¡Joder!, Otra vez llegaba tarde. Esto ya se le había hecho costumbre pero, ¡no era su culpa!, ella no tenía la culpa de que su despertador no sonara ni que sus padres no estuvieran pendiente de ella.
Ha como pudo cogió su uniforme de porrista y se lo puso en el camino, se detestaba. Había perdido el tiempo comprando un café cappuccino y coqueteando con el camarero ¡como si tuviera tiempo! Su maestro la iba a poner de rodillas y le daría unas palmadas en el trasero.
-¡mierda!- Gruñó cuándo se le cayó el tenis del asiento del copiloto. Ya estaba en el estacionamiento de la escuela y justo se le tenía que caer el zapato. Disminuyó la velocidad y se estiro para poder tocar el piso del auto y encontrar su tenis, pero no lo encontraba. Tenía que mirar al frente para no chocar y tenía que acelerar porque atrasaba la fila que se había formado por su culpa. Muchos llegaban tarde y ahora más por ella.
Una de esas personas era Justin, quien estaba justo atrás de su auto tocando el claxon como si su vida dependiera de ello. Él igual llegaba tarde, se había atrasado peinando su cabello pero esa no era una buena excusa para decirle a su maestro de física. ¡Qué desesperante era eso! Su maestro los pondría a correr y no era una vuelta al campo, ¡Eran 5!
-¡Coñ* Acelera princesa de Mónaco!- Le gritó a la señorita que seguía rebuscando su tenis debajo del asiento. Ella ya se estaba sofocando y más con el inútil que seguía molestándola.
Justin cabreado aceleró y golpeó la parte trasera de su auto haciendo que ella se golpeara con la radio de su Audi 8. ¡Ya! Esto no lo aguantaría más.
-¡Cálmate joder!- Le devolvió el grito y se acomodó en el asiento para poder manejar normal. Después buscaría su zapato se dijo. -¡Púdrete!- y con eso vino el dedo corazón.
Él agradeció al señor, al fin se movía esa chica. Cuando encontró un espacio en donde meter su camioneta, salió como alma que lleva el diablo. Corrió hacia la cancha, el maestro Piters era capaz de todo, hasta de expulsarlo del equipo de baloncesto por ser un impuntual e irresponsable.
De un empujón abrió las puertas dobles y entró pidiendo disculpas. Su maestro tenía cara de pocos amigos, su mejor porrista y su mejor jugador llegaban tarde. Tenía que darles un escarmiento, esta vez ya no se las pasaba. La puerta se volvió a abrir para dejar pasar a una ___ Despeinada y a medio vestir.
-¿Se puede saber por qué llegan tarde?- Dijo tratando de guardar la postura, cuando eso era lo que le faltaba, tenía ganas de ahorcarlos, habían interrumpido su clase.
-¡No fue mi culpa! La señorita “Soy la mejor” me atrasó en el estacionamiento-
-¡¿Qué?!- Grito ___ roja del coraje – No es mi culpa que llegaras tarde Bieber, ¡Casi me matas! ¡Chocó mi auto!- Dijo a la defensiva.
-¡Me importa un bledo eso! ¡Aquí se llega puntual o no se llega! ¡15 vueltas al campo!- Furioso el maestro, se volteó hacia los demás alumnos anunciando que todos se fueran al campo para entrenar, los chicos baloncesto y las porristas su coreografía.
-¡Pero son muchas!- Se quejó __ lloriqueando. El campó era demasiado grande y 15 vueltas sería lo peor, Justin lo había aceptado bien. Para una persona como él no era el fin del mundo, siempre se la pasaba entrenando, pero ella no. Ella era una chica que el deporte no le iba.
-¡15 vueltas ya Parker! O se sumaran 5 más- Y con un gesto de manos de su profesor, se dirigió hacia el campo y se puso alado de Justin para empezar a correr.
La sangre se les ponía caliente, sus ritmos cardíacos estaban acelerados al igual que sus corazones. Apenas iban por las 5 y no aguantaban más. ¡Qué salvaje! Justin pensaba que podía resistir, pero no. El sol estaba en su punto y ellos sudaban como cerdos. Los músculos les dolían y los pies les mataban. Ahora aprendían la lección, pondrían los despertadores 30 minutos antes de lo habitual.
-Esto es tu culpa- Le susurró Justin a ___ quien se encontraba jadeando y con la lengua de afuera pidiendo piedad.
-Deja de joderme-
-Si no fuera por ti hubiera llegado a tiempo- Le reclamó él. Ella no soportaba su voz, aparte de correr tenía que soportarlo.
-idiota- Le dijo y jadeó más al tener que esquivar una pelota, sus amigos estaban jugando a los quemados y ellos corrían sin parar. Eso era una tortura, se lamentó ___-
-Fresa- Contraatacó Justin
-Presumido-
-¡Mira quién habla! ¡La reina de Mónaco! – Se rio sin chiste Justin.
-Por lo menos no me cojo a nadie que se interponga en mi camino – Dio un grito ahogado cuando una pelota le dio hasta tirarla en el pasto.
Le había dado en la cadera, y le había dolido hasta el alma, pero a pesar de eso, se quería quedar en ese frío piso y por eso no se dignó a pararse. Justin reía a carcajadas y eso la irritaba pero lo ignoró. Prefería mil veces estar ahí acostada que estar corriendo.
-¡Parker! Levántate – Le dijo el maestro Piters 5 minutos después, pero ella también lo ignoró. Su mente ya iba a la deriva. –Si no te levantas harás 20 lagartijas- La amenazó.
-¡No es justo! Me duele- Se quejó y ha como pudo se paró y se sacudió su uniforme. Por lo menos cargaba short debajo de esa faldita azul con amarillo.
-Sigue corriendo y tú igual Justin-
Los dos empezaron a correr mientras se gritaban Y así empezó su historia.
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¿Destinados a estar juntos?
FanfictionEsta es la historia de ___ Parker y Justin Bieber, dos jóvenes adinerados que aman la popularidad y están dispuestos a hacer todo para ser los mejores pero, ¿Qué pasa cuando ellos se unen y sepan que no se pueden separar? ¿Estarán destinados a estar...