Azul intenso

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Estaba allí, parada en medio de todos esos cuerpos brutalmente mutilados, mis manos temblorosa y culpables, en realidad no entendía lo que significaba ser parte de este aquelarre, no entendía que significa ser bruja, no sabía lo que implicaba amar a alguien, mis zapatos manchados con la viscosa sangre de licántropo combinada con las hojas secas, la punta de mi capa color escarlata y lo que lograba sobresalir de mi vestido color crema se había tornado a la mezcla extraña de hojas y sangre seca. Con mis manos temblorosas y mis labios danzantes alcé la vasija de piedra puesta con perversa cautela convenientemente cerca de la runa vikinga incrustada en el suelo, comencé a susurrar el hechizo, temerosa de mis propias palabras, de lo que podrían causar, que no sirvieran para enmendar el hecho de que estaba loca por un ser de la noche, la verdad yo también lo soy; Sentía como cada palabra me debilitaba mis rodillas empezaban a temblar al igual que mi voz, pero obviamente por razones diferentes; al pronunciar casi la última palabra mi cuerpo ya no pudo más mis rodillas cayeron a la roca, abriendo un poco mi capa, al mismo tiempo que mi voz se intensificaba a el punto de casi gritar, un par de lágrimas caían por mis mejillas, sentía como cada gota de magia era arrancada de mis entrañas. El hechizo ya estaba hecho caí sobre la roca fría y con mis manos empujé la vasija hacia las ranuras de la runa. Me di la vuelta y desde el piso vi la luna entre los arboles, se veía tan brillante como la noche en la que me gane la capa, seguía mirándome como aquel día, juzgándome por ser testigo de la matanza de sus hijos:

-¡por qué me miras así, siempre te fui fiel!

Exclame con la poca cosa energía que me quedaba; comencé a toser afanosamente mi cuerpo se contrajo y dejó ahogarse con la su propia sangre

- te vas a quedar allí solo mirando como me usan para matar a tus hijos bastardos

Un viento soplo y la luna fue tapada,

-escondete cuanto quieras, jamás cambiarás el hecho de que tus propios hijos no se soporten entre ellos y la chica que mandaste para difundir la la paz se haya unido a la destrucción, no tenia opción

De repente escuché pasos entre los matorrales nevados

giré mi cabeza poniendo mala cara

- lo que me faltaba

Esperaba a encontrando miradas con la bruja mas odiosa y fea de la maldita Bulgaria , Amathyst

Volví a mirar a los matorrales y no era la mirada que me esperaba de hecho era a quien jamás iba a volver a ver

-¡que haces aquí!

- no te iba a dejar sola

- ese era el trato, vete antes de que alguien te vea aquí y le avise a Amathyst que me vieron con un vampiro

-no seas terca te...

-te amo, lo acerqué a mi cara y le di un beso, mientras lo alejaba de la mía una lágrima cayó por mi mejilla:

- no quiero que te pases la vida pensando en mi, yo no voy y tampoco quiero ser la última o única, quiero que sigas con tu vida ¿si?

Sus labios se comprimían para guardar todas las cosas que quería decir, con una sonrisa forzada y aun en negación de lo que estaba pasando dijo:

- no seas terca, dime te amo cuando estemos lejos de aquí, todo está bien

El no podía procesar lo que estaba pasando, no tenia caso seguir hablando se eso. Esta vez también conteniendo mis lagrimas:

-todo esta bien solo necesito que estés quieto ¿si?

Con una expresión forzada de serenidad lo hizo asintiendo con la cabeza, Puse mi mano sobre su pecho, el seguía sin entender nada, mientras susurraba mi hechizo mire sus ojos, azul cobalto, entendí que eran los únicos que estaban realmente en la situación, su mirada atenta y aterrada, fue como verlo encarcelado en sus propios ojos mirándome desde la obscuridad, una última lágrima se derramó sobre mi mejilla, de un instante a otro sus ojos se tornaron inexpresivos, el hechizo había concluido, me levanto en sus brazos, pasos se sintieron venir de el bosque, el miró hacia atrás:

Lo tomé desde la barbilla girándolo hacia mi

-no importa que este pasando allí atrás solo mirame a mi, asintió con la cabeza

Corrió en dirección opuesta a los matorrales, los pasos cada vez se sentían más cerca, mientras el corría yo aprovechaba de sentir su olor, calor y cuerpo por ultima vez, mientras llegaba a mi destino final que irónicamente solo yo estaba consciente de cual era.

Habíamos llegado a el fin de el bosque con un acantilado que caía a un lago congelado, atrás de nosotros apareció Amathyst

A- Celyne , haz que te suelte ahora o te juro que lo liquido junto a ti

Mire hacia atrás:

C- MUE-RETE

me lancé al vacío, caí rompiendo el hielo y sellando mi segura tumba. Jamás fueron capaces de profanar mi esencia.

INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora