Virgen

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Los días después de esa noche pasaron rápido, me propuse a mi misma olvidar esos recuerdos aunque para mi eso es muy difícil no lo puedo negar, me preguntó ha veces si seré la única chica que no olvida cuando la lastiman, porque yo no puedo olvidar y no comprendo este sentimiento que exprime mi corazón, haciéndome quedar sin fuerzas. Hoy estoy en mi cuarto mirando por la ventana como los pequeños copos de nieve caen con suavidad y los recuerdos de la soledad tan fría en la que vivo comenzaron a herirme, una lágrima cayó sobre mi mejilla extrañaba a mis amigas, mi casa, mi país. Mi madre volvió a su trabajo a tiempo completo en su computadora y Angélica se la pasaba con un novio que ni siquiera conocíamos, aunque sus vacaciones estaban a punto de terminar para volver a su trabajo.

Mis pensamientos se esfumaron,cuando alguien entró de golpe a mi habitación.

— ¡Hola pequeña!– Exclamó Angélica sonriente. Al ver mis ojos con lágrimas, su sonrisa se esfuma.

— ¿Qué te pasa Eloisa?,¿ por qué lloras?– Me dijo triste.

— No es nada– le dije tratando de secar mis lágrimas, pero todos esos sentimientos encontrados hicieron que mi corazón, rompiera en llanto.

Ella camino hacia mi,me dio un beso en la frente y me abrazo fuerte.— Yo se como te sientes aunque no lo creas– Me susurro al oído.— Pude ver lo que esa chica te hizo esa noche en él restaurante, olvidala sólo esta celosa de ti–

Yo me suelto un poco de su abrazo y la miro a los ojos.— No estoy así por eso, además tu crees que esa rubia podría tener celos de mi, yo creo que esta un poco loca– Solloze.

Ella ríe al instante. — Si no te importara el tema, no preguntarías. —Te gusta él chico que te invito a su mesa–
Me dijo pícaramente.

— ¡No, no.. claro que no!–Exclame.— A mi nunca me a gustado alguien enserio–

Ella me mira de una manera confusa y frunce él rostro.— Nadie enserio, ¿te puedo preguntar algo?–

— Claro di me–

— Promete que no te enojaras conmigo?–

— Claro que no Angélica–

— Esta bien, ¿ Te gustan las mujeres?–Espeto ella.

Me que de muda y con la boca bien abierta, mi reacción debió ser muy chistosa en ese momento, pero no estaba feliz por esa pregunta.

— ¡no!, como piensas eso de mi, no me gustan las mujeres – espete furiosa.

— Esta bien– Ella ríe y me mira fijamente a los ojos.—  Perdoname pero eres un poco extraña para no decir diferente–Ella vuelve y se ríe, pero después se pone sería eso es lo que más me asusta.— Alguna ves tuviste novio–

— ¿Si te digo la respuesta no te enojas? –Espete.

— No me gusta hacer promesas pero que va –

— Nunca que yo recuerde e tenido novio, ni de mentiritas– Susurré apenada.

— En cerio, no te creo. Yo tuve mi primer novio a los once, eres muy extraña niña –Espetó.

— Se que yo tengo la culpa por olvidarme de que soy un ser humano y no sacar un tiempo para mis sentimientos, que no sea sólo para los estudios, pero mi madre siento que también es un poco culpable, siempre metiéndose en mis cosas, diciéndome lo que no y si puedo a ser, además con todo y eso me dice que casi todos los hombres son basura. Me entiendes cuando te digo que nunca me a dado libertad pero yo la respeto porque es mi madre y estamos solas en este mundo.

— En eso te equivocas yo me siento parte de ustedes, las e llegado a querer bastante y quiero ser parte de su familia si me permiten –me dijo sonriente.— Por otra parte tu madre esta cometiendo un error contigo, toda persona tiene derecho de ser libre y tomar decisiones,no importa si fracasas o te lastiman siempre aprenderás algo nuevo y estarás preparada para enfrentar la vida. Tienes que disfrutar tu juventud.–

— Claro que si – Dije mientras la abrazaba.

— Ahora una última cosa que ya se, ¡Eres virgen!– Exclamó la muy loca y le tape la boca.

— Si lo soy pero no es para tanto escándalo, mi madre puede escuchar, ella en ves de orejas tiene antenas –

Las dos reímos esa tarde por esa conversación, parecíamos hermanas o mejor dicho una madre a la que le puedes abrir tu corazón sin miedo.

— Eloisa quiero que te pongas algo abrigado–  me susurro Angélica. —Nos vamos de compra y este treinta y uno de Diciembre no la pasarás trancada en casa– me dijo pícaramente eso hizo que me pusiera nerviosa y ansiosa, yo tendré mi primera escapadita
de adolescente, ¡shupi!. Pensé

Angélica Fauré

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Angélica Fauré...

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