El menú del comedor pintaba como un auténtico manjar de dioses y el olor prometía incluso más que las palabras sobre la pizarra.
Al adentrarse en el islote de la cocina lo primero que encontró fue fruta fresca y poco común; duraznos, fresas, peras y manzanas tan verdes que parecían pintadas, Nimue agarró un durazno y se lo llevó directamente a la boca, donde el néctar le adormeció el gusto por lo dulce que estaba. Tomó un trozo de pan y le untó mantequilla hecha en casa y después busco a los gemelos entre las mesas.Las semanas habían pasado con velocidad dando paso a un molesto otoño que comenzaba a ceder frente al frío, volviendo imposible comer en los jardines del castillo como lo habían hecho aquel primer día, así que poco a poco el comedor se llenaba para el desayuno.
La habitación no era la más grande de Prince Charles, aquella era el salón de audiencias donde se decía Gregor Alpin dictaba sentencia sobre su corte, sin embargo entraban más de ciento veinte personas paradas sin necesidad de que estas se dañaran entre sí por la proximidad. Los pisos y las paredes mantenían el estilo original, aunque la madera de estos había sido cambiada años atrás por una en mejor estado, y la iluminación se había cambiado a lámparas colgantes de distintos tamaños que no solo aportaban una mayor iluminación sino también un aspecto moderno e industrial que contrastaba.Cuatro tablones de madera se extendían casi se pared a pared, obligando a los alumnos a comer juntos en grandes grupos, en el primero estaban los gemelos, uno frente al otro y discutían por algo. Nimue se sentó al lado de Cameron aunque tuvo que caminar más para hacerlo y un silencio incómodo se postró entre los tres, buena parte por culpa de lo que se estuviesen hablando antes y otro más por la discusión que había tenido con Douglas por la mañana.
— ¿Que pasa? — Pregunto hastiada después de que Douglas se le quedara viendo mal al ver la poca comida que llevaba en la bandeja.
— Nada.
Nimue rodó los ojos y se llevó un trozo de pan a la boca, cuando oyó como el gemelo que alguna vez había sido su favorito resoplaba. — ¿Que quieres, Douglas?
— Nada.
— Vete a la mierda.
— Hoy inician las campañas, ¿no es así? — Ahí estaba, ese era uno de los motivos por los cuales habían peleado. Una de las tantas tradiciones del instituto se basaba en tener una festividad para recibir las estaciones de forma similar a cómo se hacía en la antigüedad, el baile de invierno era una de las más importantes de todas, y tal como en las películas americanas se nombraba un rey y una reina del baile. — ¿Ya le contaste a Cam a quien vas a volver rey?
— No.
— ¿Se lo dices tú o se lo cuento yo? — Douglas Carwin Ramsay se había vuelto un bastardo manipulador en las últimas semanas, cosa que no le habría molestado si su ira estuviera dirigida a otra persona. — Eres el ser más hipócrita del universo.
— Que te den por el culo. — Se levantó, causando un estruendo que llamó la atención de algunos a su alrededor, y vio como algunos sacaban sus celulares para "reportar" el momento, así que se calmó y se volvió hacia Cameron. — Quiero coronar a Calder.
Vio como los ojos del segundo chico se abrían de par en par, llenos de sorpresa e indignación.
»Si, he perdido la cabeza. Hemos sido rey y reina juntos desde que entramos a estudiar a esta escuela cuatro años atrás, y quiero acabar esto con el.— Y aún así quiere llevarnos uno a cada brazo, para que quedemos como estupidos cuando debamos ver cómo se reconcilian enfrente de todos. — Sus palabras eran venenosas y a Nimue se le encogió el corazón un poco, eran sus únicos amigos pero no lo entendían.
— Estupida yo al creer que me apoyarías en algo.
— Te he estado apoyando en todo, aunque lo creo incorrecto, ¿pero sabes que? Estoy cansado Nimue.
Douglas hizo ademán de pararse e irse pero lo interrumpió saliendo ella primero. Durante ese rápido intercambio Cameron se había quedado callado pero tomó el brazo de su hermano para que no siguiera a la pelirroja — No te molestes. — Le dijo al verla irse, sabiendo que entre ellos pasaba algo que no se habían dicho.
Nimue salió disparada por las puertas con un terrible nudo en el estómago, odiaba discutir de forma pública porque cada vez que no podía controlar el resultado se alteraba al borde de las lágrimas, tanto de frustración como de dolor. Pero aún con la vista nublada pudo ver cómo Agnes dejaba un beso sobre la mejilla de Calder y se abrazaban . Una horrible sensación se instaló en su pecho, empujada por la molestia que acumulaba de hacía solo unos segundos, estaba celosa, no pensaba negarlo.
Con el paso de las semanas se acercaban cada vez más, y Nimue solo se había vuelto más hostil con su prima, alejándose de ella a cada momento y volviendo las bromas aún más pesadas, también por eso había peleado con Douglas. Calder vio a Nimue por encima del hombro de la castaña, y se separó de ella lo más amable que pudo para buscar a la pelirroja, se le veía alterada y algo muy arraigado en él necesitaba ayudarla.
Nimue retrocedió cuando vio la intención del rubio por acercarle, no quería que le tocara ni que le hablara, pero aún así le dio alcance rápidamente.
— ¡MacRuairidh! — Exclamó a su espalda, no estaba tan lejos así que no hacía falta gritar, claramente quería que le escucharan, pero ella le ignoraría, no quería y no iba a tener nada que ver, así que siguió caminando sin detenerse.
Le dio alcance y le pasó un brazo por el hombro cuando se puso al lado de ella, lo cual causó que se detuviese para sacudirse el abrazo. — Calder, no.
Le miro con una mirada llena de confusión, no entendía que no quería. — ¿No que?
— No y ya.
Su relación había mejorado increíblemente desde la hostilidad de la primera semana, Nimue ya no le hacía comentarios hirientes y ni le evitaba, estaban volviendo a ser amigos así que su confusión era algo de esperar.
— ¿Estas bien? — De su parte no hubo respuesta. — ¿Que tienes, roja?
La respuesta estaba en sus labios pero la contenía para no dejarla escapar. No quería que saliera de sus labios, se negaba.
» Nimue.
Había un ruego en su voz y ante la insistencia ella simplemente explotó. — ¿De que hablabas con Agnes?
— Del baile. — Le respondió extrañado por la pregunta y el cambio de tema. — Le pedí que fuera conmigo.
— Puff — Nimue resopló con fuerza y rodó los ojos para ocultar que las lágrimas amenazaban con volver a sus ojos. — Por supuesto que lo hiciste.
— ¿Que? — Le miró incrédulo — Estas celosa?
— No. — Nimue comenzó a caminar otra vez dándole la espalda, no debía haber preguntado y se negaba a seguir la conversación.
— Estas celosa — Calder soltó una carcajada seca y corta, desprovista de humor. — Tu me dejaste.
Eso la hizo voltearse hacia él, ya le había dicho que estaba bien y que no estaba celosa, ¿porque la había seguido en primer lugar? No quería su compañía y estaba jodidamente segura de que no la había pedido.
— ¿Con mi prima? ¿Enserio? — Avanzó hacia él y le puso un dedo en el pecho. — Lo entiendo, es hermosa y agradable pero yo nunca te haría eso.
— No, solo saliste con los Ramsay, que eran como mis hermanos. ¡con ambos!
— Eso es ridículo. — Una vez más Nimue se preparó para alejarse de él, negando con la cabeza, sabiendo que era verdad.
— Deja de huir. ¿Le tienes miedo a la verdad?
«Siempre —pensó para si y no se detuvo—, pero más a la traición»
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Lasswade Tale
Teen FictionEn Lasswade Moor lo único interesante que pasa son las fiestas del clan, y poco mas. Es una de esas pequeñas ciudades, donde todo es tan exclusivo que parece que nada pasa, o al menos esa es la opinión de todos lo jóvenes que pasan su dia a dia añor...