Abril. Buscando a Papá.

¿Papá dónde estas?

Otra vez los grititos histéricos, otra vez los susurros y súplicas, una y mil veces más el llanto tapado.
Juro que no lo soporto más. Me doy vuelta contra la pared y cierro los ojos.
Trato de visualizarme en otro lugar pero no puedo.
La voz de mi mamá se me hace insoportable.

Me gustaría que de una vez por todas él se valla de nuestras vidas, me gustaría que pudiese ser feliz con otra mujer.

Odio a mi mamá de una manera que no lo puedo creer. Se supone que es ella quién debería cuidarnos y protegernos, pero la realidad es que cada vez está más lejos de ser la mamá que todos creen que es.

Un golpe suave en mi puerta me saca de mis pensamientos.
-Puedo pasar? Pregunta Tomy con voz llorosa_

Me levanto rápido de la cama y me enredo con el cover, un ruido sordo y un estallido de dolor en mi rodilla me dice que tendré otro moretón más en mi colección.
Abro la puerta y mi hermanito aparece con sus rulos revueltos y una mirada de desesperación que ya he visto muchas veces antes.

Lo abrazo fuerte y lo levanto. Es tan chiquito que da ternura, pero su mirada no es la de un nene de seis años. Sus ojos verdes tienen una mirada de una persona mayor, de una persona que ya ha vivido y sufrido mucho.

-Otra vez está llorando- dice Tomy. Y esconde su pequeña carita en el hueco de mi hombro.

- Lo se enano, lo sé. No te asustes, ya va a pasar... Quieres que te cuente el cuento de la ardilla?-

La sonrisa grande de dientes chuecos que me da hace que por un segundo me olvide de los ruidos que se escuchan en la otra habitación.

Amo a mi hermano, a pesar que en realidad somos medio hermanos. Compartimos a Sonia, nuestra madre, pero tenemos papás diferentes.
Jorge es el papá de Tomy y un hombre ejemplar. Es buen tipo, excelente padre, dulce y paciente. Pero por desgracia ama demasiado a mi mamá y a la familia que formó y es capaz de soportar cualquier cosa por parte Sonia... hasta sus golpes...

Tomy se acurruca a mi lado y cierra los ojitos. Uno de sus brazos cruza mi cuello y el pulgar de su mano libre viaja a su boca y succiona.
Siempre hace eso cuando está asustado. Mi corazón se acelera y la bronca ruge dentro de mi pecho. Ella no tiene ningún derecho de hacerle esto a mi hermano, ni a mí... ni a Jorge.

Saco su mano de la boca y acaricio con ternura esos rulos locos que le caen por la cara. Lo único bueno que hizo Sonia por mí fue darme esta ternura de hermano que tengo. Él es mi sostén. No sé que hubiera sido de mi vida sin esta bella personita que ahora se durmió abrazándome.

.................

Los ruidos han terminaron. Agudizo mi oído y escucho como se abre la puerta de mi habitación bien despacito. Mi corazón empieza a latir con fuerza, no quiero que sepa que lo escuché todo.
Cierro mis ojos y trato de parecer dormida. El aire de mis pulmones quiere escapar con furia pero me las arreglo para parecer tranquila.

Una mano pesada pero muy delicada peina mi cabello con dulzura, él sabe que no estoy dormida, me besa con ternura el cabello mientras que lo arropa a mi hermanito.

-Gracias por cuidarlo- susurra con su voz estrangulada por la angustia.-

Apaga la luz y se va sin hacer ruido.
Siempre es igual. Ella lo maltrata y él nos cuida.

No doy más de la bronca y la injusticia. Mañana mismo pongo en marcha mi plan. Tengo que encontrarlo, saber por qué se fue y me dejo así de sola con esta madre que no comprendo. Quiero saber si se escapó de Sonia, o se cansó de mí.

Estoy triste, no me acuerdo de su cara, sólo sé que a mí me gustaba estar con él, me acuerdo de sus ojos verdes y nada más.
El cansancio se apodera de mis sentidos, mis ojos pesan y finalmente me duermo, no sin antes dedicarle un último pensamiento a mi verdadero padre... ¿Dónde estará?!Cuanto lo necesito mi Dios!