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El conductor le había indicado el lugar donde debía vivir ahora en adelante. Era un edificio de ladrillo gris que según el doctor Koslov era de un viejo amigo por lo cual no tendría que preocuparse por pagar ningún tipo de renta. El lugar tenía 4 pisos, sin contar la planta baja.

Bas bajo del auto, tomo su maleta y sin decir nada entro al edificio, el chico de cabello castaño se quedó ahí unos cuantos segundos, era extraño, pero al ver al médico irse sintió como todos sus músculos se relajaban.... Ese tipo no le daba buena espina. Suspiro con resignación y se fue... No quería ni imaginar cómo sería ser el chofer de aquel doctor.

Bas entro, se quedó en el lobi del lugar esperando que llegara alguna especie de persona, tuvo tiempo de observar el piso alfombrado, era de un extraño patrón en color verde bandera y negro que solo daba un aire algo deprimente, las paredes eran grises perla y estaban decoradas con uno que otro cuadro que no lograron llamar la atención de Bas.

Los minutos pasaron, y después de un gran suspiro, decidió subir por su cuenta. No es que no pudiera haberlo hecho desde el principio, más bien le gustaba cuando las personas eran puntuales, cumplidas, profesionales. Subió por la escalera, cada escalón rechinaba por su peso, después de unos cuantos pasos más esto comenzó a molestarle. Debía llegar hasta el cuarto piso, el cual sería completamente de él.

Después de unos cuantos rechinidos más, por fin llego topándose con una puerta de madera oscura que no tenía nada en ella, era simple... Saco la llave que le habían dado previamente y abrió; No era tan grande como esperaba... pero bastaba. Después de todo, estaba acostumbrado a vivir solo, podía arreglárselas.

Observo la cocina, tenía lo suficiente; Una nevera, un fregadero, la estufa, un horno; Frente a ella estaba una mesa con dos sillas de madera barnizada. Entro y deslizo su mirada por las paredes color crema y el piso de loza café. Camino un poco más, hasta llegar a un pasillo algo estrecho donde había dos puertas: Una al frente y la otra de lado derecho, abrió la última y observo un baño de cerámica blanca, un lavabo del mismo color y a lado de esto una cortina azul que cubría una regadera. Cerro la puerta y abrió la que estaba frente a él. Una cama bastante grande, con colchas de color blanco, crema y café claro, había un ropero enorme de lado derecho y del izquierdo una enorme ventana que dejaba una maravillosa vista del bosque.

Estaba satisfecho con el lugar; En efecto el doctor Koslov le había ofrecido un lugar mucho más grande y lujoso, pero a este solo podía ir si es que contaba con alguna pareja o acompañante. Bas era consciente de que podría haber dicho que si a este ofrecimiento, después de todo, nadie podría darse cuenta de si decía o no la verdad.

Pero Bas no era fanático de las mentiras.

O al menos no todo el tiempo

Dejo la maleta encima de la cama y salió en dirección al baño anteriormente descrito, recargo sus grandes manos en el lavabo blanco y limpio, observándose al espejo. Lucia bastante bien... Era lo que cualquier persona podría describir como "Apuesto" Abrió la llave dejando correr el agua cristalina, coloco un tapón evitando que el agua escapara y espero a que esta se juntara.

Mas no apartaba la vista de su reflejo; Por alguna razón sonrió; Esa sonrisa tan perfecta que solía practicar todo el tiempo, estaba tan acostumbrado a ella que podía mantenerla por días enteros en su rostro, no importaba que, todos se sentían encantados al ver aquella deslumbrante sonrisa que le daba un aire amistoso y cálido.

Una vez se llenó el lavabo, cerro la llave y se quitó la gabardina, seguido de la corbata y la camisa que llevaba puesta ese día, esta vez observo su cuerpo, bien trabajado, claro, no al punto de ser alguien musculoso, ciertamente tenía una figura esbelta y unos hombros anches que le daban un toque varonil. Sus músculos estaban tonificados y levemente moldeados por lo que se veía bastante bien.

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