— ¿Qué te pasa hija te vez muy nerviosa? – Me pregunta mi madre al ver que no dejaba de mirar a todos lados.
— No es nada mamá, debe ser emoción – Le dije mintiendo, es que me sentía un poco incómoda porque podía ver a Daniell.
— ¿Segura hija?–
— Si– Le conteste con una sonrisa fingida.
Después de todo me olvide de ese chico y me dispuse a disfrutar todo él escenario, París es una ciudad demasiado hermosa. Angélica nos instaló en una mesa que había reservado hace meses no se de donde sacó el dinero porque ella es secretaria pero que va nos sentamos,él lugar era muy lujoso.
— ¿Les gusta?– Escuche decir a Angélica muy sonriente.
— ¡Claro!– Dijimos exclamando mi madre y yo.
Se nos acercó un mesero con él menú. — Señoritas, ¿qué desean para cenar?–
— Yo pediré por ustedes chicas – Angélica pidió para nosotras algo simple, ( La reclete que se prepara con patatas y embutidos, y para ella hígado graso). — Camarero también traiga una botella de vino que no sea tan cara – Exclamo.
Mientras esperábamos, Platicamos sobre la cultura de su país, Angélica se expresaba con mucha elocuencia. Mi madre me hubiera contado que Angélica hubiera perdido a sus padres en un accidente automovilístico y por eso no tenía familia y que triste fue su adolecencia, me sentí muy triste porque yo también soy huérfana de padre.
Mis pensamientos se esfumaron al ver entrar unos rostros conocidos....
— Oh por Dios, no lo puedo creer – Dije entre dientes.
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo, sera que él destino me estaba jugando una muy mala broma. No podía creer que Daniell era amigo de ese grupo de mimados pero no recuerdo haberlo visto ese día en él centro comercial.
Ellos se centaron en una Mesa de frente a la nuestra y de la ansiedad me comía las uñas y volteo mi rostro para que no me vean.
— Tragame tierra – dije entre dientes.
Él mesero llegó con la cena, mientras yo espiaba disimulada a los chicos entre los cuales se encontraban, la rubia celopata y una gordita de pelo rojo, él parecido entre ella y Daniell era mucho. Después de las oras terminamos de comer y yo seguía espiando, los chicos se veían muy guapos de traje y las chicas también aunque mas la rubia creída, vestía un vestido azul marino con brillos, él pelo ondulado suelto aun lado, me quede boca abierta mirando sus brillantes joyas.
— ¿Qué pasa Eloisa?, desde que llegamos aquí no dejas de mirar hacia él frente– Espeto mi madre.
— A mi nada – dije disimulada.
Mi madre se levantó para ir al baño, antes de que venga el postre. Y yo estaba sentada tratada de disimular con Angélica mi nerviosismo.
— Hola Eloisa, viniste...– estaba parado Daniell con su mano extendida.
Yo al instante abro mis ojos como platos. — Si pero no sabía que iba a venir –Y le de volví él saludo.
Mientras él saludaba a Angélica yo me límite a observar su mesa, él chico ojos de cielo me miraba confundido y la rubia a él.
— Señora puedo invitar a su hija un momento a mi mesa le quiero presentar a mis amigo si no es molestia –
¡Que!, amigos. Pensé. No me gustaba la idea de que fuera amigo de esa pandilla de locos. La respuesta de mi amiga me dejó boca abierta.
— Claro joven, pasen la bien –
Angélica no sabe lo que hizo, mi madre es otra celopata que cuando no me vea en la mesa me regañara.
Daniell me tomo del brazo y me llevó a la suya, me puse roja por esa acción y aún mas cundo pude ver los rostros de ellos que me miraban como sino fuera normal.
— Chicos ella es Eloisa una amiga que conocí – Espetó Daniell.
— Hola– dijeron todos entre dientes yo acento igual. El sacó una silla para mi, me senté y él se sentó.
— Él es mi mejor amigo Jack, la rubia es Mónica su novia – Dijo sonriente, Mientras a mi me disgusto, ella no me caía nada bien. –y esta gordita es mi hermana Laura – Dijo mientras le agarraba un cachete.
— Sueltamente bobo– Dijo refunfuñando. No se para que nos invitaste a venir sabiendo que nuestros padres no vendrán, hubiera preferido salir a una discoteca o acostarme en casa –
Ya veo son todos iguales menos Daniell. (pensé)
— Hermana calmante, tenemos invitados en la mesa– espeto él .
— ¿No te e visto antes? –dijo Mónica analizando mi ropa.
— No lose – Le dije mintiendo yo me acordaba de ella pero al parecer ella de mi no.
Ella se ríe y me dice.— buena imitación –
— ¿Qué cosa?–
— Tu ropa chica, casi me engañas. ¿A que se dedica tú familia?– me preguntó la bruja con una cara de placer....
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Soportando por amor
RomanceEsta historia narra la vida de Eloísa, una chica de 17 años humilde, esforzada en sus estudios, que nunca le intereso el amor y durante su joven vida, siempre a estado apartada de ese sentimiento. pero todo cambia al conseguir, una beca que la l...