Miraflores

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El bar es bastante lindo, sencillo y familiar. Es de esos lugares que trasmiten calma y seguridad.

Los colores pasteles de las paredes van del rosa al amarillo en una muy linda combinación.

Las mesas son modernas y hacen juego con las sillas de caño.

Está todo decorado artesanalmente, con flores secas y hermosos cuadros coloridos, se nota que los dueños tienen buen gusto y lo decoraron con amor.

Pablo entra primero y se sienta en una mesa cerca de la entrada, pide una gaseosa y espera. Nosotras entramos al lugar unos minutos más tarde y elegimos una mesa no demasiado alejada de la de Pablo.

Carla, siempre tan dramática, trajo en su bolso dos pares de anteojos de sol y me da uno para que use.

-¿Y dónde está el sol?- le pregunto divertida- me parece amiga que esto es mucho.

-SHHH,- dice ella calzándose una gorra con visera – no tenemos que dejar que nos reconozcan Abril!

-Estas loca de remate! Acá nadie nos conoce! Estamos a más de cuatro horas del pueblo!- le dijo mientras me río con disimulo.

Esta amiga mía cuando quiere puede ser extremadamente ridícula, pero esa es una de las razones por la que la amo!

Llega la moza a tomarnos el pedido y no salgo de mi asombro cuando reconozco a quien está detrás del uniforme... es Nahir! La chica que trabaja en mi casa dos veces por semana ayudando a mi mamá en la cocina y en la limpieza!

-Nahir?- pregunto con cautela y unos ojos bien delineados se abren con asombro..

-Abril! Chilla la moza, - que haces por acá?, -No lo puedo creer! Te escapaste de tu casa?- dice mientras me da un abrazo gigante y me mira preocupada.

Nahir debe tener más de treinta años pero no se le nota demasiado. Es alta, delgada y muy simpática. Siempre que está en mi casa va vestida con colores chillones, aunque ahora la camisa blanca y la pollera tubo del uniforme le sientan espectacular, así vestida parece una modelo.

Me pongo nerviosa de que pueda descubrir la razón por la que estoy aquí, así que me limito a reír y decirle que estoy de paseo por la zona. Se nota que no me cree del todo pero lo mismo no dice nada.

-¿Pero vos trabajas acá? - le digo asombrada- es muy lejos del pueblo!

-Es el bar de mi hermano, de vez en cuando le vengo a dar una mano-me dice risueña.

Esta chica siempre me agradó, la noto buena gente, además nunca me hizo sentir mal a pesar de como mi mamá la trata muchas veces. Es de esa clase de personas en la que uno puede confiar sin temor a ser rechazado.

Y si antes me caía bien ahora me cae mejor, porque eso de viajar más de 4 horas "de vez en cuando" para darle una mano a alguien no es muy común en el círculo en que me muevo.

Mi familia es más bien de personas interesadas que no hacen nada por nadie sin obtener un beneficio.

A veces siento que yo debo ser un marciano que cayó sin querer del plato volador en el jardín de mi casa y esta gente me aceptó sólo porque tengo ojos verdes y soy de piel blanca...porque hasta racistas son!

-Se van a servir algo chicas? –pregunta Nahir.

-Para mí una chocolatada-pide Carla.

-Y yo un jugo de naranjas con un tostado.

-Ok -dice -la casa invita anuncia Nahir con una enorme sonrisa.

Cuando la moza se va nos damos cuenta que Pablo ya se está despidiendo con un abrazo de una señora de pelo largo... y no pude ver quien era!

Pablo se acerca a nosotras y lo atormentamos a preguntas..

¿Quién era?

¿Porque se fue tan rápido?

¿Qué te contó de Abril?

¿Cómo se llama?

¿Porque tiene el número de Sonia?

-Paren, paren y dejen que les cuente - dice con una sonrisa que se me antojo encantadora.

Se llama Daniela y solo me contó que su madre está en el hospital y no se puede quedar en la reunión porque debe cuidarla. Me dejo su teléfono actual y el correo electrónico. Dice que quiere saber de Abril...que es tu tía.

-Mi tía- digo saboreando cada una de las palabras que pronuncio.

Así que tengo más tías. Entonces de seguro que tengo primos o primas...

-Y otra abuela!- Me dice Carla mientras me abraza con fuerzas

-Otra abuela... ojala no sea como Sara- ruego en voz alta mientras mis pestañas tratan de barrer las lágrimas que ruedan por mis mejillas.

-Acá te dejo los datos -dice Pablo mientras deposita en mis manos el papel con los datos de mi tía.

-Gracias Pablo, gracias amiga. No saben lo importante que es esto para mí.-

Carla me da un fuerte abrazo y se sienta a recibir el pedido que trae la moza a la mesa.

Pablo todavía sigue de pie, viéndome a los ojos. Puedo jurar que quiere decirme algo más, pero solo se limita a regalarme su hermosa sonrisa, abre la boca como para decir algo más pero después se limita a decirme- cuando quieras, lo que quiera Abril. Y sin más se sienta.

Siento mil emociones que chocan en mi corazón, mi tía, la posibilidad de encontrar a mi papá que tanta falta me hace, el viaje, terminar de comprobar que hay buena gente en el mundo y Pablo... este chico que me tiene confundida.

Hoy sí que fue un día largo y emocionante!

Abril. Buscando a Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora