- 1 - Bienvenido a Dolina Sveta

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Observaba con calma el paisaje a través de la ventana del tren, no era muy interesante, a decir verdad, estaba aburrido de seguir observando arboles cubiertos de nieve, se había vuelto algo tedioso mas no tenía nada más para pasar el tiempo. Había leído todos los expedientes de sus pacientes más de tres veces y reconocía que no era nada fuera de lo común.

Creía que al salir de la escuela de psicología se toparía con casos un poco más difíciles... Bueno, al menos creyó no volver a lidiar con pacientes con traumatismo...

Demasiado fácil.

No quería parecer pretensioso ni mucho menos, debía causar una buena impresión con sus colegas y superiores para así poder conseguir lo que anhelaba. Todo estaba planeado con una exactitud impecable; Así le gustaban las cosas, no podía dejar de sentirse sumamente frustrado cuando algo no salía como lo quería.

Odiaba el descontrol, detestaba la inestabilidad.

Toda su vida se veía resumida en un plan que lentamente se iba cumpliendo, no tenía prisa, estaba todo calculado. Logro entrar al colegio a los 16 tal y como planeo, lo llamaban "Un sujeto con un gran intelecto" "Un chico con futuro" lo cual solo hizo que personas con poder y renombre en el área médica voltearan a mirarlo tal y como había previsto. Al graduarse, las ofertas de trabajo no tardaron en lloverle y grandes y afamados doctores le ofrecían plazas a su lado, pero el solo se sentó a esperar pacientemente hasta que el doctor Kozlov inevitablemente lo llamo y ofreció el trabajo que el tanto deseaba y así había terminado ese día en aquel tren rumbo a Rusia.

Ahora solo debía esperar, hacer un poco de carrera para así llamar la atención de médicos extranjeros... Sabía que el doctor Gibson ya lo tenía en la mira, ahora solo debía darle un pequeño empujón para que al fin lo llamara a su lado en América.

Todo era cuestión tiempo.

Sintió el tren frenar y su cuerpo dar un leve contoneo ante el inminente descenso de velocidad. Elevo la mirado, enfocando sus ojos color avellana en la parte de afuera... Cielos, había llegado. Tomo su portafolios y la maleta de piel negra llena de ropa que llevaba consigo, supuestamente el doctor Koslov le había dicho que debía esperar por un automóvil Chevrolet negro que lo llevaría al hospital psiquiátrico para conocer el lugar. Camino para poder salir de la estación donde efectivamente, vio el auto negro, donde un joven de no más de 20 años aguardaba, recargado en la puerta con un cigarrillo en la boca, camino hacia el chico, el cual no tardó en darse cuenta y automáticamente fue hacia él.

- ¿Doctor Feraud? - pregunto el chico mientras dejaba caer el cigarrillo muy cerca de los brillosos zapatos del doctor. Este hizo una mueca de desagrado antes de contestar.

-Así es- El chico tomo la maleta entre sus manos y rápidamente la metió en el maletero del auto.

-El doctor Koslov me envió para que lo llevara al hospital...- abrió la puerta de la parte de atrás del auto. El joven doctor entro en el auto sin siquiera dirigirle la mirada, el chico, algo extrañado cerró la puerta y sin esperar ni un segundo tomo su lugar como el piloto para comenzar a conducir.

El muchacho había intentado sacar tema de conversación, mencionando el clima o el extraño acento que tenía el doctor al hablar, más el chico de ojos avellana no le interesaba y daba si acaso monosílabos como respuesta. No tenía interés en gastar energía con aquel sujeto que lucía tan desarreglado y fachoso... De tan solo pensar en tener que hablar con sus nuevos compañeros sentía un tremendo cansancio.

Las relaciones sociales no le interesaban en lo absoluto, era una persona demasiado profesional y demasiado entregada a su trabajo, por supuesto que esto lo había llevado a perder a las dos novias que en algún momento había llegado a tener... No le interesaban, simplemente, ellas no formaban parte de su plan.

InsaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora