Capitulo 9:

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Estúpido Justin y estúpida ella por haber aceptado el maldito juego. Bajó y cerró de un portazo el auto. A grandes zancadas entró a la casa y como era de esperar, sus padres no estaban pero ni le importaba. Ella era feliz si ellos le dejaban una tarjeta con muchos ceros a la derecha, eso y que siempre le traían algo de recuerdo de sus viajes de negocios. 

-Señorita ____ ¿Qué va a querer de comer? – Le preguntó Sofía, su nana y sirvienta de ya hace bastantes años entró a la sala de estar al escuchar la puerta cerrarse de mala manera.

-Nada- Dijo moviendo la mano restándole importancia- Nada, hoy iré fuera- Le informó y Sofía asintió.

-¿Le digo a sus padres?- Volvió a preguntar y ___ detuvo sus pasos hacia las inmensas escaleras.

-¿Dónde están?

-Fueron a Italia para conseguir más acciones

-No – Lo pensó y negó- no hace falta, iré a casa de los Biebers- Dijo y con eso subió las escaleras para dirigirse a su cuarto.

Se tiró pesadamente en su cama y miró el reloj que estaba en su cómoda: 02:40 minutos, suspiró, otra vez volvería a pisar la mansión Bieber; ver a los pequeños hermanos de Justin la alegraban y volver a ver a Pattie sería estupendo pero pasar el día con él, ese era el problema.

No quería tenerlo ni en pintura y ahora menos, el desgraciado se la había jugado bien pero no dejaría por nada del mundo que la sedujera, sabía sus tácticas perfectamente: te alagaba, te respetaba, te diría que eres una gran persona y hermosa luego ¡bam! Estas cayendo en sus brazos. Pero no, ella esta vez lo dejaría pasar, él ni nadie la volverían a herir, eso se lo prometía.

Se paró y se dirigió a su baño, se quitó el vestido y se sacó los zapatitos, se quitó la ropa interior y se metió a la ducha, abrió la llave y se relajó al momento de sentir el agua caliente envolviendo su piel, cerró los ojos. Quería quedarse ahí para siempre pero, gracias al engendro del mal no podía. 

Tomó su shampoo “Flor de Jazmín” y se colocó un poco en la mano para luego pasárselo por su largo cabello, se dio masajes en los hombros y luego agarró el jabón y detalladamente lo paso por su cuerpo. Eso era completamente relajante.

Cerró la llave y suspiró de nuevo. La relajación había acabado, se envolvió en una tolla blanca y volvió a su habitación, buscó en los cajones una lencería negra y se la puso. Luego fue a la sección de pantalones y buscó hasta hallar unos negros y ajustados. Fue hacia las blusas y escogió un blusón blanco y luego se puso su conjunto: un abrigo de rayas blancas y negras, se lo ajustó hasta el codo y luego se miró en el espejo, nada mal. Fue y agarró unos converse negros. Listo, estaba lista.

Miró el reloj: 03: 40 minutos, agarró un pequeño y discreto bolso negro y metió su celular y dinero. Luego bajó para ver un poco de televisión, Tom & Jerry, que infantil pero no había nada mejor. Se acostó en el sofá y no supo ni cuándo ni como se durmió. 

-Señorita ___ -Sintió que la movían pero ella refunfuñó y se acomodó mejor- Señorita ___ - Volvió a repetir la encantadora y amable voz, ella abrió poco a poco sus ojos y vio a Sofía- ¿No dijo que iba a salir? – Le preguntó y ella al instante se puso de pie. ¿Qué hora era?

-¿Qué hora es? – Le preguntó y se dirigió a la cocina por una manzana, se giró a la espera de una respuesta con la manzana en la mano.

-05: 40- Dijo la empleada cuando miró el reloj de pared, ella asintió y se despidió para luego dirigirse a fuera y subirse a su auto. 

Llegaba tarde, lo sabía, pero no le importaba. Despreocupadamente bajó la velocidad, y siguió comiendo su manzana.

¿Destinados a estar juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora