Dulce es una chica con un pasado difícil, su padre murió cuando ella era una niña de 10 años, su madre nunca lo superó y se tiró al vicio desde entonces.
Eso la convirtió en una chica problemática y rebelde, su única compañía era su mejor amiga Ana...
Dulce Busqué en la habitación algo de ropa, entré a una de las puertas de madera y me encontré con un enorme baño, tenía una bañera hermosa y al fondo había una ducha muy grande.
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En la siguiente puerta había un guardarropa que ocupaba toda una habitación, había de todo tipo, desde vestidos y ropa casual hasta vestidos muy hermosos de fiesta, carteras, zapatillas, tenis, sandalias, de todo, incluso ropa interior, la mayoría era muy pequeña. Del otro lado había ropa de hombre que supongo era de Christopher, también había de todo.
Traté de buscar algo con lo que me sintiera cómoda, tomé un jean negro, una playera blanca y tenis deportivos, busqué algunas bragas, lo que me llevó mucho tiempo porque la mayoría eran diminutas y nada cómodas para mí.
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Entré a la ducha y me di un rápido baño, tenía miedo que alguien entrara mientras me duchaba. Cuando terminé de vestirme salí de la habitación observando todo a mi alrededor y bajé las escaleras, seguí el delicioso aroma a pastel de chocolate, tenía demasiada hambre.
Llegué a la cocina y había una mujer de edad un poco avanzada preparando un delicioso pastel. Entré tímida y con algo de miedo.
Sss: hola linda tú debes ser Dulce- me dijo sonriendo- mi niño me dijo que estarías aquí- la observé algo confusa- yo soy Eva la nana de Christopher- dijo estirando su mano hacia mí. Tomé su mano y la salude- debes tener hambre, siéntate ya mismo te sirvo algo -me dijo sonriendo.
Me debatía entre pedirle ayuda a la señora, tal vez ella pueda sacarme de aquí, parecía buena persona, pero era la nana de Uckerman, lo que me hacía descartarla.
Dulce: ¿dónde está él?- pregunté mientras me sentaba en una de las sillas frente a la barra de la cocina.
Eva: salió a arreglar unos asuntos, no creo que tarde- me sonrió y puso el plato con comida frente a mí, comencé a comer, estaba delicioso.
Después Eva me sirvió un trozo del riquísimo pastel, sin duda sería mi nuevo postre favorito.
Platiqué un poco con ella, era muy agradable, le conté cómo era mi vida en libertad, sinceramente no sabía que era peor, si mi horrible vida exterior llena de falsos amigos, de fiestas y alcohol o estar secuestrada por un delincuente peligroso pero bastante guapo.
La puerta de la entrada se abrió y poco tiempo después Christopher entró a la cocina.
Chris: hola nana- dijo y besó su mejilla, yo solo lo observaba, el tierno hombre que tenía frente a mí no se parecía nada al posesivo secuestrador que conozco.
Eva: hola mi niño ¿quieres comer?
Chris: no nana gracias, ya comí- me observó y yo bajé le mirada, se sentó junto a mí- hola bonita- dijo tomando mi mano.
Dulce: hola- susurré tímida y retiré mi mano- Eva muchas gracias por la comida, estaba deliciosa- dije levantándome y saliendo de la cocina casi corriendo.
