Capitulo 24:

94 2 0
                                    

Parecía una muñeca de porcelana, sus facciones estaban relajadas y toda ella estaba callada y calmada (lo que más le encantó) durmiendo como un lindo cachorrito. Sonrió, si ella estuviera en sus cinco sentidos no dudaría en sacarlo a patadas por arrastrarla ahí, al cuarto oscuro de sus padres.

Su piel parecía suave a la luz de la luna, lo que era muy cierto ¿Cuantas veces no le había metido mano bajo la falda de porrista y había sentido su cálida piel?, esos momentos ahora para él eran anhelantes, ella siempre gemía en su oído atrás de las canchas con él encima de ella, susurrándole cosas excitantes y tocándole todo el cuerpo. Estaba abrazada a una almohada y su boca estaba ligeramente abierta. Exactamente igual como cuando le metía mano. Ella se aferraba a él y cerraba los ojos tan fuertes para evitar gritar.

Bajó la mirada hacia el sur y observó su vestido, de seda suave que resaltaba sus curvas y pechos, negro como la noche, como su cabello; estaba subido y podía ver claramente el principio de su shorts, y parte de su nalga, el corazón le golpeo el pecho en forma de advertencia. 

Debía salir, las alarmas de su cabeza empezaban a sonar y el bulto que se formaba su pantalón empezaba a dolerle. Si se quedaba más tiempo la follaría así sin más, quitándole a _____ lo que más apreciaba y él no quería eso, extrañamente no lo quería.

Empezó a caminar lentamente hacia atrás mientras veía a la morocha, tratando de no chocar, tirar o romper algo; haciéndolo en vano, porque chocó con la mecedora y ésta ante la brutalidad, se fue de lado y cayó con todo y Justin haciendo un gran estruendo. Inmediatamente ____ saltó del susto y se sentó agarrando su cabeza para tratar de soportar el dolor y el mareo.

¡Joder! Parecía que todo estaba en su contra, todos querían golpearlo de alguna forma. Levantandoce del suelo, hizo tronar sus huesos y soltó un gemido ante el dolor, el culo le dolía y la espalda ni se diga. ____ lo habría oído porque lo miraba fijamente y cuando él se dio cuenta, ella le sonrío.

-Ven- ronroneó y le palmeo la cama, invitándolo a sentarse. Aclarándole las dudas a Justin. Ella ahora no estaba en sus cinco sentido, ahora estaba en tres. Se le notaba porque empezó a reir y eso le dio hipo.

Agachádoce, recogió y acomodó la mecedora que por un milagro, no se rompió. Era la mecedora de su difunta abuela y ahora era una gema para sus padres.

-Jus-tin- le llamó ___ y él la observó. Si iba, implicaba soportarla, aguantarla y tener que controlarla. Lo que le traería problemas. Si la dejaba, se frustraría, la frustraría y ella podría hacer cualquier locura en la habitación de sus padres.

Encogiéndoce de hombros, llegó con dos pasos y se sentó a su lado, esperando, esperando a que ____ hiciera una locura. Pero ella se limitó a verlo.

-¿Qué?- preguntó seco y ella sonrió y dejó escapar un suspiro, que olfateó Justin. Alcohol, seguramente dos litros tenía en el cuerpo.

-Eres demasiado estúpido- le soltó y comenzó a reír, la incredulidad de Justin se podía palpar. Y si le había sorprendido eso, lo dejó estupefacto cuando se abalanzó sobre él y lo besó duro y dominante. No él a ella. Esta vez no él, sino ella, al revés, _____ se revelaba. 

Y no le importó, si tenía que arrepentirse sería luego. La agarró de la espalda y la subió a su regazo, haciendo el beso más apasionado, y haciendo que su pantalón quisiera estallar.

Hasta que la razón lo golpeó, no, él no podía, no podía follarla sin el consentimiento de ella. Él no podría hacer algo más porque no, algo le decía que no. Él no se atrevía de quitarle lo que más apreciaba ____, patán o no, no tenía el valor de hacerlo. Así que sin suavidad, la apartó de ella y negó la cabeza.

¿Destinados a estar juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora