Desde qué te fuiste

Parte 10- Maratón 02/06

Teresa’s POV:    25 de febrero de 2014, 12:58 p.m.

Esta situación era incómoda, trataba de buscar alguna excusa cuando mi celular suena. Lo tomo inmediatamente, era una notificación de Instagram: "Milliebobbybrown acaba de subir una nueva foto". De todas maneras finjo que es un mensaje de mi madre y al comentar la imagen hago que le estoy respondiendo.

-Mi madre me necesita- digo -Lamento no poder quedarme más, fue un placer conocerte Brenda- miento, realmente quisiera decir "Quisiera que no hubieras aparecido hoy y haberme dejado ser feliz aunque fuera un solo día" -Adios chicos- digo y salgo a paso rápido de la cafetería.

Voy a la oficina del director y digo que me siento mal y me iré a casa a descansar. El dolor de cabeza por lo de anoche estaba atacando de nuevo.

Tomo las cosas que necesito de mi casillero y salgo de la escuela a paso rápido. Al salir me choco con una niña unos años menor que yo, cabello corto con rulos y ojos avellana, me mira con miedo y algo de reproche.

-Lo siento niña- le digo y continuo mi camino

Sigo caminando y apenas logro alcanzar a escuchar la respuesta de la niña:  "Cabeza hueca" . Rio y continuo caminando hasta llegar a mi casa, había reprimido tanto mis ganas de llorar que al llegar a la puerta de mi casa ya no quería hacerlo, solo sentía un vacio en mi pecho y un nudo en la garganta.

Entro a la casa y trato de escabullirme rápidamente hacia mi habitación.

-¿Tessa?- escucho la voz de mi madre en la sala -¿No deberías estar en clases?

-Si- respondo -Pero me sentía mal asique me dejaron venir a casa

-¿Jaqueca después de lo de ayer?- dice y se acerca a mi. Mierda, al parecer no lo dejaría pasar -¿Tienes una idea de lo que es encontrar a tu hija en ese estado?- pregunta y noto cierto dolor en su voz -No, no lo sabes- dice antes de que yo abra la boca para responder

-Yo... lo lamento... no quise preocuparte así- me siento como una mierda por hacerla sufrir

-Juraste que lo habías superado- me dice y sé que se refiere a Thomas -Pero lo que vi ayer en la cocina, tu rendimiento en la escuela y la carta sobre tu cama me demostraron lo contrario

-Yo... lo siento, ¿Si? No volverá a pasar- bajo mi mirada -¿Puedo ir a descansar? No me siento bien

-Ve- es lo único que dice. Doy por terminada la conversación y me voy a mi habitación. Trabo la puerta y me tiro sobre la cama, las lágrimas llegan de forma silenciosa y se escurren por mis mejillas.

Me pierdo en mi mente, tal como solía hacerlo este último tiempo cuando ya era mucho dolor para soportar y trato de olvidar todo lo que pasó.

Estoy tan perdida en mis pensamientos que no oigo cuando alguien toca la puerta de entrada