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Mila subía con cuidado las escaleras, meneando suavemente su cuerpo y escuchando el repiqueteo de sus propios tacones contra el metal. Subía hacia el último piso con algo de temor recorriendo sus huesos, podía sentirse algo intimidada, mas no podía acobardarse, no en ese momento.

Cuando al fin llego, se dirigía a una de las puertas del fondo cuyo cristal estaba cubierto por una cortina del otro lado. Toco con el nudillo del dedo medio un par de veces hasta escuchar la gruesa y masculina voz venir de dentro:

- Adelante- Mila tomo aire al mismo tiempo que abría la puerta girando el picaporte dorado- ¡Doctora Kuznetsov! Que alegría verla. ¿Qué la trae hoy a mi despacho?

Observaba al hombre de cabellera rubia sentado tras el escritorio. Observo la sonrisa que le mostraba aquellos dientes amarillentos que se le hacían tan desagradables.

- ¿Por qué? - Interrumpió la doctora, encarándolo con el rostro serio. El medico siguió sonriendo, mas ahora era de manera algo burlona.

- No sé de qué estás hablando...

-Por supuesto que sabes- Ataco esta vez acercándose al escritorio- Sebastián Feraud

-Oh, hablas del chico nuevo- Respondió mientras se ponía de pie. Esta vez Mila tubo que alzar la cabeza para poder mantener el contacto visual. Veía la gris mandíbula de aquel hombre, el grueso cuello y la prominente nariz. - ¿Qué hay con él? ¿Hizo algo malo?

-No te hagas el tonto conmigo Stephan. ¿¡Por qué mierda lo enviaste al área de seguridad!?- El hombre mayor saco un cigarrillo del bolsillo de su bata y tomándose todo el tiempo, lo encendió para darle una gran calada. Se inclino, quedando frente a frente con el rostro de Mila.

- ¿Y por qué no? – Le dijo de manera calmada mientras el humo era soltado. Mila comenzó a toser debido a aquello. - El doctor Koslov dijo que era sumamente inteligente y capaz. No veo el por qué no hay que darle casos a su nivel- Respondió burlón.

-Sabes que se acaba de graduar...

- Me da igual...- Volvió a consumir el cigarrillo- Tú sabes bien que no me gustan los geniecitos y menos los niños bonitos- Su enorme mano tomo el mentón de Mila, la cual solo pudo seguir desafiándolo con la mirada- No me gusta la gente que como él tiene la vida resuelta...

- Mi vida no estaba resuelta...- Aulló la chica a lo que Stephan soltó violentamente su mentón. - ¡No es justo que le hagas lo mismo a el!

-Mila... Eres una chica encantadora- Tiro el cigarrillo al piso para después pisarlo- Pero, tome una decisión- La chica gruño de frustración. - Ahora... Se buena y sácalo del área de seguridad, iré a hacer una visi...

-Hoy no es jueves- Acoto.

- Me apetece hacer la visita hoy ¿Tienes algún inconveniente? - La chica negó.

- Dudo que a Mikhailov le agraden tus visitas... Dudo que tu esposa este de acuerdo en esto...

Zlap

Mila sintió el ardor recorrer su mejilla rápidamente, a lo que solo alcanzo a llevar a su mano en el lugar donde acababa de abofetearla. Unas cuantas lagrimas escaparon de sus ojos verdes.

-Solo haz lo que te digo...- Mila sin decir nada salió de la habitación, aun sin poder reaccionar- ...Maldita bruja- Escucho mascullar a Stephan y finalmente.

Se fue

.

Mientras más rápido bajaba por las escaleras de cemento, más fuerte podía escuchar aquel sonido extraño. Era como una palpitación seguida de unos cuantos jadeos. Mila sentía su corazón acelerarse.

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