeramente a su pareja, este se quejó un poco y despertó cuando Kuroko lo abofeteó para que despertara.

—Tetsu... —Se calló al darse cuenta de la situación en la que estaba, se paró de la pequeña cama y camino junto a su pareja hacia el salón de la casa.

—Hoy será un largo día. —Susurro recordando que aquel día era la reunión que Akashi había previsto para la kiseki no sedai. Todos debían asistir, eso incluía a la familia Kagami.

—Será divertido. —Susurro Kuroko hacia su esposo, ambos volvieron a la cama pues era obvio el cansancio que ambos estaban sintiendo en ese momento.

Se quedaron dormidos después de un rato, Kuroko fue el primero en caer mientras que Taiga se resistió un poco, hacía mucho que no veía a toda la Kiseki reunida, debía ser importante si Akashi los quería a todos con él. Cuando finalmente se durmió, sus preocupaciones desaparecieron.

Definitivamente sería un largo día.

Una vez más. ~ Kuroko no basket.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora