Dulce es una chica con un pasado difícil, su padre murió cuando ella era una niña de 10 años, su madre nunca lo superó y se tiró al vicio desde entonces.
Eso la convirtió en una chica problemática y rebelde, su única compañía era su mejor amiga Ana...
Dulce Estábamos en la carretera riendo y platicando, Christopher era muy gracioso, me hacía reír mucho.
De pronto observó el espejo retrovisor y su cara cambió.
Dulce: ¿Qué pasa?- pregunté preocupada y traté de girar mi cabeza hacia atrás pero él me lo impidió.
Christopher: esa camioneta negra nos está siguiendo desde que salimos de San Francisco... creo que son policías- dijo muy serio, yo comencé a preocuparme, no quería que me separaran de él- trataré de perderlos.
Entró a un camino de tierra pero la camioneta aún seguía ahí y se acercaba cada vez más, prendió la sirena y efectivamente eran policías. Comenzaron a disparar al cielo, no podían dispararnos porque yo era “rehén”.
Chris manejaba a gran velocidad, los estábamos dejando atrás. Sonreíamos felices.
De pronto el camino terminó y caímos por un pequeño barranco.
Algunos metros abajo nuestra camioneta chocó con un árbol, estaba muy aturdida y me dolía el cuello, Christopher estaba inconsciente con la cabeza sobre el volante.
Los policías se escuchaban a lo lejos, traté de moverme pero no podía liberar mis piernas.
Sacudí a Chris y comenzó a despertar, llevó sus mano a su cabeza y se quejó, giró a verme preocupado.
Chris: ¿estás bien?
Dulce: si, pero no puedo mover mis piernas... tenemos que salir de aquí- dije preocupada.
Chris: te ayudo- salió de la camioneta con dificultad y abrió mi puerta, trató de liberar mis piernas pero era imposible, además de doloroso. Las sirenas de la policía se escuchaban cada vez más cerca.
Dulce: es imposible Chris... debes escapar- dije viéndolo con los ojos cristalizados.
Chris: no te puedo dejar amor- dijo y sus ojos comenzaron a aguarse- no quiero dejarte.
Siguió tratando de liberarme. Coloqué mis manos sobre las suyas deteniéndolo, ya estaba sangrando por el esfuerzo que hacía.
Dul: amor estaré bien... pero tú no puedes dejar que te atrapen- dije casi llorando igual que él- amor por favor vete...después nos encontraremos.
Christopher observaba hacia todos lados, desesperado y preocupado. Las sirenas estaban muy cerca.
Golpeó el auto frustrado y furioso. Limpió sus lágrimas y regresó conmigo.
Chris: muy bien, pero voy a volver por ti ¿ok?- dijo con su frente sobre la mía.
Dulce: te voy a esperar- dije llorando y él me besó.
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Tomó la mochila que estaba en el asiento de atrás y se perdió entre los árboles no sin antes voltear a verme con lágrimas en los ojos.
Le lancé un beso con mi mano y él se fue.
Las camionetas llegaron y los policías bajaron, unos se quedaron conmigo a ayudarme y otros fueron tras Christopher, yo solo rogaba que no lo atraparan.
Lograron liberar mis piernas con un aparato especial y me llevaron al hospital.
