Prince Charles había empezado sus clases de una manera normal, rutinaria, dejando atrás las largas caras sobre el luto profundo en el que había caído todo Lasswade después de ver a través de una transmisión en vivo en el blog de Bonnie Campbell el accidente que terminó con la vida de tres jugadores del equipo de polo, tres estudiantes, tres hijos de Lasswade que no seguirían llenando a la pequeña ciudad con su gloria. Cuando pasas años conviviendo con los mismos adolescentes, empiezas a verlos como una parte de ti, una familia disfuncional, pero familia después de todo, y fue muy extraño para los estudiantes de Prince Charles ver que en los asientos de Thomas, Bradley y Cuddle ahora estaban otras personas. Nimue por naturaleza propia había empezado a sacar ventaja de la llegada de aquel chico que se sentó junto a ella, aunque se sintió amenazada por el regreso de Agnes Mackenzie.
—¡Lanza mejor mi hermana, idiota!
Fue el primer gritó que Bonnie Campbell escuchó cuando se adentró a las gradas de la cancha de polo, no le tomó mucha importancia, después de todo había escuchado a los jugadores decir peores palabras que esa. Se sentó con una pierna sobre la otra, con su celular en la mano y apuntando directamente a Calder Melville, el capitán del equipo de polo y exnovio de Nimue MacRuaridh. En el mundo de Bonnie ella era la encargada de informar a Lasswade de todo lo que sucedía, si una mosca volaba demasiado bajo, Bonnie lo sabía, si alguien empezaba una relación en secreto, Bonnie lo sabia, Bonnie sabía todo y compartía todo. Su blog era sumamente popular, porque pese a lo que muchos pudieran pensar, les gustaba leer desde las noticias importantes hasta los chismes juveniles que se propagaban por los pasillos del instituto. El taco de Calder se partió en dos una vez que Douglas lo retó. En ese mismo instante el chukker terminó, dándole la victoria al equipo para el que estaba jugando el gemelo Ramsay.
La cámara del celular de Bonnie captó una cabellera rojiza adentrándose en el campo. Con un caminar que hacía que sus caderas fueran de un lado a otro de manera rítmica y sensual, cautivado a todos los jugadores en el campo, a excepción de Calder que decidió bajar un poco más el casco para que le cubriera los ojos y no tener que ver a su exnovia. Thomas seguramente se hubiese reído de la acción que el chico Melville estaba teniendo. Pero Nimue ni siquiera le prestó atención a Calder, ella estaba yendo directo hacia los gemelos Ramsay, que estaban montados aún sobre sus respectivos caballos, hablando sobre algo que la pelirroja apenas pudo escuchar antes de que ellos se callaran.
Cameron siempre había sido mucho más excéntrico que Douglas, y cuando Nimue estuvo cerca, se agachó para tomarla de la cintura y subirla al caballo, la sentó delante suyo, para poder abrazarla por la espalda y empezar a hablar sobre su oído. No estaba diciendo nada que pudiera importar, solo hablaba sobre llevarla a The Lair & The Dog después de la escuela, Douglas los escuchó y sin usar fuerza pasó su fusta sobre la espalda de Cameron, para llamar su atención y poder decirle que él también quería ir al restaurante. Bonnie Campbell ya había dejado de grabar, las noticias sobre Nimue coqueteando con los Ramsay era rutinarias, algunos amaban verlo en el blog y otros empezaban a aburrirse, por eso la morena guardó su celular en el bolsillo de su campera.
Tha Lair & The Dog era el restaurante de los padres de Nimue y Elisie MacRuaridh, un restaurante que era conocido por todo Lasswade por la gran comida y postre que servían, algunos platillos eran tan tradicionales como la propia tierra donde habitaban, y otros eran extrañas combinaciones que a Elisie se le ocurrían. Pero de cualquier modo, todos conocían el restaurante y pasaban largas horas en él después de clases, como un rito juvenil, un lugar especial para pasar la tarde. El restaurante había visto crecer a todos los jóvenes de la ciudad y estaba plagado de recuerdos, entre ellos los recuerdos de un unido equipo de polo jugando con sus papas fritas en la mesa, mientras Thomas hablaba por teléfono, Cuddle ponía las papas en sus dientes llenas de catsuo para imitar un par de colmillos, Bradley solo reía y aventaba un poco de carne sobre la mesa, hasta que Isla MacRuaridh llamaba su atención. Los recuerdos cayeron sobre Douglas Ramsay cuando entró al restaurante, acompañado de su hermano y de Nimue, sus vellos se erizaron al escuchar la campanilla sobre la puerta. El silencio que había dentro de la cabeza de Douglas se vio interrumpido por los fuertes risas que Cameron y Nimue tenían, quienes ya se habían sentado en la mesa de siempre, una mesa que les daba una vista perfecta a la calle.
—¿Y?
—¿Y qué? —preguntó Nimue confundido por la pregunta de Cameron.
—¿No piensas contarnos a donde fuiste antes del entrenamiento? Estabas rara...
—Como si fueras a tener una cita con Nessie —interrumpió Douglas.Nimue sonrió ante el comentario gracioso de Douglas, pero Cameron fingió no haberlo escuchado y esperó ansioso que la pelirroja que tenía delante empezara a contarle lo que había ocurrido. Y lo hizo, Nimue. Empezó a hablar sobre el regreso de Agnes Mackenzie, la nieta de Carlton Mackenzie, el hombre más severo en todo Lasswade. Su cara llena de amargura, sus ojos azules tan fríos y penetrantes, su tono de voz quejoso y golpeado hacían de él toda una atracción para las historias de terror entre los más pequeños habitantes de Lasswade, que le temían como si se tratase de un ser extremadamente maligno. Y lo peor es que Carlton podía ser mucho peor que esos cuentos, había echado a su hija menor, Isla MacRuaridh de casa solo por la deshonra y el odio irracional que sentía hacia el clan de Barday.
—Espera... ¿La chica que estaba sentada en el lugar de Cuddle es Agnes?
—Eso es lo que acabo de decir.
—¿Pero quién es ella?
—Chicos, estoy empezando a dudar de su inteligencia. Agnes Mackenzie, la niña a la que se le murió su madre, la nieta del viejo Carlton. —el desespero en la voz de Nimue era notorio, pero los gemelos desconocían a la chica nueva.
—¿Carlton tiene familia? —se atrevió Douglas a preguntar, confundido.
—Es mi abuelo...o algo así. —dijo Nimue restándole importancia a las palabras que decía —. Chicos, Agnes Mackenzie, su padre se la lleva un día después del entierro y todos nosotros fuimos a darle la despedida. Tara estaba ahí, al menos deberías recordar eso, Douglas.
—Tara no tenía las tetas grandes cuando niña, así que no creo recordarlo.Cameron no hablo más, dejó que su hermano y Nimue siguieran discutiendo sobre sus recuerdos y la existencia de Agnes en su niñez. Empezó a buscar dentro de su memoria algún recuerdo de la infancia donde la castaña apareciera, pero no encontró nada.
—Da igual, Evander si la recuerda porque pasó todo el día viéndola
—¿Evander es el chico que cree ser rudo y misterioso? —preguntó Cameron en un tono burlesco, Nimue solo asintió con la cabeza y continuó hablando.Cameron y Nimue empezaron a reírse, mientras se burlaban de la actitud de Evander hacia Agnes. Algunas ideas empezaron a surgir de sus astutas mentes, una manera de burlarse de Evander y de Agnes a la vez, pero Douglas no prestaba demasiada atención, estaba perdido en el remolino que había creado en su café al hacerlo girar con su cuchara. A una mesa de distancia estaba el menor de los Melville, un chico de 15 años de cabellos dorados que vivió fuera de Lasswade durante toda su infancia y regresaba a su hogar apenas unos meses atrás, dos menos antes del accidente. No extendía bien de qué hablaba la exnovia de su hermano, pero sabía que planeaban algo malo por esas sonrisas y risas emocionadas que compartían, se tomaba en su rostro. Nimue no notó la presencia de Dave Melville, porque solo lo había visto un par de veces en fotos y con menor edad, aunque se lo hubieran puesto frente a frente no lo hubiera reconocido, porque no compartía la misma belleza que Calder.
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Lasswade Tale
Teen FictionEn Lasswade Moor lo único interesante que pasa son las fiestas del clan, y poco mas. Es una de esas pequeñas ciudades, donde todo es tan exclusivo que parece que nada pasa, o al menos esa es la opinión de todos lo jóvenes que pasan su dia a dia añor...