Llamada

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Ya mi amiga regresó a su casa aunque todavía no puede ir a la escuela. De todos modos me las arreglé para hablar con todos y cada uno de sus profesores y así le envíen sus tareas por correo electrónico.
Ella está cada día mejor y ayer pudo al fin hacer la denuncia en la policía.

Según Carla pudo reconocer a uno de los tipos que la arrebataron en la calle.

Ese hombre había estado una vez en la casa de mi abuela para un cumpleaños o algo así. La verdad es que aunque me lo describió varias veces yo no me acuerdo de él.
Y mientras conversábamos del tema, Carla volvió a poner el chip que yo había encontrado en el cajón de juguetes de Tomy y... Tenía una llamada perdida!

Al ver la pantalla del teléfono que indicaba una llamada perdida mi corazón dio un vuelco y se me puso la piel de gallina.

Abril!- chilla Carla- esto está muy bueno! Quiere decir que esa persona que preguntaba por vos sigue conservando el mismo número!-

Mis pensamientos van más rápido que mi propia respiración.
Y si es mi papá? Y si a hora que estoy grande ya no le interesa saber cómo estoy? Y si Sonia se entera? Y si no me quiere ver porque ya tiene otra familia y otros hijos? Tal vez Sonia tenga razón y es una mala persona

-Tranquila amiga! Cambia esa expresión de terror!- me tranquiliza Carla con dulzura.

Una catarata de sentimientos encontrados se agolpan en mi pecho y creo que voy a estallar.

-¿Cuándo llamó? ¿Y ahora qué hago? Mis manos no dejan de temblar mientras miro el número que aparece en la pantalla del teléfono.
En ese momento caigo en la cuenta que el número en cuestión es bastante largo y extraño. No es de esta zona ya que la característica es diferente a la que tenemos en mi pueblo.

Mi amiga me toma de la mano y me da una suave caricia, es reconfortante saber que hay alguien en el mundo que se preocupa realmente por mí.

No sé qué sería de mi ahora mismo sin ella, en casa no logro encajar con mi mamá y sin embargo todo parece más fácil cuando estoy con ella y su familia.

Últimamente no me estuve sintiendo muy querida en casa, Sonia no es de esas mamás que demuestran lo que sienten a sus hijos, es fría y calculadora, siempre tiene todo bajo control.
Cuando tenga hijos voy a ser muy diferente de ella, me prometo a mi misma.

-Tranquila amiga-dice Carla en voz baja, vamos a encontrar a alguien que nos ayude.

Sus ojos enormes me miran con cariño y eso hace que se me haga un nudo en la garganta, unas ganas locas de llorar me asalta, trago duro y abrazo a mi amiga, no se que sería de mí sin ella.

Unos golpes tímidos suenan en la puerta y enseguida una cabeza despeinada de cabellos oscuros aparece.
Pablo, con una media sonrisa de disculpa le avisa a Carla que ya es hora de tomar sus remedios.
Enseguida nos miramos con mi amiga y entendemos de inmediato que la persona que estábamos buscando apareció.

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La mirada de Pablo va de Carla a mí y de nuevo a ella. No puede creer la locura que acabamos de contarle y que él va a ser el protagonista.

-No chicas- se disculpa- ustedes están locas si piensan que lo voy a hacer. ¿Y qué tal si la persona a la que llamo se molesta?

-Por favor hermano, es por Abril- dice Carla con un brillo en los ojos que no logro descifrar. Ella te necesita y yo también dice mientras su típica sonrisa de pícara se dibuja en su rostro.

Pablo nos vuelve a observar , pero esta vez la intensidad de su mirada es diferente, parece como que entre ellos pueden hablar con solo mirarse a los ojos...Yo, sinceramente, me quede afuera de esa extraña conversación.

-Está bien -dice y, sin decir más se va de la habitación.

Abril. Buscando a Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora