Lasswade Tale

Capítulo 6: Un fiel admirador.

A lo largo del año, Prince Charles le ofrece a sus alumnos grandes oportunidades para reflexionar sobre sus compañeros, oportunidades que generalmente serían vistas como concursos de banalidad o popularidad son de hecho el ejercicio de la libertad y democracia, o eso decía el director siempre que daba por iniciada alguna actividad, baile de invierno, baile de verano, representantes de alumnos, incluso quien daría el primer Chukker en el equipo de polo, todo se realizaba en forma de concurso.

Y por ello, Nimue siempre fue perfecta al momento de dirigirse a sus compañeros, si lo pensaban y realmente le dedicaban tiempo a recordar con mucho cuidado las acciones de la pelirroja, no podían señalar una sola ocasión en la que ella les ofendiera o agrediera directamente y de hecho reconocerían varios, falsos, halagos hacia su persona de su parte.
¿El tono de los comentarios era irónico? Claro que lo era, pero esa sonrisa tan pura al final te hacía dudar, tal vez lo imaginabas, ¿te había mirado mal en el corredor? Si, lo había hecho pero tal vez tenía un mal día porque cuando la saludaste te devolvió el saludo con un tono meloso, incluso con cariño, ¿Se creía superior a todos? Tal vez incluso lo era, sin embargo bajaba a un nivel mortal para hacer fiestas e invitaba hasta a Mysie Gregor.

Quien lograse señalar una sola cosa que claramente Nimue habia hecho con maldad, seria alguien afortunado, porque la pelirroja amaba cuidar su imagen pública. De hecho, ella misma se consideraba pura ante cualquier crimen, cientos de peliculas de adolecentes le habían enseñado que contar chismes estaba bien, que no todos los días eran buenos y que era mejor ser temida a ser amada... hasta que la nueva chica llega, y les mete ideas a todos en la cabeza sobre lo mala que es la abeja reina causando un motín.

Nimue estaba celosa, no iba a negarlo. Le habia tomado años poder conversar con los otros veinticuatro miembros de su clase y su prima habia necesitado solamente dos semanas para que todos le recordasen y se reunieran a su alrededor. Nimue veia todo lo que habia construido comenzar a desmoronarse por su culpa, por culpa de su sonrisa fácil y su risa estúpida, podía sentir el motín planeando a su alrededor y si todavia no sucedía era porque Nimue tenía a Agnes de su lado.

Si, su prima le prefería sobre los demás, y aquello le daba la ventaja de conocerle a la perfección; Agnes no era tan buena persona como todos pensaban al ponerle un manto de santidad, criticaba, a los clanes, el clima, a sus compañeros y sin ningun pudor, Nimue se lo habia dicho, las paredes siempre hablan con Bonnie Campbell.

La primera cinta había sido obra de Cameron las había grabado conversando sin que ninguna se diera cuenta, las siguientes tres de Nimue, todo para nada, ya que Bonnie accedió a no publicarlas cuando la chica Mackenzie pago por ellas

Ahora, en su desesperación, Nimue iba a hacer el primer acto reprochable en toda su carrera escolar, y nisiquiera iba a pararse a pensar en ello dos veces.

Solo en la oscuridad de la cabina de radio, Matthew observaba el anuario del curso anterior, mirando con detenimiento cada foto en la que la rojiza cabellera de Nimue parecia brillar a la camara como si fuera fuego. Le gustaba ese anuario, era el primero desde que habían entrado al instituto que Calder no arruinaba las fotos de la chica MacRuairidh al posar junto a ella. Nimue brillaba por si sola en esas fotos, fotos que él había tomado y que ella había felicitado.

— ¿Matt? — Una voz suave se unió a dos golpes en la puerta, meramente mecánicos y de advertencia antes de que se abriera para dejar ver a quien la provocaba, aunque Matthew no necesitaba confirmación — ¿Estás aqui?

Nimue entro a la sala y le saludo. Un saludo normal, de cortesía pero que le lleno el pecho de emoción, era la primera vez que ella le buscaba, que le saludaba sin que el hiciera el primer movimiento.

— ¡Hola, Matthew! Te estaba buscando, ¿porque no respondiste? — La pelirroja camino hacia el con una sonrisa, una sonrisa de verdad, no como esas que inventaba cuando alguien no le agradaba o cuando no le gustaba hacer algo pero debía, el sabia diferenciar de esas sonrisas, y aquella mañana había recibido una autentica.

— Hola Nimue. — Movió su mano en el gesto mas normal y relajado que pudo conseguir e inmediatamente bajó su vista al suelo. — Iba a responder pero...

— No importa — Le interrumpió — ¿Podrias hacerme un favor?

Matthew agito su cabeza en un energético y mudo si, por ella haria lo que fuera, solo tenia que pedirlo.

— Si, si, dime en que.

Otra vez obtuvo una sonrisa real, sin saber que hacia para merecerlas. Nimue se mordio un labio, que llevaba pintado tan rojo como sus hermosos cabellos y el corazón de Matthew se acelero, sin embargo nada pasó porque una pequeña USB apareció frente a sus ojos.

— Necesito que reproduzcas este archivo, por favor, a las 9.

Matthew tomo la USB y la giro en sus dedos, fingiendo pensar sobre ello un momento.

— ¿Que es?

— Solo hay una pequeña dosis de verdad.

La respuesta le extraño pero no iba a volver a preguntar, se encogió de hombros, como aceptando lo que pasaba, dejándose guiar por el momento.

— Eres genial, Matt — Nimue se inclinó y le dejo un beso en la mejilla antes de irse tan rapido como habia entrado. Matthew no lo tuvo que pensar, su corazón estaba desbocado y simplemente programó la grabación que la escocesa le había dado sin escuchar su contenido.

A las nueve en punto la alegre voz de Agnes sonó en los altavoces de todo el castillo, y todos los ojos se postraron en ella, ya que la dulce chica que todos conocían, estaba destruyendo con palabras a una de las chicas que le parecían más cercanas en los últimos días, Edine Crane, sin piedad alguna.

Y así, con simples palabras, es como la idea de una relación entre Evander y Edine desaparecio de la mente de los estudiantes de Prince Charles para comenzar a pensar en la fluida sexualidad de la chica hada.