D I E C I O C H O

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Inhalo profundo. Siento como el aire entra por mis fosas nasales y calma mis pulmones. Mantengo la respiración. Suelto. Exhalo de forma continua y pausada. El sonido de animales, el agua cayendo e impactando con el suelo. A gotas, chorros y cascadas; El viento remese las copas de los árboles y me da frescura en la espalda. aquel gas placebo al que me he vuelto adicta trae consigo el dulce olor a eucalipto y frutas silvestres. A lo lejos suenan campanas de viento, que tintinean a su paso. Estoy en todas partes. Exhalo otra vez y siento como mi interior se limpia y a cada trago de brisa estoy un paso más cerca de volar con ella. Está allí, lo siento cerca. mis manos y pies comienzan a cosquillear y cada vez soy más liviana. Comienzo a flotar. El siguiente paso en el camino a la paz es dejar de sentir.  Ya no siento ni la brisa, ni el canto de la aves ni mucho menos los torrentes de agua. Ahora sólo soy yo, flotando en la nada. Todo se ve oscuro, pero no me asusta, a pesar de que sé que no estoy sola aquí. Lo que me acompaña no me incomoda en particular, es más, es alguien muy peculiar. y aunque realmente siento su cuerpo no siento lo que lo hace humano... ¿Qué es? Mi percepción sigue nublada, no podría reconocer si ese algo está a kilómetros de distancia o si me está respirando en la nuca. Sus intenciones no son claras y su aura insípida. no me cabe duda de que eso que estoy sintiendo no es mi mayor problema sino el que lo creó. Aquella cosa es un potencial peligro pero no el verdadero. Exhalo nuevamente. A cada minuto que pasa puedo sentir que el ambiente se vuelve más denso y aquella cosa la cual maneja a mi "depredador" se impacienta... ¿Qué está esperando? ¿Por qué no logro verlo? Me concentro en expandir mi mente... tiene que estar en algún lugar que no haya puesto atención, imposible que esté más lejos que aquella insípida cosa. No. ese no es mi objetivo. sabré donde se encuentra si es que acciona su magia. Encontrar al manipulador no es el objetivo ¿cuál es mi objetivo? Una ráfaga de viento corre y en mi campo de percepción finalmente lo siento. Este rastro ya no es uno insípido, si bien está calmado puedo sentir su alma y magia propia. Allí está ese es mi objetivo... ¿cierto? Sólo dispongo de un tiro, si fallo, pierdo. Todo se detiene y en un tintineo percibo todo lo que necesitaba. Alguien olvidó que para moverse debes seguir ocultándote. Es un gran ser... gigante y sus manos y pies lo son aún más. Le apunto, disparo y le doy certéramente en el pecho. 

Me levantó del suelo y grito:

V- ¡GANÉ!

Sin previo aviso, de entre los entre los arbustos, sale disparada una flecha a mi hombro y una corriente de mana violeta me aprisiona. Dos pequeños de cabello rojizo y ojos color gris se me acercan.

XX- No. No lo hiciste

Abro los ojos de golpe. Sigo tirada en el pasto junto a tres pequeños. Me levanto del suelo con una sonrisa de sorpresa en los labios y musito:

V- eso no puede ser legal, pensé que ya tenía a esos dos -señalo a los mellizos Christian y Clea Dalh- y que sólo me quedabas tú -señalo a Leo que me mira con sus ojos vivaces y llenos de orgullo por su victoria- No, esto no se va a quedar así, menos para ustedes, pequeños emboscadores.

Y así comienzo a perseguir a los cabeza roja por todo el lugar, entre árboles clones, hechizos y risas. Como siempre el puberto de Leo se queda atrás con su amargura y sus aires de "niño grande" Me recuerda tanto a Sam. Los extraño tanto...

Finalmente termina la persecución cuando agarro a Christian. Clea trata de ayudarlo, pero como es de esperarse la agarro también y les hago cosquillas a ambos. Aunque de inmediato paro porque no quiero que se orinen y su madre me guarde más rencor en su corazón. Es peculiar el nivel de sensibilidad de los niños eridianos. Pero en medio de las risas y el sonido de los árboles moviéndose con el viento escucho una voz severa y grave. La inconfundible voz de Gerd se cola por mis oidos y los niños automáticamente dejan de reír tan fuerte y Leo se yergue. 

G- Terminó el descanso, niños, vuelvan con sus tutores de inmediato. Debo platicar algunas cosas con Venus 

Leo abre la boca para protestar pero al instante se retracta al ver la gélida mirada que su padre le lanza. Cuando Gerd se pone así es mejor obedecer, y eso aplica todos excepto a su esposa que es igual de mal humorada y severa que él. Finalmente veo como Leo se aleja con sus dos hermanitos de la mano ¡Que mono es! Intento reprochar a Gerd con mi mirada pero me abstengo a hacerlo cuando que su cara de mala leche se ha puesto peor. 

INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora