Fragmento 16

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Otra etapa había terminado, la joven de ojos oscuros se encontraba sentada en su habitación haciendo la usual limpieza de verano luego del fin de clases.
Mientras metía cuadernos en un caja de lunares coloridos se encontró con algunas hojas sueltas que habían quedado diseminadas en el fondo de su vieja mochila. Eran cartas y dibujos, no muchos, menos de los que se pueden contar con los dedos de las manos.
Los papeles estaban arrugados a fuerza de haberlos olvidado allí y el lápiz con el que algunos de ellos estaban trazados se había desgastado por el roce constante. Desdobló el primero para encontrarse con un dibujo pintado con acuarelas, su corazón se encogió, casi lo había olvidado.
Las cartas estaban dirigidas a alguien que nunca las leería y plagadas de emociones que parecían, al escribirlas, poseer la fuerza más arrasadora del mundo.
Abrazo aquellos recuerdos con lágrimas agolpándose contra sus pestañas.
-Hacia mucho que no pensaba en ti- dijo en un susurro.

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